Alberto Domingo: «Mi sueño es cruzar la meta en el lago rosa de Dakar»
San Sebastián
Lunes, 20 de mayo 2024, 02:00
Irundarra de 32 años, lleva tres participando en Rallys Raid, una modalidad muy exigente que aúna no sólo pericia encima de una moto, sino también ... resistencia física y nociones de navegación para no perderse durante en el recorrido. Antes de montarse en una moto de competición fue remero. Llegó a bogar en las tostas de Arraun Lagunak –desde infantil hasta senior– y también en la Donostiarra B, aunque primero hizo banco móvil. Le quedó la espinita clavada de no disputar nunca la Bandera La Concha.
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– Se decidió por el motociclismo después de haber probado el remo...
– Mi tío José Antonio fue el que me metió en el cuerpo la afición por el remo. Empecé con once años y mi hermano Alex también llegó a remar en Donostia Arraun Lagunak. Compitió con la selección española de móvil y estuvo tres años becado en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla (CAR). Luego me dio por las motos, me empezó a gustar y me enganche. En 2018 fui a Marruecos de turismo. Me inicié en el mundo del 'off road' y hasta hoy. En 2020 me compré una enduro de monte y a partir de ahí ya todo fue más rodado y pasé a disputar carreras de rallys raid.
«Mi primera moto fue una Honda Transalps de 650 centímetros cúbicos, de segunda mano, creo que pagué por ella 2.800 euros»
– ¿Cuándo comienza a tomarse en serio su participación en las carreras de raids?
– Comencé a competir en 2022. Mi primera carrera fue el Hellas, en Grecia, la misma que voy a repetir ahora, dentro de quince días. Fui de aventura, con unos amigos y hasta hoy. Entreno con el piloto catalán Joan Pedrero, quien en su día llegó a participar en dieciséis ediciones del Dakar y finalizo quince. Hizo dos quintos puestos y ganó la segunda jornada de una etapa. Su experiencia y sus consejos me han servido de mucho ahora.
– ¿Recuerda su primer contacto con la disciplina?
– En 2018 fui a Marruecos sólo de turismo, pero fue ahí donde me empezó a gustar el mundo de los 'off road'. Y hasta hoy. Dos años después me compré una Enduro de monte y fue a partir de ese momento cuando me tomé más en serio el mundo de los Rally Raids.
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– ¿Y su primera moto?
– Era una Honda Transalp de 650 centímetros cúbicos. Eso sí, de segunda mano. Creo que pagué por ella en su día 2.800 euros.
– ¿Por qué las motos y no otro deporte?
– Podía haber practicado cualquier deporte, pero me gustó y además me sirve para entrenar el físico. Con la moto suelo ir habitualmente a la zona de los Monegros. Aquí, en Gipuzkoa, está bastante complicado. No hay terreno adecuado para esta modalidad. Hay parques naturales y hay que respetarlos. Allí, en cambio, hay más pistas transitables.
– Lleva tres años practicando rallys raid. ¿Qué diferencia a esta disciplina de otras?
– Utilizamos un sistema de navegación que nos indica el kilometraje de cada etapa, los cruces, las pautas a seguir para navegar y hay que saber interpretar esas señales. Es un poco complicado, debes aprender un léxico y saber interpretarlo en carrera para orientarte y tomar el camino adecuado, el que marca el libro de ruta. En el campo no hay señales, no hay nada marcado. Debes saber hacer uso de él porque durante cada etapa te pierdes varias veces y eso supone también una pérdida de tiempo que al final se acaba pagando. No sólo tienes que ser el más veloz, sino también el que mejor interpreta el libro de ruta.
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– Hace un mes disputó en A Estrada (Galicia) la primera prueba del Campeonato de Europa, que consistía en un prólogo y seis etapas.
– En total fueron 1.200 kilómetros de tramos y rutas cronometradas. Quedé tercero en la categoría M3 (450 cc), por delante del francés Julien Jagu y del alemán Matthew Gird.
– Y a primeros de mes ha tomado parte en la Baja Extremadura, en Badajoz.
– Era una prueba del Campeonato Nacional y fui noveno en la misma categoría.
– Ahora se va a Grecia...
– Sí, salgo el sábado en avión desde Hondarribia a Atenas y desde allí hasta Itea, que está a unos 220 kilómetros. Competimos del lunes 27 al 2 de junio. Es la segunda prueba del Europeo.
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– ¿Cuál es su sueño?
– Mi sueño es participar en el antiguo Dakar y cruzar la meta en el lago rosa. Está complicado. Sólo estar en la salida cuesta entre 50.000 y 60.000 euros. No está al alcance de todo el mundo.
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