El Gipuzkoa Basket no puede con Batman y Robin
Los 30 puntos de Benite y los 25 de Hughes inclinan el partido para el Betis en un gran choque de los guipuzcoanos que jugaron a placer por momentos
Tiene currelo el alcalde de Sevilla. Debe ingeniárselas para hacerle una calle a Vitor Benite. Hay limones que no son tan amargos y derrotas menos ... duras. Ayer el GBC lo vivió en sus propios huesos. Quizá solo Supermán o Thor sean capaces de derrotar a Batman y Robin. El GBC de hoy en día no tiene súper héroes –los tuvo con Jaworski y Barcello– con lo que es más complicado combatir a los que sí los tienen. Benite se fue a casa con 30 puntos que salieron de su muñeca. Hughes con 25. Ante el recital del brasileño, metedor de profesión, solo queda aplaudirle. Porque el equipo de Mikel Odriozola lo intentó de todas las maneras pero fue imposible de frenar. A ninguno de ellos. El GBC tiene que volver de Sevilla con la cabeza muy alta e intentar jugar como lo hizo ayer siempre. Así llegarán bastantes victorias, la incógnita es si serán suficientes para meterse en los playoff.
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El Inveready hubiera ido ganando por una renta holgada al descanso. Lo que pasa es que enfrente estaba el Betis. Benite tiró la típica chufla desde su campo al final del segundo cuarto cuando sonaba la bocina. Contando ese tiro, los de Gonzalo García de Vitoria firmaron un estratosférico 11 de 21 en triples. Un acierto fuera de lo común que siguió en la segunda mitad aunque sus aciertos bajaron. Menos mal.
Pero es que ciertamente por momentos el GBC bordó el baloncesto. Los mejores minutos de la temporada sin duda. Pases extras, asistencias, tiros bien ejecutados y un juego en transición que no se había visto hasta ahora. Todo ello apoyado por una diferencia terrible en el rebote (12 a 3 en el primer cuarto, 23 a 8 al descanso). Esto propició que los de Odriozola tomaran el mando. Y eso que Mads Stürup se tuvo que ir lesionado al salirse el hombro en una acción defensiva. Ahí el encuentro estaba en tablas, 14-14 (min. 6) coincidiendo con el debut de N'Guessan.
La rotación guipuzcoana con el neerlandés, Ansorregi y sobretodo Díaz dio aire al GBC aunque quien trató de estirarse fue el cuadro sevillano. Un triple a tabla de Radoncic les dio la máxima, 29-24 (min. 11). La antesala de un zarpazo guipuzcoano que dejó temblando al Betis. Parcial 0-11 con mateo llevando las riendas, Aranitovic y Nicolau martilleando el aro y la ayuda de Mokran para coger seis de ventaja, 29-35 (min. 15). Saben quien anotó para bajar la diferencia, ¿no? Correcto. Benite. El pívot del GBC fue el amo y señor de la zona, jugó a las mil maravillas con Johnson y Vrankic pero es que el Betis encontraba agua en cada oasis. Siempre algo. Un triple, una falta o algo que le hiciera sobrevivir. Encontró a De la Torre que dio oxígeno a los verdiblancos con los triples y los guipuzcoanos solo pudieron irse dos puntos arriba. Demasiada poca renta.
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Odriozola apostó por Zubizarreta y Johnson como generadores al inicio. La cosa fue bien porque sí anotaban Hughes y Benite pero sin que fuera el torrente de puntos de la primera mitad. Nicolau, primero, y N'Guessan después se hicieron enormes llegó una técnica a García de Vitoria y cuatro tiros libres volvieron dar la máxima al Inveready, 25-61 (min. 26).
Y el bueno de Benite, que podía haber ido a Triana a darse un paseo o tomar el aperitivo, no tuvo pero idea que montarse en su Batmóvil. Enchufó dos triples para empezar, un tercero después, 65-63 (min. 29) y por si fuera poco un par de dos más uno –uno para el brasileño y otro para Radoncic– catapultaron al Betis, 74-65 al inicio del último cuarto.
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El plan del GBC era claro: esposar a Benite y Hughes o igualar su enorme acierto. Pecó de ansiedad, no atacó bien y el partido se le fue. Batman y Robin hicieron en este tiempo 13 de los 19 puntos de su equipo. Demasiado.
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