«Fue un infierno convivir con el Frente Atlético y las Brigradas Blanquiazules»

T. I.

Lunes, 30 de enero 2017, 11:15

Por diferentes motivos, Leontxo ha tenido relación también con otros deportes y sobre el dominio mediático del fútbol tiene su particular visión: «Lo que yo llamo la neurosis del fútbol. Aclaro por delante que me gustaba el fútbol. Yo había renegado de este deporte porque en nueve de cada diez partidos no merecía la pena invertir dos horas, basta con ver el resumen, pero el Barça de Guardiola me reconcilió con el fútbol, porque formaban un arte. Ahora bien, es contraproducente que haya millones de personas que de lunes a domingo tienen un balón metido en la cabeza y apenas les cabe nada más. Eso y lo que habitualmente se llama telebasura hacen una suma que explica que haya tantos españoles que votan a un partido político que está de porquería hasta la coronilla, algo que va contra todo sentido común. Solo se puede explicar porque hay millones de españoles que tienen carcomido el cerebro por estas dos cosas».

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Escribió un libro sobre Antic: «Fue un encargo de Plaza y Janés, por el Atlético de Madrid que entrenaba Radomir Antic . Buscaban un periodista no futbolero para verlo desde un prisma distinto y como Antic era aficionado al ajedrez, me llamaron a mí. Fue una experiencia muy buena, salvo con una excepción porque a raíz de eso, El País me pidió que hiciera un reportaje sobre los hinchas radicales del fútbol y esa fue la peor experiencia de mi vida profesional. Fue un auténtico infierno convivir con el Frente Atlético un día y con las Brigadas Blanquiazules del Espanyol en un derbi con el Barça. Lamentable, de verdad. Lo peor».

Es un viajero empedernido: «He visitado noventa y seis países, pero si tengo que elegir de dónde soy, me quedo con Irun que es, además, una ciudad confortable y muy bien comunicada. Es una suerte nacer y vivir en Irun, porque estamos en una frontera. Uno de los recuerdos más antiguos que tengo es de cuando tenía cinco años y mi calle cercana a la plaza del mercado estaba llena de franceses. Ese cruce de culturas es muy interesante, eso explica por qué en Irun nunca han ganado los radicales. No nos creemos el ombligo del mundo. Nacer en una ciudad fronteriza te permite conocer otras culturas también».

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