Borrar
Las diez noticias clave de la jornada
Patricia Martín levanta cilindros, cubos y esferas de entre 63 y 100 kilos. Ibai Urrutia Photography

Entre bisturís y piedras de 100 kilos, la cirujana harrijasotzaile que se ha proclamado campeona de Euskadi

Patricia Martín, jefa de la Unidad de Quemados del Hospital de Cruces, se llevó la txapela el pasado domingo en la prueba celebrada en el frontón de Mungia

Helena Rodríguez

Martes, 21 de octubre 2025, 15:20

Comenta

Patricia Martín rompe cualquier idea preconcebida sobre los deportes de fuerza y concretamente sobre los herri kirolak. Durante años ha sido una especialidad dominada por hombres vascos, pero eso ha cambiado. Hace unos años que a los nombres de tiarrones como Iñaki Perurena o Mieltxo Saralegi se han unido los de Karmele Gisasola o Eider Durana. Y desde este pasado domingo, cuando se proclamó campeona de Euskadi, el de 'Patri', una gallega de pura cepa que, para rematar lo peculiar de su caso, es la jefa de la Unidad de Quemados del Hospital de Cruces.

A sus 40 años recién cumplidos, su perfil profesional la define como cirujana plástica, especialista en muñeca. Se ha formado en la Autónoma de Madrid, en Singapur y también ha operado en India. ¿Cómo acabó en Cruces? «Cuando llegó el momento de elegir destino tenía claro que quería el norte. Había plaza en Galicia y en Bilbao, y elegí la segunda», recuerda. En tierras vascas conoció a su pareja, el donostiarra y también cirujano Mikel Prieto, especialista en trasplante de hígado y habitual en las competiciones Strong Man.

Tras hacer sus pinitos en ballet clásico durante la niñez, acabó decantándose por el voleibol. Su 1.80 de altura la convirtieron en una central temible en la red, una época de la que recuerda sus habituales esguinces de dedo que por dolorosos que fueran no le impedían entrar en quirófano. Pero siempre le atrajo el ejercicio de fuerza. «Cuando dejé el voley me enganché al crossfit, algo que no he dejado, y también al remoergómetro». Lo que ella llama enganche la ha convertido en subcampeona del mundo y campeona de Europa de esta última disciplina en varias ediciones. También se ha llevado el Strong Woman Spain.

Patricia Martín, en una de las pruebas del pasado domingo en Mungia. Ibai Urrutia Photography

El salto al levantamiento de piedra lo dio empujada por el pique con su marido. «Él también es un apasionado de los ejercicios de fuerza y me dijo que me iba a gustar y que porqué no probaba», recuerda, pocas horas después de hacerse con la txapela de Euskadi y tras una jornada operando muñecas en Cruces. Mikel Prieto le habló de Ogikiñe Harrieskola, en Getxo, dirigida por el exlevantador Félix Campos 'Ogikiñe'. Ella se lanzó y... a triunfar.

Desde 2021 levanta cilindros, cubos y esferas de entre 63 y 100 kilos. Y contrariamente a lo que se pudiera pensar, sus manos de cirujana no son las que más sufren en el proceso. «Tengo bastante moratones por el cuerpo», reconoce antes de confesar que en el campeonato del domingo, celebrado en Mungia, acabó sangrando. «Sufro sobre todo en la zona de la clavícula, por el tirante del sujetador. Y eso que llevo un traje especialmente reforzado para evitar daños pero...»

- ¡Qué dolor!

- Me avisó la juez, porque yo ni me di cuenta. La adrenalina.

No es una disciplina fácil. Lo demuestra lo que le pasó a su rival en la final, Ainitze Zumeta. Aunque Martín se sabía en números para hacer podium, la de Zarautz era favorita a llevarse la txapela. Sin embargo, un desvanecimiento la apartó del título. «Yo creo que la quisieron forzar y al final el cuerpo aguanta lo que aguanta. Al final, en la última piedra, la pobre pinchó y llegó mi momento», reconoce la gallega.

No fue ni de lejos una victoria fácil. Compitió contra otras 7 harrijasotzailes que levantaron la cilíndrica de 75 kilos, el cubo de 62,5 y la esfera de 62,5 en tandas de tres minutos, en un ambiente de mucho calor -el frontón donde se celebraban las prueba era cerrado-. Allí, la jefa de la Unidad de Grandes Quemados de Cruces levantó un total de 5.387,5 kilos.

Patricia Martín, en el centro, con la txapela de campeona de Euskadi.

«Mis compañeros se descojonan»

Aunque al principio sus compañeros en el hospital «flipaban bastante» ahora «ya se descojonan». «Cuando me ven llegar con rozaduras o así me preguntan si he tenido campeonato y qué tal», resume divertida. No obstante admite que este lunes han sido especial llegar al trabajo. «He llegado muy sonriente con una sudadera que pone Ferrol en letras bien grandes», desvela. Y es que aunque esté en pleno proceso de sacarse el PL2 de euskera y levante piedras, sus raíces gallegas no las pierde.

- ¡Pero oiga, si no tiene ni acento!

- Uy, eso pregúntaselo a mi marido. Cuando me enfado me sale que no veas. También cuando hablo con la familia.

Martín admite que al principio sus allegados de Galicia no entendían muy bien esto de ser harrijasoztaile. «Me decían, 'pero mujer, no hay otra cosa'. Ahora ya están acostumbrados y me preguntan dónde compito, contra quién y qué tal». Se puede decir que lo han normalizado, lo mismo que el resto de la sociedad vasca, en la que cada vez son más los que se acercan a ver las competiciones de herri kirolak femeninos.

«En Mungia, por ejemplo, que es un sitio donde no hay tanta tradición como en otros sitios donde he competido, había mucha gente y se veía que no estaban allí de paso, sino que habían ido a verlo ex profeso», explica. La presencia de mujeres en la competición también ha aumentado de manera importante. «Cuando empecé éramos muy pocas. Siempre las mismas. Ahora a cada competición que voy hay caras nuevas, y se incorporan muchas chicas jóvenes que levantan pesos muy importantes». De hecho, «nos estamos organizando para que también haya competición femenina de piedra grande (113 kilos), como en el caso de los chicos», anuncia.

Hasta que llega ese momento, ella se centra en mantener en lo posible su ritmo de entrenamientos, compaginándolos con las guardias, las operaciones y su vida. Su idea es presentarse al campeonato de Bizkaia, en diciembre, y se plantea si acudir al europeo de remoergómetro. «Ya veré porque no me da la vida», admite. Escuchándola, resuelta, vital y derrochando simpatía es difícil imaginar que tenga límites.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Entre bisturís y piedras de 100 kilos, la cirujana harrijasotzaile que se ha proclamado campeona de Euskadi

Entre bisturís y piedras de 100 kilos, la cirujana harrijasotzaile que se ha proclamado campeona de Euskadi