El Bidasoa Irun no ha viajado a Polonia

El coronavirus sigue fastidiando al Bidasoa Irun, que a estas horas debería estar en Polonia, preparando el partido que tendría que jugar este martes y que ha sido aplazado.

La semana pasada empezó torcida en Artaleku y no acabó mejor. Los cinco casos positivos –y asintomáticos– descubiertos el lunes frenaron en seco el viaje de ese mismo día a Suiza. Quedó aplazado el encuentro ante el Pfadi Winterthur, también el del sábado en la cancha del Recoletas Atlético Valladolid y precisamente recolocar esas citas, junto con nuevas pruebas médicas, fueron las mayores preocupaciones entre el martes y el viernes.

Llegó el sábado y el club irundarra realizó pruebas PCR a los diez integrantes de la plantilla que habían dado negativo y a cinco chavales del filial que debían completar la convocatoria. La intención era viajar warw domingo a Polonia con esos quince jugadores pero también este viaje tuvo que ser anulado.

Tres jugadores más dieron positivo –también asintomáticos–, por lo que Jacobo Cuétara tenía a su disposición a solo siete del primer equipo y cinco del filial. En ese momento, la menor de las preocupaciones era la debilidad del equipo que se iba a poder presentar en la cancha de todo un Orlen Wisla Plock. El club entendió que en esa situación no debía realizar un viaje que incluía cuatro vuelos de avión, dos de ida y dos de vuelta.

En consecuencia, pidió el aplazamiento a la EHF, decidió no viajar y quedó a la espera de lo que resolviera el ente europeo. Por la tarde la EHF confirmó que el partido quedaba aplazado y que se le buscará una nueva fecha. Parece difícil, por no decir imposible, que se dispute en 2021, ya que todas las fechas están ocupadas.

El siguiente compromiso para el Bidasoa Irun será el sábado a las 12.00 ante el Bada Huesca. El club irundarra ha informado de la situación a Asobal y Federación Española pero no ha pedido el aplazamiento.

Si todo va bien, los cinco jugadores que dieron positivo el pasado lunes podrían volver a entrenar el miércoles. Cuétara tendría doce del primer equipo más los que necesitara del filial. Lo que le faltarían serían días de entrenamiento y que éstos fueran de calidad, pero es el peaje que están pagando los equipos que pasan por el trance del coronavirus. Después, el martes 7, recibiría en Artaleku al propio Orlen Wisla Plock.

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