Caso Rubiales

El fútbol guipuzcoano censura la conducta de Rubiales, que anunciará hoy su dimisión

El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, se mostró contundente al señalar que «Rubiales debería haber dimitido desde el principio y esto tendría que haber terminado hace tiempo». Considera el máximo dirigente txuri-urdin que este asunto solo tiene un final posible y por eso es «muy crítico con la actitud de la junta directiva de la Federación a la hora de convocar una asamblea extraordinaria con carácter urgente cuando en el orden del día no hay ni un solo punto que requiera tal urgencia. El apartado de 'ruegos y preguntas' no es el momento de echar a un presidente». Concluye que la convocatoria era «una mentira porque se hacía para que le aplaudan». La ola de renuncias a acudir a la asamblea acabó cambiando el paso del propio presidente, que se ha visto abocado a la dimisión.

El mismo criterio sostenía el Eibar para no presentarse en la asamblea de hoy. Su presidenta, Amaia Gorostiza, interpreta que «los hechos acaecidos son muy graves y deben tener consecuencias», mucho más allá de la celebración de una reunión en la que no se vislumbraba la toma de medidas drásticas que requiere el contexto. Tal y como señala Manu Díaz, presidente de la Federación Gipuzcoana, «en el orden del día no se reflejaba el problema que hay sobre la mesa y no apreciamos ningún fin loable en dicha convocatoria».

Sin embargo, la decisión acerca de renunciar a la asamblea no es más que la consecuencia lógica y coherente de una opinión unánime que tilda de «impresentable y perjudicial» la forma de proceder de Luis Rubiales. Acostumbrados a medir sus discursos, soprende los términos en los que Aperribay, Gorostiza y Díaz se refieren a la conducta del mandatario español. El presidente de la Real reconoce sentirse «horrorizado», su homóloga en el Eibar recurre al calificativo de «lamentable», y el responsable federativo habla de «incredulidad e indignación».

A los tres les ha tocado representar a sus entidades en foros formales y coinciden en que hay patrones de comportamiento «indignos» de ciertos cargos. Aperribay recuerda que «afortunadamente he estado en contextos eufóricos últiamente, pero un dirigente no se puede comportar de esa manera en una celebración. Lo del beso, por supuestísimo que es grave, pero lo de los genitales... Hablamos de errores profundos que los dirigentes debemos saber evitar. Luego están las declaraciones, las posteriores y las más cercanas. Se equivocó. Faltó respeto y sobró excitación. Yo me alegré más al ganar la Copa tanto con el equipo femenino como con el masculino, y lo máximo que hice es pedirle al rey quitarme la mascarilla tres minutos y darle un beso en la frente a Illarramendi».

Amaia Gorostiza añade que «resulta lamentable que, habiendo ganado un Campeonato del Mundo, el presidente de la Federación haya conseguido que, con sus actitudes, un hecho histórico de esta magnitud quede en un segundo plano. En su caso, además, existen precedentes de supuestas actuaciones graves, por lo que entendemos no puede seguir vinculado a un ente como la Federación. Es completamente ilógico que una persona así pueda representar al deporte español a nivel mundial».

Manu Díaz incide en el perverso efecto colateral del embrollo. «Duele que un triunfo histórico quede oscurecido por estos hechos. Nuestro sitio, el de los gestores, es el despacho. Somos espectadores y ellas son las protagonistas. No sé si alguna vez podremos restituir a Irene Paredes y las campeonas del mundo lo que se les está quitando estos días». Por todo, el presidente de la Federación siente «una enorme tristeza por los hechos, pero al mismo tiempo la necesidad de tomar una posición enérgica. Me alegro de que la Vasca y la Guipuzcoana hemos sido las primeras federaciones territoriales que hemos expuesto nuestra opinión de manera clara y honesta».

La Diputada Foral de Deportes de Gipuzkoa, Goizane Álvarez, agradeció el gesto valiente de la Guipuzcoana por su «compromiso» no sólo con el fútbol, también con «los valores del deporte en Gipuzkoa». Es más, subrayó que con esta postura se está «dando ejemplo» y concluyó que «la igualdad la construimos en red y entre todos».

Otros clubes como Real Unión o Antiguoko también han mostrado su rechazo al comportamiento de Rubiales y el mismo Imanol, preguntado en la previa del partido contra el Las Palmas, fue tajante al respecto: «Es inaceptable». El fútbol guipuzcoano lo tiene claro.