La ACB deberá indemnizar al Gipuzkoa Basket con 40.631 euros

En un primer momento un auto judicial el 4 de agosto obligó a la ACB a incorporar al Gipuzkoa Basket a la liga para la temporada 2020/21 (terminó con el descenso deportivo) y ahora la Asociación de Clubes de Baloncesto ha sido condenada a indemnizar al club con 40.631,64 euros más los intereses, justificado en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico como "la suma de la pérdida salarial que el GBC tuvo que soportar como consecuencia de la tardía inscripción en la competición y el consiguiente impacto que tuvo dicha circunstancia en el retraso en la incorporación de los jugadores".

Por ordenar los hechos, el 8 de mayo de 2020 la FEB dio por concluida la temporada regular de la LEB Oro debido a la situación sanitaria y acordó que, si para el 25 de mayo la Federación no tenía confirmación de que pudiera disputar una fase de ascenso, los equipos ascendidos de la LEB Oro a la ACB serían el Carramimbre Valladolid y Gipuzkoa Basket, que en la jornada 24 marchaban empatados en cabeza con 18 victorias y 6 derrotas.

Esa resolución sucedió el 25 de mayo y tres días después el Gipuzkoa Basket envió una carta a la ACB informándole de su derecho al ascenso, "para cuya materialización le solicitaba la remisión de los requisitos". La ACB no respondió hasta el 13 de junio, "informándole de la totalidad de requisitos a cumplir para inscribirse, sin negar en ningún momento su condición de equipo ascendido desde la LEB Oro". Cabe recordar que la ACB sí organizó una concentración para disputar una fase final de la que saliera un campeón de la temporada 2019/20, pero no hizo nada para resolver los descensos, por lo que la liga, sin el Gipuzkoa Basket, ya iba a contar con 18 equipos, lo máximo acordado entre la ACB, la FEB y el CSD en 2008.

El 29 de junio Gipuzkoa Basket envío la documentación requerida dentro de plazo para solicitar su ingreso en la liga y el 1 de julio la ACB "efectuó el primer y único reproche ante la supuesta falta de acreditación suficiente de dos partidas de los ingresos presupuestados para la temporada, una parte de una subvención de la Diputación Foral y una parte de los ingresos procedentes de patrocinadores".

La entidad de Ignacio Núñez respondió que "la subvención de la Diputación no se encontraba desembolsada porque aún no se había materializado su inscripción, pero el compromiso estaba firmado" y que "los ingresos por patrocinio y publicidad sí se encontraban acreditados a pesar de no individualizarse, pues nadie de ACB les había requerido tal detalle. En todo caso, fue remitido más adelante".

El 10 de julio, sin conocer ninguna respuesta por parte de la ACB, Gipuzkoa Basket se puso de nuevo en contacto con ella para "advertir" que "su negativa injustificada a tramitar el ascenso le estaba ocasionando importantes daños y perjuicios por no poder planificar la temporada 2020/21".

El 15 de julio la ACB negó el cumplimiento de su admisión "sin alegar motivo alguno" y anunció la celebración de una junta el día 23 para decidir la inclusión de Gipuzkoa Basket en la ACB, día en el que se denegó su admisión. En todo este tiempo, los guipuzcoanos no contaron con la ayuda ni apoyo de la FEB ni del CSD, del que se duda en la sentencia de que mediara realmente. "A pesar de los esfuerzos realizados por Gipuzkoa Basket y la supuesta mediación del CSD, el 23 de julio la ACB hacía público que los clubes habían acordado la 'no afiliación' del GBC", con 17 de 18 votos posibles en contra.

En la sentencia se destaca que "es importante la declaración de Germán Cea", director general del club en aquella época y miembro del consejo del Gipuzkoa Basket del 2004 al 2021, "que declara que la tramitación fue ciertamente igual que las tres veces anteriores (…), que ACB no nos mandaba los requisitos, tuvimos que requerirles y los cumplíamos y que además (…) la subvención concedida por la Diputación fue incluso mejor que otras veces".

Además, la sentencia indica que "la forma de actuar de la ACB no fue propia de una asociación" y que "puso todas las trabas pertinentes para apurar el tiempo y evitar la inclusión de Gipuzkoa Basket en la Liga Endesa, que fue ganada como derecho deportivo no impugnado".

Reconocida la "vulneración del derecho fundamental de asociación de Gipuzkoa Basket por una actuación en abuso de derecho por la ACB", el club donostiarra manifestó que todo ese procedimiento le causó daños y prejuicios, resumidos en cinco conceptos en las que solo uno se estima a favor de Gipuzkoa Basket. Es por esta razón que en el fallo se expresa "estimando parcialmente la demanda interpuesta" y que la indemnización final sea la cuantía correspondiente a un punto, y no a más.

