El GBC es 007, tiene licencia para soñar

Una corbata. Eso separó al Burgos de la remontada. Un triple de Micah Speight que hubiera supuesto el 80-81. El balón se salió y el público estalló de alegría porque el Gipuzkoa Basket es como James Bond. Tiene licencia para soñar. El Coruña se escapó por el bigote de una gamba pero el líder hincó la rodilla ante un súper equipo. Como ocurrió con los gallegos, el GBC tenía el partido ganado, tras canasta de Aurrecoechea, 79-67 a falta de 2:31. La fiesta se estaba preparando pero el Burgos encadenó ocho puntos seguidos, 79-75 a falta de 36 segundos y Motos perdió el balón de saque de fondo. Jiménez no perdonó el triple, 79-78. Oroz anotó un tiro libre y la montaña rusa de sensaciones sonrió esta vez al GBC, ya que el tiro de Speight se salió literalmente de dentro.

«Xabi es un jugador top». Lolo Encinas sabe mucho de baloncesto y su exbase no tuvo más remedio que darle la razón en un inicio de choque eléctrico del Gipuzkoa Basket. Un 9-0 en tres minutos fue el primer parcial de los de Odriozola, que se fue ampliando con un imperial Oroz, haciendo dos triples con la colaboración de Aurrecoechea y Barcello, 18-6 (min. 5). Lolo tuvo que parar el partido y dar un analgésico a sus jugadores aunque continuó el dolor de cabeza con un triple de Vrankic, y dos canastas más adicional. La ventaja llegó en pleno festival guipuzcoano al final del primer cuarto a los diecinueve de ventaja y tuvo una máxima de veintiuno, 36-15 (min. 12) tras canasta de Marcius.

Ahí el líder despertó con Speight acelerando las operaciones y metiendo más manos atrás, aunque el rebote le seguía dando la vida al GBC. Un 2-13 de parcial obligó a Odriozola a parar el partido, 38-28 (min. 16) y salió el pistolero Barcello a mantener la ventaja por encima de los diez. Precioso intercambio de golpes en el tramo final antes del descanso con los dos equipos usando faltas y un nivel altísimo en todas las facetas del juego. Quiso escaparse el GBC pero le faltó un triple para abrir hueco –tres de trece al descanso– y un último esfuerzo de Speight dejó el luminoso en 46-37.

El tercer cuarto iba a ser clave. Odriozola y Encinas no cambiaron de jugador en más de seis minutos, signo de que unos se querían escapar y los otros acortar distancias. Lo llevaba bien el GBC, 60.49 (min.28) hasta que un arreón de Burgos le hizo ponerse a seis. Motos y Marcius apretaron para mantener once de ventaja antes del cuarto de la verdad.

Y la escuadra guipuzcoana lo hizo de maravilla, forzando faltas, sujetando a Speight y Lapornik. Un palmeo de un gigante Xabi Oroz pareció la puntilla y la canasta de Aurrecoechea para el 79-67 también. Pero no se puede dar a nadie por muerto. Y menos a un súper equipo como el castellano.