Todos los caminos conducen a Roma

Todos los caminos conducen a Roma'. Muchos de los historiadores más reputados creen que el origen de la frase está en el 'Milliarium Aureum', un monumento erigido en el año 20 a. C. por el emperador Augusto en el Foro de la Antigua Roma y que marcaba el punto de arranque de todas las calzadas romanas. Tras años y años de uso, la expresión se ha convertido en metáfora de otras muchas cosas, pero el origen histórico es claro: cuando el Imperio Romano estaba en todo su esplendor, todos los caminos conducían a Roma porque Roma era entonces el centro del mundo. Tras vueltas y vueltas por media Europa, la afición de la Real ya esta dos años después otra vez en la Ciudad Eterna. Serán mil realzales los que respalden al equipo en el estadio después de una larga jornada callejeando por el adoquinado romano. Seguro que se dejarán notar. Las gentes de la peña Divinum Erreala están en Roma desde ayer, otros llegarán hoy.

Pocas cosas más placenteras existen en la vida que aunar dos de tus pasiones. La Real y viajar, viajar y la Real. Conocer rincones nuevos con la camiseta txuri-urdin puesta y la bufanda en la mano es religión para muchos realzales que, tras recorres más kilómetros que Willy Fog, ya calientan las gargantas para ver ganar a su Real en el Olímpico. Una gran parte de los mil realzales que se darán cita en el respetado estadio ya conoce Roma porque estuvo en aquellos octavos de final de la Europa League ante el conjunto dirigido por Mourinho, por lo que algunos han decidido pedir más vacaciones en el trabajo para disfrutar de una semana deportiva a más no poder. Es el caso de José Luis Cid y sus amigos, que aterrizan hoy en Roma tras enamorarse antes de Grecia.

Este beasaindarra que terminó el año acompañando a la Real en Vigo y arrancó 2025 animando al equipo en Ponferrada no se ha querido perder el choque ante la Lazio, una excusa más para compartir tiempo con amigos. Ojo a la ruta porque tiene miga. Los tres amigos cogieron el viernes un vuelo en Bilbao que tras hacer escala en Barcelona les dejó en Salónica, primera parada del viaje. Con el fin de semana de por medio, el deporte ha sido eje principal de la aventura. El sábado pasaron desapercibidos en el Alexandreio Mellathron, pabellón del Aris de Salónica, equipo de baloncesto de la ciudad. Los amarillos ganaron 83-74 al Kolossos Rhodes. «Nos encantó el pabellón. Entra bastante gente, pero todos muy recogidos para que se note más la presión. Puede que sea el ambiente más bonito en el que he estado», cuenta Cid. No es poca cosa teniendo en cuenta que en octubre estuvo en Belgrado animando a la Real y de paso presenció en directo al Estrella Roja de baloncesto en un partido de Euroliga.

Tras disfrutar de la gastronomía griega el domingo cambiaron de balón para tragarse un empate a cero entre el Aris del exrealista Rubén Pardo y el PAOK. Las entradas fueron cortesía del riojano, que no disputó ni un solo minuto. Conocido Salónica, esta cuadrilla de amigos se trasladó en avión hasta Atenas, cuna del deporte olímpico. El viaje no podía hacerse sin visitar el estadio Panathinaikó, más conocido como Kallimármaro, el estadio que acogió la primera edición de los Juegos Olímpicos Modernos en Atenas en 1896. Fotos y más fotos con la camiseta y la bufanda de la Real.

Sin embargo, en Grecia el Olympiacos y el Panathinaikos son religión, tanto en fútbol como en baloncesto. Visitar Atenas y no gozar con el 'derbi de los eternos enemigos' o 'la madre de todas las batallas' hubiese sido faltar a la historia. El lunes la vida les regaló un Panathinaikos-Olympiacos de baloncesto en el OAKA. «Otro ambiente flipante. Es algo incomparable por cómo lo viven».

Un derbi griego es más que un simple partido de baloncesto o fútbol. La rivalidad entre los dos gigantes clubes griegos surge de diferencias sociales, culturales y regionales. El Panathinaikos, fundado en 1908, proviene del centro de Atenas y fue considerado el representante clásico de la antigua clase alta social de la capital. Por su parte, el Olympiacos fue fundado en 1925 y proviene de El Pireo, el puerto de Atenas, atrayendo así a aficionados de las clases más trabajadoras. Una forma de entender la vida.

El triunfo fue para los verdes, que se impusieron 78-72 al eterno rival. A Kostas Sloukas ya no le pitan en el OAKA. Sin más deporte que ver y tras conocer el Partenón, Cid y sus amigos cogerán esta mañana otro avión para aterrizar en Roma. Dudan entre ver ganar a la Real o dejarla caer para disfrutar de dos eliminatorias más por Europa y solo una, no vaya a ser que el 21 de mayo no estén presentes en Bilbao. Ir a San Mamés, un paseo para estos aventureros, que hoy se han acordado que juega el equipo por el que se le ocurren hacer tantas locuras.

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