Antes de ir punto por punto, el juez ya menciona que "se trata de una materia complicada en el sentido que fundamentalmente se apoya en hipótesis, en lo que pudiera haber sido y además la titulación del perito no es la más ajustada como pudiera ser la de un director deportivo o persona conocedora del mundo del baloncesto".

El primer concepto de los supuestos daños y perjuicios reclamados por el Gipuzkoa Basket se debe a "gastos de alojamiento por el retraso en la contratación de jugadores", alegando que "GBC se vio obligado a asumir gastos de hotel para procurar un alojamiento provisional para los nuevos jugadores de la plantilla con el fin de agilizar su incorporación a los alojamientos". Esta partida no se estima porque "tal y como declara el señor Cea, tienen la costumbre de pagar los arrendamientos a los jugadores".

El segundo concepto, el de la pérdida de ingresos por falta de abonados, tampoco se estima porque "el perito no tiene en cuenta el hecho fundamental derivado de la pandemia, que impidió el acceso al público de manera habitual en dicha temporada", hecho por el que posteriormente el club recibió por parte del CSD una ayuda pública por el importe de 120.000 euros, "que superaría el equívoco importe reclamado por el perito".

El tercer punto hace referencia a "los daños derivados de tener que disputar como local las jornadas 1 y 3 de competición en Bilbao y Burgos por la realización en el pabellón del GBC de obras de adaptación exigidas por la ACB". Tampoco se estima porque, citando de nuevo a Germán Cea, "las obras en Illunbe venían acordadas previamente y no tenían nada que ver con el ascenso a la ACB". Se constata que el perito "de la parte actora desconoce si se licitó la obra en febrero 2020 y que nadie le facilitó la información relativa a que fuera por el ascenso".

El cuarto punto es el único que se estima, que hace referencia al "sobrecoste derivado del retraso en la incorporación de la plantilla". Se constata que "es indudable que retrasar la decisión de formar parte de la Liga Endesa le tuvo que suponer algún perjuicio en cuanto a planificación o salarios, y esta parte es la más acorde o la más fundamentada". El perito declara que "los contratos fueron por toda la temporada deportiva, tuvieron que contratarles por más tiempo o no estuvieron a disposición del entrenador el tiempo adecuado, no entrenando en pretemporada el tiempo adecuado y ajustado al importe salarial".

Se justifica que "todo ello suma una pérdida salarial de 40.631,64 euros que el GBC tuvo que soportar como consecuencia de la tardía inscripción en la competición y el consiguiente impacto que tuvo en el retraso en la incorporación de los jugadores". Germán Cea declara que "fueron seis semanas que el jugador recibió el importe íntegro y no estuvo a disposición del club".

Aquel verano la ACB se vio forzada a incorporar al Gipuzkoa Basket en la liga el 4 de agosto y el club anunció toda la plantilla de una tacada el 12, ocho días después, aunque hubo jugadores que no llegaron hasta la última semana de pretemporada, como fue el caso de Johnny Dee, y otros como Brandone Francis, Jaime Echenique o Lucas Faggiano llegaron a San Sebastián en la segunda semana de septiembre.

Por último, tampoco se estima "el sobrecoste derivado de la pérdida de competitividad de la plantilla" porque por una parte "es otra partida en la que se vuelve a incurrir en imprecisiones o indeterminaciones" y se menciona que, en una lista de fichajes previstos que se presentó en la audiencia, "se desconoce cuál es la fuente de información" (a viva voz según el perito), añadiendo que "el propio señor Cea manifiesta que no se hicieron ofertas por esos jugadores, afirma que se trabajó en ambos horizontes por incertidumbre, que se estuvo hablando con agentes en julio y agosto y que si fueran admitidos el 23 de julio por la asamblea, no cree que el equipo hubiera sido muy distinto", apuntando que "lo que condicionó la plantilla fue la limitación presupuestaria y las lesiones".

La plantilla que terminó confeccionándose fue la siguiente: Lucas Faggiano, Jan Span, Xabi Oroz, Mikel Motos, Pere Tomas, Johnny Dee, Dino Radoncic, Brandone Francis, William Magarity, Julen Olaizola, Viny Okouo y Jaime Echenique, entrenados por Marcelo Nicola.

Por lo tanto, el juez declara en el fallo que "la ACB ha infringido el derecho de asociación de Gipuzkoa Basket, se declara nulo el punto de la asamblea del 23 de julio en el que se denegó al GBC inscribirse en la ACB y condena a la Asocación de Clubes de Baloncesto a indemnizar por daños y perjuicios al GBC como "consecuencia del retraso de su afiliación en la ACB, fijando el importe en 40.631,64 euros, más los intereses".

Es sin duda una gran victoria para el Gipuzkoa Basket, que luchó por sus derechos hasta el final, pelea en la que queda clara la actitud que tuvieron la ACB y el CSD.