«Una victoria muy, muy importante»

Después del sufrimiento y esfuerzo que supuso defender el maillot de líder el jueves, lo de este viernes fue un día más en la oficina para que Alex Aranburu (Movistar) pudiera certificar la victoria final en la clasificación general del Tour de Limousin. El ezkiotarra cerró la carrera en la que se ha mostrado poderosísimo con un segundo puesto en la última etapa que incluso le supo a poco. «Igual da hasta un poco de pena no habérmela llevado», transmitía el ezkiotarra después de la ceremonia del podio. «He acabado sintiéndome muy bien».

Sobre un recorrido que terminaba en un circuito con cotas a las afueras de Limoges y al que había que dar tres vueltas, el Movistar no tuvo problemas para mantener el pelotón en orden. Para la batalla que se presentó el día anterior, la resolución del Tour de Limousin, carrera de tercera categoría después de las World Tour y las 2.Pro, fue más tranquila de lo esperado. Diego Ulissi (UAE), en segunda posición y a ocho segundos, era la principal amenaza del guipuzcoano. Si el italiano ganaba la etapa y Aranburu quedaba fuera del top-3 le arrebataba el amarillo por las bonificaciones. Sin embargo, esa renta se amplió.

Abocada la jornada al sprint, Vincenzo Albanese (Eolo) trató de sorprender en un repecho previo al último kilómetro y abrió un bonito hueco. Atrancado y agonizando, parecía que no daba más de sí y que el pelotón se lo iba a comer, pero tres pedaladas más fuertes que las anteriores a diez metros de la línea le valieron para llegar primero a meta y evitar la victoria de Aranburu, que fue quien más cerca estuvo de robarle el triunfo al italiano. Al final, los dos felices, algo más, eso sí, el guipuzcoano. «Es una victoria muy, muy importante tanto para mí como para el equipo».

Tercero en la primera etapa, primero en la segunda, tercero el jueves y segundo este viernes, Aranburu ha exhibido su gran estado de forma siendo el más regular y proclamándose justo ganador. Es la primera carrera por etapas que se lleva en su carrera y la confirmación de una tendencia. El covid y unas molestias le impidieron brillar los primeros meses de la temporada, pero desde abril ha sido top-20 en el Tour de Flandes, Milán-San Remo y la Amstel Gold Race, tercero en la general de la Boucles de la Mayenne, quinto y sexto en dos etapas del Tour de Suiza, bronce en la prueba en ruta del Campeonato de España, segundo en el Muro de Huy tras Alaphilippe en el Tour de Valonia y ahora primero en Limousin. Es el corredor más en forma del Movistar y al que el conjunto telefónico se ha agarrado para sumar puntos en su pelea por renovar la licencia World Tour.

Obligado a correr las clásicas belgas en primavera en vez de la Itzulia, en verano también ha tenido que renunciar al Tour de Francia y a la Vuelta a España para estar fresco y en forma en carreras como la de Limousin, donde ha conseguido un total de 156 puntos UCI -125 por quedar primero y 31 en el acumulado de las etapas-, vitales para calmar los ánimos en el Lotto-Soudal y devolver la diferencia sobre los belgas por encima de los seiscientos puntos.

Lejos de los focos de la Vuelta a España, Aranburu es el líder del Movistar en carreras como la Clásica de Bretaña el próximo domingo 28 o en los Grandes Premios de Quebec y Montreal, el 9 y 11 de septiembre en tierras canadienses. Es el segundo integrante de la plantilla que más puntos ha logrado esta temporada, con 602, después de Alejandro Valverde (1.427) y por delante de corredores como Enric Mas (298) o Iván García Cortina (315), y apunta a seguir sumando estos últimos meses gracias a su capacidad de superar las cotas y ser veloz en grupos reducidos, como lo ha demostrado esta semana en Francia.

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