Los sondeos realizados en primavera confirmaron que el castillo de Artia o Gazteluaitz se alzaba sobre el barranco de Arantzazu. Antton Arrieta

Vestigios de una Gipuzkoa encastillada

El trabajo de búsqueda e investigación de Antton Arrieta ha 'descubierto' veinte fortificaciones de la Edad Media en Gipuzkoa, «aunque seguro que habrá más»

Itziar Altuna

San Sebastián

Lunes, 9 de octubre 2023, 02:00

Montes y valles conforman el paisaje de Gipuzkoa. Una orografía que ha marcado el carácter de sus habitantes y que se funde con leyendas y ... tradiciones rurales. Sin embargo, apenas quedan vestigios de los castillos que pudieron coronar los altos y peñas del territorio durante la Edad Media. Una realidad que llamó la atención a Antton Arrieta Valverde, un «amante de la cultura y el patrimonio», como se define él –fue director de Gordailua durante cuatro años–, que decidió emprender la ardua tarea de investigar en los archivos, y también sobre el terreno, la existencia de estos recintos amurallados. Hasta la fecha ya ha catalogado veinte castillos en Gipuzkoa, 43 en Álava, 21 en Bizkaia y 62 en Iparralde. En la actualidad está realizando una «labor de campo» en la zona de la Ribera de Navarra, donde espera hallar vestigios de fortificaciones medievales.

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Arrieta cuenta que todo comenzó con la afición que compartía con su padre por fotografiar ermitas. «Recorríamos Gipuzkoa con esa excusa, hasta que un día decidimos centrarnos en la arquitectura militar». Así, de forma altruista, y en su tiempo libre, recorrió los parajes de Euskadi y Navarra en busca de vestigios de aquellas fortalezas medievales. Las imágenes dieron paso al papel, y así, en una primer trabajo publicado hace 25 años catalogó un centenar de castillos, «pero en Gipuzkoa había muy pocos, sólo una docena, algo llamativo», reconoce. Investigaciones posteriores le llevaron a confirmar la ubicación de ocho nuevos recintos, todos ellos confirmados por los estudios arqueológicos realizados por Aranzadi o por su colaborador Antxoka Martínez Velasco.

Las veinte construcciones que según Arrieta pueden considerarse castillos, es decir, «edificios medievales con murallas y torres que forman un recinto sin albergar población», están repartidos por toda la geografía guipuzcoana, la mayoría de ellos en lo alto de algún promontorio: los de Donostia, Pasaia (Kaikoa), Hondarribia, Oiartzun (Beloaga), Irun (Behobia), Andoain (Baltzun), Elgoibar (Ermuaran). Albiztur (Mendikute), Itsasondo/Beasain (Azarikume), Zaldibia (Ausa), Ataun, Parzonería Mayor (San Adrián), Parzonería Menor (Gazteluberri), Aretxabaleta (Urropea), Oñati (Artia o Gazteluaitz), Eskoriatza (Aitzorrotz), Zerain (Aizpea), Arrasate, Udalaitz (entre Elorrio y Arrasate), y Bergara (Iriaun o Elosua).

Todas estas estructuras se encuentran repartidas por gran parte del territorio guipuzcoano, aunque Arrieta reconoce que «hay que buscar más, sobre todo en la zona norte, en la costa». Sin embargo, al ser un entorno «muy urbanizado, esa búsqueda es más complicada», admite.

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Investigación

Arrieta lamenta el «hándicap» de Gipuzkoa por no contar con muchos documentos que datan de la Edad Media, por lo que son muy escasas las referencias encontradas. Algunos castillos aparecen citados en archivos de Navarra, como los de Ataun y Ausa, que pertenecieron al reino de Navarra, y también en archivos de La Rioja. «Pero la principal pregunta que nos tenemos que hacer es, ¿para qué se construyeron?. Y ese es el siguiente paso a dar, entender el papel que jugaron en la sociedad medieval estas fortificaciones».

A falta de documentos en los que basarse, a la hora de buscar posibles ubicaciones ha tenido en cuenta las características geográficas, las conjeturas de los historiadores y sobre todo, la toponimia. «La antigüedad de ese topónimo es muy importante, ya que si es anterior a la época de las guerras carlistas y napoleónicas, es muy probable que el topónimo 'gaztelu' o 'castillo' venga desde la Edad Media, y que no haga referencias a un apellido, a un caserío o a alguna regata». Otro indicativo «que suele aportar pistas» son «los derivados que haya podido crear ese topónimo, como 'Gaztelubide', 'Gazteluondo', 'Gaztelualde'...». Una vez localizado el entorno, el siguiente paso es buscar algún tipo de resto, «alguna muralla, piedra labrada o cerámica».

