Triunfo de Daniel Luque ante una encastada corrida de Ana Romero

Nueva salida a hombros del torero sevillano, que mató tres toros por percance de Diego Urdiales y cortó tres orejas

Manuel Harina

Azpeitia

Jueves, 1 de agosto 2024, 02:00

Fue una corrida muy entretenida para el espectador, muy interesante para el aficionado y de mucho riesgo para todo aquel que pisase el ruedo. ... Toros de Ana Romero, encaste puro Santa Coloma y eso quiere decir mucho. Una corrida muy encastada, brava en general. Toros de no demasiado peso o volumen, poco exagerados de cornamenta, aunque siempre certeros, listos y con una extraordinaria fijeza, con la cara siempre a media altura; perfectos para la lidia en todos sus matices.

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Diego Urdiales es un torero de una pureza y un clasicismo sublime. Quizás esa forma tan suya de torear, aun siendo un torero avezado y poderoso, le ha costado que tuviera que ser trasladado al Hospital Donostia con dos costillas rotas; al entrar a matar por derecho y pinchar, el toro hizo por él, lo levantó en el aire y al caer le arrolló, le pisó y por fortuna no le hirió. Ya antes, al inicio de la faena 'Cortinero, se había mostrado muy codicioso no intentando seguir el engaño sino haciendo hilo con el torero y en una segunda ocasión estuvo ya a punto de prenderle en una carrera desde el centro del ruedo al tercio en la que la muleta al taparle la cara, evitó la cogida.

Arrollador

Tres toros tuvo que matar Daniel Luque. Tres orejas y nueva salida a hombros. Tres orejas de muy distinto calado por tres faenas a tres toros necesitados de diferente lidia. Y ahí se demostró un día más, el pundonor, la valentía, el poder, la cabeza, la torería en suma del joven maestro de Gerena. A su primero lo esperó, y le fue enseñando pase a pase a embestir, buscando la distancia hasta demostrar su completo poderío ante el burel. Queda al menos en mi retina una serie al natural, muy pausada, sintiendo cada pase más poderoso que el anterior, hasta rematar con una trincherilla y el pase de pecho saliendo despacioso por delante de la cara. Al cuarto que lidió por Diego Urdiales le instrumentó una faena de series intercaladas por ambos pitones, Por el derecho abriendo el compás, hasta llegar a que el toro girase alrededor de su figura y por el pitón izquierdo tomando distancia para embarcándolo muy adelante, hacerlo pasar largo y sacándoselo por la espalda con el toro entregado.

El sexto, era un toro más en el tipo de la casa, larguito, estrecho, de poco volumen a la vista que incluso fue, sin razón alguna protestado. Pero además tenía un punto de mansedumbre que evidenció en varas y que iba a poner a prueba a Luque en la faena. Y fue otro prodigio de saber torero. Buscarle al toro su sitio, consentirle para después dominarle. Para mi gusto la faena de la tarde. Le dominó, pero ojo, sin perderle la cara, que arreones lanzó hasta el final. Una serie de pases en redondo cortos, cortantes, fue antológica.

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Sin fortuna Borja Jiménez. a quien se esperaba. Quizás no fue la mejor corrida para el retorno después de un percance. Fue ovacionado pero lo cierto es que, salvo algún momento de lucimiento, los dos toros estuvieron por encima del torero.

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