Proyecciones especiales | 'La virgen roja'

Najwa Nimri: «Lo más complicado fue no hacer sexual a Aurora»

La intérprete indicó que era necesario crear un personaje desprovisto de sexualidad, primero, en la relación que le permite gestar a Hildegart y después, en su relación maternal con la hija. «Tocarnos tenía que ver con la incomodidad. Tenía cuidado de no juntarme mucho con Alba Planas porque soy mayor que ella y sé lo que pasa: que odias a la actriz con la que tienes que trabajar», aseguró. Preguntada por el principio de 'no mirar al abismo para no convertirte en abismo', Nimri dijo que el truco radica en «mirar al abismo y que no te atrape. Lo que hacía era no traer a mi hijo a la imaginación. Con mucho cuidado porque si no, te quedas taradito». No ocultó la actriz la dureza emocional que implica meterse en el papel de Aurora que, en palabras de la directora, «no es un suceso de un arrebato de una madre, no era una loca, ni una psicópata: era una fanática».

En contra de lo que comentaron sus compañeros de reparto, que calificaron el rodaje de «disfrutón», la intérprete aseguró que la forma de trabajar el personaje es «ahondar, ahondar y ahondar. Yo he creado el estado de ánimo en el set y he procurado estar poco tiempo porque era un horror. Si te metes mucho en el papel, entiendes cosas que no querrías entender», dijo, antes de confesar que había llorado mucho durante el rodaje.

La realizadora Paula Ortiz, ya muy interesada y gran conocedora de la historia de Hildegart y su madre antes de que le encargaran el proyecto, reconoció que tuvo que cambiar su forma de rodar porque «la película no permitía la contemplación, sino que te empujaba como un puñetazo. Todo bullía demasiado como para detenerse. El guion exigía ir adelante». Ortiz tuvo como referente a la hora de rodar la película de Steven Spielberg 'Munich', con la que encuentra concomitancias entre «un hecho individual en un mundo de fanatismo».

El equipo de 'La virgen roja' destacó lo que supuso la II República en materia de proyecto colectivo, luego truncado y destacaron los paralelismos que encuentran con la situación actual. «Ésta es la historia de una fanática que se va convirtiendo en una película política. Va derecha a algunas de las heridas que tenemos abiertas en lo individual y en lo colectivo», aseguró la autora de esta cinta sobre lo que fue «un monstruo de dos cabezas».