«La ama va con Aitor, al marido que le den»
'Xubi', responsable del Juaristi Iraurgi, y su hijo 'Zubi', base del Acunsa Gipuzkoa, se miden el domingo en un derbi guipuzcoano especial en la familia Zubizarreta
'Xubi' para referirse al padre y 'Zubi', al hijo. Es así como el baloncesto guipuzcoano diferencia a los miembros de la familia Zubizarreta, que vivirá un domingo muy especial con el derbi de las 18.00 horas en el polideportivo de Azpeitia que enfrenta al Juaristi Iraurgi, club del que José Luis (1961) es responsable, y al Acunsa Gipuzkoa Basket, donde Aitor (1995) ejerce de base.
«Él no está en casa y no hemos hablado ni dos palabras sobre el partido», asegura el padre. Aitor vive este curso en San Sebastián y visita a la familia, en Azpeitia, una vez a la semana. A cambio, los aitas se trasladan a Donostia los domingos, coincidiendo con los días de partido del Acunsa en Illunbe. Esta conversación parece el único momento en el que padre e hijo se han sentado frente a frente para hablar del encuentro, «el más emocionante y romántico que nos ha tocado jugar en el Juaristi, contra el equipo referente de Gipuzkoa».
La familia Zubizarreta respira baloncesto por culpa del aita. «Cuando tenía once años me fui a Valencia a estudiar y me hice amigo de uno de Vitoria que jugaba. Empecé y hasta ahora». Del matrimonio han nacido Aitor y su hermana melliza Maite, jugadora del Azkoitia-Azpeitia hasta hace dos temporadas; y el hermano mayor Imanol, que compitió con el Iraurgi en LEB Plata hasta que una lesión en la cadera le obligó a dejarlo. Ahora trabaja en Suiza. «Soy un desastre de padre y mira los hijos que me han salido», bromea José Luis.
«Cuando Aitor estaba en Portland le animaba a que no tuviera miedo a pedir ayuda, los principios siempre son difíciles»
José Luis Zubizarreta, 'Xubi'
Responsable del Juaristi y padre
En este ambiente de balones y canastas, el equilibrio lo aporta la madre. «Está aburrida de tanto baloncesto», reconoce su marido, y Aitor apunta entre risas que «el lunes me preguntó contra quién jugábamos este fin de semana». La duda es evidente: ¿con quién va el domingo? La respuesta es clara: «Va con el hijo, ¿con quién va a ir? Al marido que le den», expresa 'Xubi'. «Es aficionada de sus hijos».
José Luis Zubizarreta es la persona que sostiene al club urolatarra y en el cargo que posee de 'responsable' entran las labores de director deportivo, entrenador, speaker, DJ, gestor de las redes sociales... Incluso en un partido del primer equipo femenino hace un par de años tuvo que vestirse de lobo y ejercer de mascota. «Se lo explico a jugadores que conozco y flipan por todo lo que hace en el club», apunta su hijo, que recuerda cómo Xavi Rey «alucinaba cuando vino a Azpeitia con el Huesca y te vio con la capucha puesta haciendo de DJ». Y Aitor es testigo de todo lo que sucede detrás de las cámaras. «En casa está constantemente con el móvil solucionando problemas y gestionando entrenamientos, campus y ferias de cerveza y creando listas de reproducción en Spotify».
Pero evidentemente, también hay tiempo para cuidar de los de casa, y una época especial en la vida de Aitor Zubizarreta fue la que tuvo durante cuatro años, de 2013 a 2017, en Estados Unidos. Casi cuarenta años después de que 'Xubi' se embarcara en su aventura valenciana, 'Zubi' hizo lo propio al decidir completar su formación universitaria al otro lado del Atlántico, primero en la Universidad de Portland y después en la de Idaho, y los inicios fueron complicados. «Me acuerdo que al principio me estaba costando mucho y que quería volverme a casa», recuerda Aitor. «Es lo que le decía al aita, pero a la ama le contaba que lo estaba pasando bien para que no se preocupara».
«Explico a jugadores que conozco todo lo que hace mi padre en el club y flipan, Xavi Rey alucinó cuando le vio de DJ»
Aitor Zubizarreta, 'Zubi'
Base del Acunsa GBC e hijo
Su padre transmite que «todos los principios son malos», y recurre a su propia experiencia. «Cuando me fui a Valencia no sabía castellano y me pasé tres meses llorando. Sabía que Portland era buen sitio y que iba a estar bien cuidado por los profesores y los entrenadores, pero también sabía que si todo lo que me decía a mí se lo decía a su madre, en quince días estaba en casa».
Durante el tiempo de adaptación «le pedí ayuda a mi padre y me animaba a que empezara a conocer gente y a que no tuviera miedo a pedir ayuda. Y menos mal que me quedé», admite Aitor, «porque viví cuatro años inolvidables».
Hubo tres visitas de la familia en las que, por supuesto, no podía faltar el baloncesto. Ambos relatan con sentimiento de orgullo cuando recuerdan la victoria, con 'Xubi' presente, a Gonzaga, por entonces el mejor equipo de su conferencia en la NCAA. «Allí estaba Kevin Pangos, y también jugué contra Michigan State, donde militaban Denzel Valentine y Cameron Payne», ahora en los Jazz y Suns, respectivamente.
Pero José Luis Zubizarreta recuerda especialmente, y no para bien, los partidos que vio de la NBA. Era la época en la que Víctor Claver jugaba en los Portland Trail Blazers y les consiguieron entrada para varios encuentros «flojitos», en opinión de 'Xubi', de liga regular. «No sé si alguien en el pabellón estaba viéndolo. Todo el mundo comiendo hamburguesas, patatas, que si el globo por allí, que si no sé qué por allá... Y el partido, un tostón impresionante. Nunca hubiese pensado que iba a ver un partido de la NBA y que me iba a aburrir».
Son vivencias de un padre y un hijo apasionados por el baloncesto que se verán las caras el domingo. ¿Hay planes para cenar? «Yo cenaré en casa, Aitor no sé qué hará...». El base recoge el guante, dejando la invitación en el aire: «Depende del resultado...».
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