Etapa de locura, cuarenta minutos de adelanto sobre el horario previsto, los primeros espadas al frente de las operaciones, desgaste para los equipos... Por fortuna, ... los ciclistas no son autómatas y demuestran capacidad para generar más allá de ordenadores, del cálculo de vatios y de movimientos milimetrados.
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Hay que remontarse a los tiempos de Eddy Merckx y mirar con lupa para encontrar un ataque tan lejano y de esta envergadura a cargo del maillot amarillo. El monstruo belga se quedaba sin compañeros de equipo pero tenía la buena costumbre de romper la carrera junto a cuatro o cinco rivales que tiraban como demonios en lugar de ponerse a rueda.
Van Aert, al contrario, se quedó solo. Parto de la premisa de que no busca la general y quiero pensar que quiso descargar de trabajo a sus compañeros del Jumbo. En la etapa de los adoquines no le importó renunciar a sus opciones de victoria parcial para vaciarse en favor de Vingegaard. Pero la sucesión de hechos me empuja a pensar que Van Aert va un poco a su bola.
Quien también funciona a lo Eddy Merckx es Pogacar. El nuevo maillot amarillo ganó la etapa en una llegada donde solo un Van Aert resguardado o un Van der Poel en forma le podían discutir la victoria. Y habría que verlo. El esloveno demuestra una clara superioridad sobre el resto. No tengo ninguna duda sobre su capacidad. En cambio, me inquieta el rendimiento de su equipo, UAE, que esta vez encontró colaboración de otros para cazar a Van Aert y compañía. En pura teoría, esa ayuda disminuirá con el paso de las jornadas, salvo que el resto empiece a conformarse con el segundo y el tercer puesto del podio. Batir a Pogacar pasa por aislarle. Y aún así estaría complicado.
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Las etapas de las Ardenas acostumbran a ser difíciles. Todavía recuerdo cómo Juan Martín Navas, locutor de radio, acercó su magnetófono de bobina a Jesús Aranzabal, escapado aquel día, para hacerle unas preguntas. «Otro día de calor y los españoles siguen sin aparecer. Vamos a ver, Aranzabal, cuéntanos cómo ha sido esta etapa completamente llana». El de Angiozar mostró su desacuerdo: «No sé por dónde habrá venido usted, pero por donde he venido yo había cada repecho...». Acto seguido, Navas dio marcha atrás y rebobinó para aprovechar la cinta en otra entrevista. La de Jesús no salió en antena.
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