Crítica del 'Gran Circo Acobrático de China': Un buen trabajo técnico

El montaje que se ofrece en el teatro Victoria Eugenia hasta el domingo, hoy con sesión doble, cumple los requisitos para resultar vistoso y tiene su principal valor en la calidad de sus artistas. No tanto en la parte estética, con escenografía y vestuario un poco pobres, que tiran en parte para abajo el conjunto que el espectador recibe.

Pero si usted disfruta con la buena ejecución de acrobacias, equilibrismos, malabarismos y contorsionismos, pasará un buen rato. Si le gusta que la historia que acompaña y envuelve todo tenga también valor, pues entonces no tanto.

Está claro que lo importante es la parte circense y en ese sentido, repito, hay un buen trabajo, aunque lejos de cualquier innovación o gusto por encontrar otros caminos dentro de este tipo de arte. Todo es el ABC del género, sin sorpresas, con lo bueno y lo regular que eso tiene.

Cuenta la función con el personaje de un payaso, pieza importante ya que se convierte en el encargado de calentar la sesión, de conectar, de hacernos sentir parte de. Porque el montaje es bastante frío y algo mecánico. Lo salvan los números de indudable dificultad que son resueltos con buena nota por los artistas.