Está en sus manos y en sus muñecas
El GBC quiere ponerse por delante en el playoff y para ello debe derrotar este viernes en Illunbe al Tizona, que volverá a plantear un partido a mil por hora
Llega a Donostia uno de los momentos más esperados en el baloncesto. Un encuentro de playoff. El primero de los dos que se van a disputar en el Angulas Aguinaga Arena. Bajo su techo puede estar el pasaporte hasta la final four, el último escollo antes del premio gordo: el ascenso a la ACB que espera al ganador. Pero para eso hace falta mucho, quedarían cuatro partidos, un póquer de batallas que debe librar la armada comandada por Mikel Odriozola. Y la primera es esta noche en el pabellón donostiarra (20.30 horas, LaLiga Sports TV) al calor de la afición del Gipuzkoa Basket, que a buen seguro va a arropar a su equipo.
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Falta hará porque si el Tizona es ya de por sí peligroso, seguro que herido, mucho más. El equipo de Ocampo es singular, se puede decir que es la versión LEB Oro de aquellos Warriors que fascinaban. «Ellos nos van a pedir un esfuerzo extra, físico y de concentración. Va a ser un partido bonito de ver, no vamos a tener miedo», dijo Odriozola en la previar. Juegan como un metrónomo, a mil por hora, todo el rato con el pie en el acelerador a fondo. Sin dar tregua al rival. Eso ocurrió en el primer partido y el GBC tomó nota.
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Se puede adelantar en las rectas, pero también frenando. Y le salió a las mil maravillas al equipo guipuzcoano. La receta para este viernes puede ser la misma. Sembrar dudas en el equipo burgalés, parar su ritmo y que tengan que jugar a otra cosa, sacarle de su hábitat. En ese contexto el Gipuzkoa Basket se siente como un tigre en la selva de Rathambore. Agazapado y esperando su ocasión.
El factor ambiental es clave en un encuentro de playoff donde se juega con pasión, ardor y un punto más de intensidad. Cada posesión rival se pita y cada acción positiva del equipo de casa se aplaude. Se espera una gran entrada en el Angulas Aguinaga Arena, rozando los 4.000 espectadores. «Les necesitamos», dijo en estas mismas páginas Alex Barcello, míster MVP. Bien lo sabe el pistolero de su época en Grecia, donde el basket no es un asunto trivial, sino todo lo contrario.
En los nombres propios Barcello es quien atrae todos los titulares. 18 y 25 puntos en los dos primeros partidos, sin olvidar al señor de la zona, Iván Aurrecoechea, autor de 23 y 16 puntos. Frenar por dentro a Parrado y Díaz y estar muy atento a las muñecas de Jofresa, Horton y Pacheco deben ser las premisas defensivas del GBC, que quiere seguir haciendo historia y meterse por segundo año consecutivo en la final four de ascenso a la ACB. Está en sus manos y muñecas.
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