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Uno de los últimos castillos que ha podido catalogar Antton Arrieta es el de Artia o Gazteluaitz, en Oñati. Tal y como explica, «el castillo de Artia aparece citado en dos documentos del siglo XVI en el archivo de Oñati, en textos que hacen referencia a un trabajo de amojonamiento». Investigaciones posteriores le llevaron a relacionar este castillo con el monte Gazteluaitz, que se alza sobre el barranco de Arantzazu. En marzo de este año, en colaboración con el Ayuntamiento de Oñati, se realizaron distintos sondeos en la zona que confirmaron que «la cima había sido acondicionada y ocupada, y justo debajo habían formado al menos un largo ensanche, formando ambos un conjunto en lo alto de la peña».

También se hallaron varias cerámicas de la época de este edificio, así como un pequeño y adorno decorado con una cruz, y restos óseos bajo el muro que se derrumbó, que han sido datados del año 1038, «lo que demostraría que el castillo existía en la época de Sancho el Mayor de Navarra y fue abandonado».

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Una de las características que ha llamado la atención a este investigador es la relación existente entre los castillos y la actividad pastoril. «La ganadería era la riqueza de la época, por lo que se puede entender que se construyeron castillos en las zonas de cañada, que luego fueron abandonados con el desarrollo de las villas. Quizá por eso hay tan pocos que se citan en los documentos», concluye. Aquí se podrían citar las fortalezas de Gazteluberri, San Adrian y Aitzorrotz, situadas en la zona montañosa del sur, el de Mendikute en la sierra del Ernio, o el de Elosua, sobre el río Urola.

De los veinte castillos registrados por Antton Arrieta, apenas tres se mantuvieron más allá de la Edad Media. Uno de ellos fue el de San Sebastián (Urgull), que se reconvirtió en una ciudadela, y también el de Hondarribia (actual parador Carlos V), que pasó a ser fuerte. Mención aparte merece el de San Adrián, que «al ser zona de paso a la llanada y fuente de ingresos, contó con alcaide y siguió estando fortificada más allá del siglo XVI».

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La labor de investigación de Antton Arrieta no ha terminado. «Tengo trabajo hasta cuando quiera», admite. De momento, ya tiene algunos indicios de que en Aduna o Zizurkil, «no está claro dónde», se ubicara un castillo, ya que ha aparecido el topónimo 'Gaztelu erreca', «con fecha de 1530 y algo». También baraja la posibilidad de que, en Asteasu, en la peña conocida como 'Gazteluaitz', hubiera algún tipo de fortificación, por los rastros que han encontrado sobre la piedra.

20 fortificaciones

Mendikute

Albiztur. Se desconoce el nombre del castillo, que se ubicaba en uno de los accesos a los pastos de Hernio.

Baltzun

Andoain. Se desconoce el nombre original del castillo, que dominaba el valle de Leizozt.

Hondarribia

Hondarribia. Como con otros castillos vascos, su origen se atribuye al mandato de Sancho Abarca (970-994).

Behobia

Irun. Su construcción comenzó en el año 1515 y concluyó un año y medio después.

Urropea

Aretxabaleta-Oñati. Ubicado en la cima de Gazteluko Haitza, su uso estaría relacionado con la actividad pastoril.

Artia

Oñati. La fortaleza se levantó antes del siglo XVI en un promontorio rocoso aguas arriba del río Arantzazu.

San Adrian

Partzuergo Nagusia. Se atribuyó como constructor a Eneko Aritza (816-852), pero es más probable datarlo en el siglo XII.

Iriaun

Bergara. También conocido como el castillo de Elosua, ya que se ubicaba en la cima de Elosugaztelu.

Donostia

Donostia. Se alzó en lo alto del monte Urgull. Posteriormente se reconvirtió en ciudadela y fuerte.

Gazteluberri

Partzuergo Txikia. No se han hallado menciones de las funciones que tuvo el castillo, aunque sí aparece en citas del s. XV.

Arrasate

Arrasate. Ubicado en lo alto de Santa Barbara, se cree que lo mandó construir el rey de Navarra Sancho Abarca (970-994).

Azarikume

Itsasondo-Beasain. Menciones desde el siglo XVI al castillo, a 350 metros del poblado de la Edad del Hierro en Murumendi.

Beloaga

Oiartzun. Situado en la zona de Arkale, las primeras menciones al castillo datan del siglo XII.

Udala

Arrasate-Elorrio. Ubicado en la cima de Udalaitz, en la muga entre Gipuzkoa y Bizkaia, aparece citado en 1217.

Ataun

Ataun. Conocido también como Jentilbaratza, se ubicaba en uno de los caminos principales a Aralar.

Pasaia

Pasaia. No se sabe dónde se ubicó, se cree que en San Pedro, cerca de donde se construyó la torre fuerte en el siglo XVI.

Ermuaran

Elgoibar. Aunque no hay citas sobre este castillo, los topónimos generados y los restos hallados refrendan su existencia.

Aitzorrotz

Eskoriatza. Los investigadores coinciden en datar esta fortificación estratégica entre los siglos XI y XII

Ausa

Zaldibia-Abaltzisketa. Se destruyó en 1335. Consta como uno de los castillos que recuperó Alfonso VIII en 1200.

Aizpea

Zerain. Se construyó en la conocida como Goiko Aizpea, vinculada probablemente a la actividad minera de la zona.

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