First Dates: «Veo que ya no existe el caballero español que te regala flores»

El programa First Dates reúne cada noche ante las cámaras de Cuatro a varias parejas que tratan de conocerse y ver si pueden tener un futuro en común. El programa que presenta Carlos Sobera acogió este miércoles a dos jóvenes que venían de San Sebastián buscando a su media naranja: Daria y Mbaye. Una cita llena de misterios y sorpresas.

La chica, según explicó, es rusa pero lleva nueve años viviendo entre nosotros y habla perfectamente castellano. Tiene 27 años, trabaja en Donostia como profesora de inglés y es 'influencer' con más de un millón de seguidores en TikTok. Él es un donostiarra que trabaja como repartidor y tiene 31 años.

Daria pronto mostró que tiene las ideas claras: «No me ha ido bien en el amor, me aburro con la gente muy rápido, necesito un chico mucho más inteligente que yo, es muy importante para mí poder crecer junto a alguien así», le explicó a Carlos Sobera. Pero en el aspecto físico también tenía un objetivo firme: «me gustan altos, morenos o incluso negros, y con pelo negro».

Ante la cámara estática de First Dates, sin la presencia de los presentadores, Daria hablaba sin tapujos de la importancia que tiene el sexo para ella porque «tengo buen apetito, me gusta practicarlo mucho aunque a alguna parejas le ha parecido que demasiado, aunque soy bastante tradicional». «El mejor sexo de mi vida fue con mi ex, un chico senegalés» ¿Por qué? «Por la razón que puede adivinar la gente y que no diré en público, y también porque era incansable, increíble,.. puede durar todo el día», detallaba.

A continuación entraba en plató Mbaye entre las bromas del presentador bilbaíno: «llevas peinado de futbolista». De inmediato Daria pensó que le conocía: «Tengo que descubrir de qué le conozco». Y dicho y hecho, lo primero que le dijo a su cita fue si se conocían de algo ante la sorpresa de él. «San Sebastián es un pueblo, seguro que te conozco de algo, cien por cien, ¿no te sueno yo?», insistía ella.

En todo caso a él le gustaba su pareja ocasional. «Es una chica muy guapa, bastante pijita, mi primera impresión ha sido bastante buena», explicaba Mbaye, quien se definía como una persona «muy extrovertida, me gusta estar con mis amigos y pasármelo muy bien».

«¿Has nacido en Donosti y no te has aburrido tanto tiempo que sigues allí? No te entiendo, yo no podría», le decía ella entre risas. Con el mismo buen humor el solo respondía porque «soy de allí». Daria insistía: «Pues yo no aguanto en Donosti ni medio año, tengo que irme dos o tres meses porque me agobio, pero cuando estoy fuera enseguida pienso que quiero volver a mi querido Donosti.. y cuando estoy en casa me vuelven a entrar ganas de pirarme otra vez.. pero yo no me voy de vacaciones, yo vivo viajando», explicaba Daria.

La cita parecía ir sobre ruedas, con muy buen humor y confidencias. Él confesaba en el set privado que le gustaba Daria y que creía «haber conectado bien». «Creo que podría aportame algo», decía ella también en privado. Todo parecía ir bien pero entonces ella comenzó a dar más detalles para lamentar que el chico fuera tan extrovertido: «yo necesito a alguien más tranquilo porque a veces estoy en las nubes y necesito que me paren».

En la conversación entre ambos, ya sentados en su mesa del plató con aire de restaurante, se irían desvelando más detalles de ambos, aunque el principal objetivo de Daria era saber de qué conocía a Mbaye. Tras un interrogatorio corto pero intenso ambos descubrieron al fin que tenían un conocido común, un chico ruso residente en Irun. Aún así, ella dudaba todavía si Nbaye conocería a su expareja, el senegalés al que ya había recordado un par de veces durante el programa.

A partir de ahí la conversación iría discurriendo entre temas íntimos. «Tengo muchas fantasías, y tengo el material necesario, pero me falta la persona», decía ella. La cara de él era un poema y solo acertaba a responder con una amplia sonrisa. «Por ejemplo atar a una persona a la cara, eso sí se puede contar, eso es lo básico». Pero a pesar de la impresión que daba de lanzada explicó sentirse muy tradicional y que jamás «beso en la primera cita porque me gusta ir más despacio, ya he tenido relaciones que iban muy rápido y no quiero eso ya».

Daria entraba en una de las claves de la noche, relacionada con su desenlace. «He tenido novios españoles pero ya no hay caballeros, solo uno de cada cien es un caballero, aquí ya no es como antes», lamentaba. «Nadie te regala flores, nadie paga en la cita, y para mí eso es ya un no rotundo», decía. Y lo demostraba cuando llegaba la cuenta de la cena. Mbaye no dudaba en pagar solo su parte ante la atenta mirada de ella.

Así se llegó a la parte final de cada cita en First Dates, el encuentro en el que las parejas revelan si quieren tener una segunda cita romántica. «Me lo he pasado genial», comenzaba ella. «Tendría una segunda cita con Daria», decía rotundo él.

Pero llegó el turno de Daria: «Yo no creo que tendría una segunda cita romántica porque somos los dos muy extrovertidos y eso me da mucho miedo y además tampoco ha pagado la cuenta y eso es en un chico, mal para mí.. no me gusta que en España sea así,.. para mí debe pagar el hombre en la primera cita y luego ya alternaremos, pero en la primera quiero que demuestre...». Así finalizaba una cita que no tendrá continuidad en San Sebastián, al despedirse ambos con el «ciao» de ella y el «agur» de él.

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