«Cuando el público se ríe mucho parece que la obra ya no tiene tanto valor»

Gabino Diego retoma su trabajo teatral interpretando a Quino, un cincuentón al que acaba de dejar su mujer. Debe vender el piso que compartían y hay tres candidatos a hacerse con un apartamento que en realidad no quiere vender. La comedia 'La curva de la felicidad' ya vino a Donostia en 2006 con Pedro Reyes y en 2011 con Pablo Carbonell en el papel de Quino. Los otros actores repiten. Desde este martes y hasta el lunes.

– Ha entrado en un reparto donde los demás se saben los deberes de sobra.

– Además de Carbonell y Reyes al principio la hizo también Ángel Egido. Lo bonito de la función es que se han ido incorporando cosas nuevas por parte de todos los que han ido pasando. Yo también he aportado alguna cosa. Es una obra muy divertida y tiene bastante enjundia. Quería hacer algo así tras la pandemia, me he propuesto hacer cosas donde la gente se ría mucho.

– ¿Cuál es su aportación?

– Que se rían donde se han reído con los demás actores, si no sería un desastre. Trato de darle verdad al personaje, como hicieron los otros, porque quiero que sea de carne y hueso. De alguna manera tiene algo que ver conmigo porque yo, como Quino, también me acabo de separar.

– Quino es calvo y gordo. Y eso usted todavía no.

– Es el único problema que le veía, no tengo curva de la felicidad, aunque la he tenido, y no estoy calvo. Así que hemos cambiado algo y decimos que mi mujer me ha dejado porque me estoy poniendo gordo y porque soy de familia de calvos. Al final te das cuenta de que esto no es lo más importante, sino que Quino, que es un poco ingenuo y también un jetas, se cree que su mujer le ha dejado por eso y la realidad es que ha sido por muchas otras cosas. Las mujeres normalmente no te dejan por estas cosas.

– En el anterior montaje se decía que estos personajes están en la crisis de los 50. Ahora dice que es la crisis de los 60.

– ¡Alguno ha cumplido la semana pasada 60 años! La función habla un poco de los hombres que no quieren crecer. Que también me parece bien eso. Cuando hice la película 'Los peores años de nuestra vida' había una frase que me gustaba mucho: «La madurez es una gilipollez inventada por los economistas». ¿Qué quiere decir madurez? Si a los 60 te apetece montarte en un patinete y tirarte por una cuesta pues hazlo, por qué no. Es más yo creo que eso es lo que te mantiene joven. Y no quiere decir que no seas un tío serio.

– La comedia tiene un ritmo muy alto y golpes cómicos sin parar. ¿Le gustan este tipo de obras?

– Ver que la gente se lo pasa bien es una maravilla. Pero suele ocurrir que cuando haces una función donde la gente se ríe mucho parece que eso ya no tiene tanto valor. Parece que hay que reírse, pero no tanto. Al actor, y doblador de Woody Allen, Joan Pera le pregunté si debía meter en una comedia momentos dramáticos. Su respuesta fue: «Si vas a meter algo brillante hazlo, pero si no, que se sigan riendo».

– ¿Por qué alguien que debutó haciendo 'Las bicicletas son para el verano' (1983), y que ha trabajado en películas tan importantes como 'El viaje a ninguna parte', 'Amanece que no es poco', 'Belle epoque', 'El rey pasmado' o 'Torrente', ahora no hace cine?

– Pues a ver si lo adivinas tú. No lo sé. Yo estoy feliz haciendo teatro, pero tampoco he recibido ninguna llamada del cine. Siempre recuerdo las palabras del músico Carlos Santana cuando vino a Televisión Española y le preguntaron por qué nunca había tocado antes allí. Dijo que no lo sabía, que «habrá sido algo divino porque a mí sí me llaman vengo». Los actores lo que queremos es actuar. Estoy feliz en el teatro y como decía mi amigo Félix Rotaeta «el teatro es la madre que siempre te acoge».

– ¿Cómo sigue su faceta de coleccionista de fotografía?

– No incorporo nuevas obras, pero la colección está ahí y esperemos que quizá el año que viene se pueda hacer una gira con una exposición de parte de mi colección, unas 150 piezas. La colección sobre todo va de mujeres niños y animales.

– ¿Qué fotógrafos destaca de su colección?

– Algunos son importantes para mí y quizás no sean tan conocidos. Hay fotos que pueden valer mucho dinero, pero a lo mejor no son los que más valor tiene para mí. Tengo obras de Cristina García Rodero, García-Alix, Foncuberta, Antoine D'agata, Édouard Boubat...

– ¿Qué espera de su futuro en como actor?

– El reto es triunfar ahora en San Sebastián. Estoy muy agradecido. Siempre queremos más, pero no pensamos en lo que tenemos y hay que agradecerlo. Qué más quiero que hacer esta obra con compañeros maravillosos y actuar en Donosti.

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