Los Poupou, por fin de amarillo

Tour de Francia ·

Un emocionado Mathieu van der Poel logró por fin el liderato que se le negó a su abuelo Poulidor en 14 Tours.

Lunes, 28 de junio 2021, 08:11

Dos etapas en su primera participación en el Tour han bastado a Mathieu van der Poel para vestirse el maillot amarillo que se le negó ... a su abuelo Raymond Poulidor en catorce ediciones. Por fin la saga de los Poupou viste de amarillo, aunque todavía guardo en la memoria las imágenes del ídolo francés con un niqui de ese color cuando ejercía de comentarista de la televisión francesa Antenne 2. Era su pequeña revancha.

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Para ello, el espectacular ciclista neerlandés ha necesitado recuperar la vestimenta habitual del equipo Alpecin. El sábado lo intentó de morado. En homenaje a Poulidor llevó el color que lucía en el Mercier. También en el Fagor-Mercier, si bien se pasó al azul con la llegada de la firma Gan como patrocinadora. Empiezo a pensar que el verdadero gafe para esa familia no es el amarillo, sino el morado. Me remito a los resultados.

Vi emocionado al nieto tras la victoria y la consecución del liderato. Rompió a llorar. Hace aproximadamente año y medio que murió el abuelo materno, cuyo recuerdo sigue presente en la familia, incluido Mathieu. El saludo y el abrazo de Pogacar y Alaphilippe también son significativos, muestra de que es un corredor apreciado por sus compañeros y rivales.

Le sienta mejor el verde a Alaphilippe, al que sigo sin ver en la pelea por la victoria final en París

Visto el resultado, parece sorprendente que Van der Poel lanzara semejante ataque en la primera ascensión al Muro de Bretaña en lugar de guardar fuerzas para el segundo paso, el que conducía a la llegada. Quizá buscaba un corte de hombres fuertes que no se produjo. De todas maneras, fuera o no lo que buscaba, le encuentro explicación. Había una bonificación que le ayudó a conquistar el maillot amarillo. No le habría bastado con el bonus del ganador de la etapa y la diferencia que obtuvo sobre Alaphilippe en la línea de llegada para compensar el tiempo perdido la víspera. Todo lo que arañó le vino bien. La jugada le salió redonda. Premio doble y alegría completa.

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Relacionamos siempre a Poulidor y Van der Poel por los lazos familiares. No tanto por sus características como corredores, si bien poseen puntos comunes. Ambos se defienden en la contrarreloj y corren al ataque. El abuelo era mejor escalador, mientras que el nieto, más clasicómano, destaca por su rapidez en las llegadas. Yo diría que el último de los Poupou es más completo que el primero. De todas maneras, toda la familia comparte buenos genes para el ciclismo.

Tuvimos que esperar 180 kilómetros para ver la antológica faena de un corredor que engancha y tiene en vilo a los aficionados. Da gusto verle. Arrancada potente y capacidad para mantener el ritmo. Es muy difícil aguantar así el último kilómetro. Saltó a la rueda de Colbrelli, le remachó y nadie más llegó a su altura.

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Pogacar y Roglic llegaron segundo y tercero, respectivamente. Como en la primera etapa, el marcaje entre ambos fue estrecho. Están pendientes el uno del otro, pero estos dos son capaces de ponerse de acuerdo si les interesa. No les veo como a Bahamontes y Loroño.

Ineos impuso un ritmo muy alto que pagó uno de sus líderes, Geraint Thomas, quien se dejó un puñado de segundos en la línea de meta. Cedió el liderato un Alaphilippe al que veo mejor de verde que de amarillo. Le sienta mejor ese color. Ya predije hace dos años que el francés no es un corredor para luchar por la victoria final en los Campos Elíseos y me mantengo en lo que escribí.

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