El Real Unión cae con las botas puestas

El mexicano se plantó en Irun con todo el arsenal que le está permitiendo rendir a las mil maravillas en LaLiga y su sistema habitual de tres centrales con dos carrileros largos, con Muriqi y el mundialista Kan In Lee en punta. David Movilla, en el bando local, respondió apostando de inicio por el mismo esquema para equilibrar la balanza. Las alas fueron para Aramburu y Seguín y en el eje de la zaga actuaron Pérez, Espigares y Montoro. La partida de ajedrez estaba servida.

Los mallorquinistas salieron enchufados y llevaron peligro a la portería de Irazusta prácticamente desde el primer segundo. Nada más arrancar el duelo el usurbildarra se jugó el tipo para evitar el primero y antes del minuto cuatro tuvo que ir al suelo para atajar un disparo de Dani Rodríguez.

La puesta en escena de los visitantes fue buena pero el conjunto unionista no tardó en recordar a su adversario que lo de este martes no iba a ser coser y cantar. Alain botó una falta desde el centro del campo con su habitual precisión e Iván Pérez, libre de marca, cabeceó para obligar a intervenir al debutante Greif. El gasteiztarra se encontraba en fuera de juego pero fue el primer aviso.

El partido, que estaba transcurriendo igualado, se desniveló de la manera menos esperada. Montoro, en el perfil izquierdo de la retaguardia unionista, se enredó incomprensiblemente en la salida de balón y Dani Rodríguez anduvo listo para robarle la cartera. Al centrocampista del Mallorca le bastaron dos pasos para internarse en el área y poner el 0-1 de tiro cruzado a los veinte minutos.

La iniciativa continuó siendo de los Aguirre tras el tanto y Muriqi rozó el segundo con una volea que se marchó desviada. El Mallorca controlaba el choque pero el Real Unión, igual que su adversario en la noche de este martes, también posee jugadores capaces de armarla en un santiamén.

Uno de ellos es Alain Oyarzun. Pasada la media hora, a la altura de la divisoria, el irundarra levantó el periscopio y se inventó un pase en largo para la carrera de Seguín. El eibartarra, escorado y forzado, superó por arriba la salida de Greif pero su disparo acabó impactando en la red. Fue la más clara para los de blanco y negro antes del paso por vestuarios.

La igualdad reinante durante muchas fases del primer acto se trasladó a la reanudación, en la que ambos contendientes se alternaron la posesión sin protagonizar acercamientos significativos. Muriqi, un imán para el juego aéreo, remató con la testa en el 55 pero su intentó no revistió mayores problemas para Irazusta. El meta txuribeltz vio poco después como Iván Pérez casi hacía el 0-2 en su propia portería, tras un centro lateral.

David Movilla, que este martes tenía munición pesada en el banquillo, no quemó su primer cartucho hasta el 73 dando entrada a Nacho en sustitución de Jon Ander. La cita llegó abierta a los últimos diez minutos con la esperanza entre la parroquia txuribeltz de que una jugada aislada mandase la eliminatoria a la prórroga. Movilla se preparó para el arreón final con un triple cambio tras el que Capelete, Jaso y Bravo ingresaron en el terreno de juego.

El atacante madrileño pudo empatar la contienda nada más salir tras un desmarque al espacio que Núñez percibió a la perfección. Greif tuvo que actuar por primera vez en toda la segunda mitad para desbaratar el lanzamiento. Fue la última del partido para los unionistas.

Con la escuadra irundarra volcada en busca del empate, Kadewere tuvo la sentencia en el 90 pero su definición en el mano a mano ante Irazustabarrena fue desastrosa. De manera incomprensible, el colegiado sólo añadió tres minutos en los que no se jugó nada. Con el pitido final, la afición txuribeltz agradeció el esfuerzo de los suyos, que han permitido que dos conjuntos de Primera vuelvan a desfilar por Irun esta campaña. Ojalá que no haya que esperar tanto para que vuelva a suceder.