Barcello y Van Dyke, dos artistas

Echar un vistazo a sus últimos cinco partidos –sobre todo si hay que enfrentarse a él como es el caso del GBC– invita a ingerir un analgésico. Van Dyke metió 36 puntos al Tizona, 16 a Ourense, 26 a Estudiantes, 25 a Valladolid y 31 a Castelló. Es decir, promedia en esta tacada de encuentros 26,8 puntos por choque. Una absoluta barbaridad. De hecho, estas anotaciones siderales le han hecho al equipo de la ciudad autónoma mirar más hacia arriba que hacia abajo. Ha ganado cuatro de esos cinco partidos y sólo cayó contra el Estudiantes y por un punto, lo que le ha colocado noveno, es decir, es equipo de playoff si hoy acabara la Liga.

No hay por qué ocultar que los números de Barcello son inferiores en este tramo de partidos, firma por noche 18,4 tantos, pero no cabe duda de que el escolta del Gipuzkoa Basket es un metrónomo que no falla. Le da igual cómo anotar, pero siempre lo hace. En el caso de Van Dyke su gran peligro es el acierto desde el triple.

El duelo se presenta apasionante entre dos jugadores que debutan este año en la competición, que llegaron con un pedigrí de grandes tiradores y que el enfrentamiento se puede elevar hasta el cielo si además se ven las caras en ataque y defensa. Ahí los entrenadores tendrán mucho que ver. Mikel Odriozola y Rafa Monclova llevan toda esta semana trazando y pensando dónde sacar ventajas y cómo frenar el talento, uno de Barcello, otro de Van Dyke.

En el caso del Gipuzkoa Basket no sería la primera vez que Odriozola sitúa a Stürup o Ansorregi sobre el jugador exterior más peligroso del rival, aunque Barcello u Oroz tienen un nivel defensivo suficiente para frenar a un tirador letal como el estadounidense.

Van Dyke promedia en estos últimos cinco encuentros casi cinco triples, el principal foco anotador del escolta de Melilla. Por contra Barcello sólo ha necesitado un triple en los últimos tres encuentros para ser el faro anotador del Gipuzkoa Basket. La velocidad del pistolero y la amalgama de recursos que tiene –penetración, tiro tras bote, lanzamiento de tres– le hace dificilísimo de marcar para los rivales y seguro que hoy será un dolor de cabeza para el equipo melillense.

En caso del jugador de Utah, su principal peligro es el tiro de larga distancia. Viene de hacer siete triples de catorce intentos, y el partido pasado firmó cinco de diez. Le da igual gastar tiros, porque ante Tizona lanzó 22, ante el Valladolid hizo veinte y en el último partido tiró 21 veces a canasta. Van Dyke, que se fue a cumplir una misión religiosa a Birmingham, Alabama, durante su periplo universitario en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tiene como mejor marca este año 36 puntos.

Los mismos que Alex Barcello, quien llegó a esa cifra el día de Menorca para conseguir la mayor valoración en la historia del Gipuzkoa Basket: 50 créditos. Ahí radica otra de las diferencias entre ambos jugadores, y es que el escolta del GBC a sus 19 puntos de media le añade 4,3 rebotes y 3,5 asistencias.

El duelo entre dos artistas de esta época moderna del baloncesto, está servido. En Melilla se miden dos equipos que están en buena dinámica.