Behobia - San Sebastián 2023

Más rápido, más ligero y también más caro

El corredor popular de la Behobia no requiere una zapatilla específica. El recorrido es todo en asfalto y lo único que puede condicionar la elección es el sube y baja. Solo el atleta más experimentado, el que quiere lograr una marca por debajo de 1h15 y tiene buena técnica de carrera con el primer apoyo con la zona delantera o media del pie, puede ganar segundos en función de una zapatilla u otra. El 'pueblo llano' lo máximo que ganará con un modelo u otro es comodidad gracias a una mejor o peor amortiguación.

Hay modelos desde 50 euros que ofrecen todas las garantías para afrontar una carrera de 20 kilómetros como la Behobia hasta los 500 euros que cuestan las zapatillas más evolucionadas utilizados por los atletas de élite. Pero, claro, no todos los modelos se adaptan al pie del atleta. Pisada neutra, pronadora y supinadora son términos técnicos que tienen que ver con la biomecánica del cuerpo y con el modo en el que se comportan las articulaciones durante la carrera, dependiendo del ángulo que se forma entre el tobillo y el suelo en el momento en que el pie impacta contra el suelo: si el atleta es neutro, su tobillo se queda en una posición muy cercana a la verticalidad; si se es pronador, el tobillo se inclina hacia dentro y si es supinador, hacia afuera. Tanto la pisada como la forma de correr pueden contribuir a la aparición de lesiones o potenciar sobrecargas en articulaciones y musculatura, por eso es muy importante conocer la pisada antes de adquirir las próximas zapatillas.

No hay color entre las primeras New Balance Trackster, cuya suela con ondulaciones ayudaba a prevenir calambres, hasta las Nike con cámara de aire de 1979 que inauguraron una nueva etapa. Materiales más suaves que el pie agradecía, aunque se tuviera que sacrificar la durabilidad, la cual quedaba como secundaria.

Las firmas hoy buscan que el atleta tenga la sensación de que se está poniendo un calcetín más que una zapatilla. Atrás quedaron las ampollas y las rozaduras que provocaban las zapatillas. Por supuesto se ha reducido el peso. Tampoco hay que temer que llueva porque la suela es del mismo material que las ruedas de los coches y la tela no coge peso con el agua porque traspira.

Hoy las marcas, principalmente Adidas y Nike, enfrancadas en una guerra por conseguir batir el récord del mundo de maratón con sus atletas y sus zapatillas, sabedores de que es la mejor campaña de publicidad, presumen de haber aumentado la energía y reducido el peso. Eso sí, no duran para siempre. Tienen una vida útil de entre 800 y 1.000 kilómetros, mientras las de competición, sobre todo las que tienen un drop bajo, aguantarán menos porque son más ligeras. Todo es relativo. Más allá de una zapatilla, un reloj inteligente o la camiseta traspirable, lo importante es entrenar, hacer kilómetros. No habrá mejor inversión para llegar al Boulevard en buenas condiciones.