Ni Tour sin Pirineos, ni Pirineos sin Tour
Tres duras etapas con finales en alto en Hautacam, Peyragudes y Superbagnères ayudarán a aclarar el desenlace de la carrera
San Sebastián
Jueves, 17 de julio 2025, 00:02
Vicente Trueba coronó en cabeza el Peyresourde, el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque en el Tour de Francia de 1933, el primero en el ... que la organización introdujo una clasificación de la Montaña... sin maillot blanco de puntos rojos, novedad de 1975, cuatro décadas más tarde. Henri Desgranges, máximo responsable de la carrera, se apiadó de 'La Pulga de Torrelavega', que superaba en primer lugar todos los puertos y veía como el resto de participantes le alcanzaba o le rebasaba en los descensos. Quería premiarle.
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Han transcurrido casi cien años y Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque siguen en el mismo lugar, igual de desafiantes. El recorrido de 2025 incluye a todos menos el Aubisque, presente en la ronda gala desde un lejano 1910 junto al Tourmalet. En su lugar figura el Soulor, su hermano pequeño, enlazado con el mayor a través de rutas espectaculares.
No hay Tour sin Pirineos. Tampoco Pirineos sin Tour. Siameses unidos por el ciclismo, suponen en esta edición el inicio de la alta montaña, siempre peligroso. El primer contacto con las ascensiones largas y exigentes ha sentenciado la carrera en innumerables ocasiones, por mucho que se insista en la relevancia de la tercera semana en el desenlace.
El primer plato pirenaico presenta una combinación de historia, el Soulor, con la modernidad, el Hautacam. Uno se asciende por 33ª vez en el Tour. Para el otro, estrenado en 1994, es su séptima aparición. Concentrados en la parte final, reúnen suficiente dureza para poner a cada uno en su sitio, para comprobar si alguien o algunos son tan netamente superiores al resto.
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Bjarne Rijs conserva desde 1996 el mejor registro en la ascensión al Hautacam: 34 minutos y 40 segundos, por delante de Luc Leblanc en 1994 (35:20) y Miguel Indurain también dos años antes (35:22). Hasta Abraham Olano, 17º en este ranking, subió más rápido en 1996 (36:26) que Jonas Vingegaard cuando ganó en 2022 (36:34). Las dificultades orográficas previas a la última ascensión, además de factores meteorológicos o de otro tipo, restan valor a las comparaciones, pero los datos están ahí.
Una cronoescalada en medio
Christian Prudhomme se ha inclinado este año por una cronoescalada como segundo plato del menú pirenaico. Suben a la estación de esquí de Peyragudes, cerca del Peyresourde, con quien no compite en tradición, si acaso en dureza. Presenta 10,9 kilómetros ideales para mostrar quién de los dos está más fuerte: Pogacar o Vingegaard. Parecen lejos del alcance de todos los demás en una disciplina ideal para sus condiciones por lo demostrado en las cuatro o cinco últimas temporadas. La pugna en solitario contra el cronómetro y frente a un rival imaginario no guarda secretos para ninguno de los dos.
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El Tour hará un guiño al pasado antes de tomar rumbo al Mont Ventoux y hacia los Alpes. Recupera Superbagnères, la ascensión que parte desde Luchon, 36 años después de su última visita y de la ofensiva desesperada de Perico Delgado tras dormirse en la prólogo de Luxemburgo.
Vuelve a la cumbre de Federico Martín Bahamontes y de José Manuel Fuente, que dedicó su triunfo a Luis Ocaña el día siguiente a su retirada en el descenso del col de Menté. También de Greg Lemond, acosado por el ataque lejano de su compañero de equipo Bernard Hinault antes de hundirse en los kilómetros finales. Cinco días después ambos llegaban agarrados de la mano en Alpe d'Huez.
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Antes de llegar al pie de Superbagnères pedalearán en las rutas del Tourmalet -suben por Barèges-, del Aspin y del Peyresourde. Como Vicente Trueba, pero sin tubular a la espalda.
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