Quincena Musical

Sokolov, la primera mano del póker de astros

El asceta, la elegante, la virtuosa y la 'influencer'. Los fans están de suerte. Todos y cada uno de ellos encontrará, sin duda, a su artista más admirado. Este miércoles (20 horas) llega el primero, pero hasta final de mes se desplegará un importante abanico de estrellas que iluminarán el Kursaal. Dos pianistas y dos violinistas, un hombre y tres mujeres, a cuál más admirado, darán glamour a la 84 edición del festival.

Esta será la quinta oportunidad que tendrá el público donostiarra de escuchar en directo al pianista ruso Grigory Sokolov (San Petersburgo, 1950). La última fue hace dos años y, al igual que en sus anteriores visitas, sorprendió tanto por su carácter como por su personal manera de tocar el piano. Se dice que ante el teclado es «volcánico, maravilloso y versátil». Pero el artista, que no toca con orquestas, no es leyenda solo por sus interpretaciones al piano, sino también porque no concede entrevistas, es anti mediático por naturaleza y parece encerrarse en su mundo antes y después de cada recital.

Su estilo conjuga las cualidades de la tradición rusa y un enfoque único con el que, de alguna forma, renueva el repertorio que interpreta. Heredero de la técnica y los principios desarrollados por maestros rusos como Heinrich Neuhaus y su discípulo Sviatoslav Richter, huye, sin embargo, de las escuelas o llas etiquetas. En las escasas declaraciones que ha realizado afirma que «hay que tener valentía y coraje para ser siempre uno mismo e imponerse sobre tanta tradición, tantas escuelas y tantos aspectos castradores. Es preciso huir de los estereotipos. Todo lo demás no es arte: es simplemente escuela».

Esta tarde regalará obras de un compositor infrecuente en el piano. Sokolov ofrecerá una selección de piezas del creador barroco Henry Purcell, que seguro se reinventarán en sus manos. Junto a él presenta dos obras de Mozart, compositor del que ha realizado exquisitas versiones a lo largo de su carrera.

Esta misma semana se podrá escuchar otra manera de tocar el instrumento, tan hipnótica como la anterior, pero sin duda, muy distinta. La japonesa Mitsuko Uchida (Tokio, 1948), que actuó el pasado mes de enero en Donostia dirigiendo dos 'Conciertos para piano' def Mozart a la Mahler Chamber Orchestra desde el teclado, se adentra esta vez en otro de sus compositores fetiche, Schubert, pero para mostrar su literatura para dos pianistas junto al norteamericano Jonathan Bliss. Es la nueva aventura de una mujer que hace de la elegancia su seña de identidad en un pianismo cristalino en el que el culto al silencio está asegurado.

Se dice que Uchida brinda una visión profunda de la música que toca a través de su propia búsqueda de la verdad y la belleza. Conocida por sus interpretaciones de Mozart, Schubert, Schumann y Beethoven, no es una dama solitaria como Sokolov, sino que tiene una relación estable con las mejores orquestas y salas de conciertos, lo que ha dado lugar a que haya realizado numerosas residencias. Desde 2016, Mitsuko Uchida es socia artística de la Mahler Chamber Orchestra. La dama nipona del piano, con residencia en Reino Unido y educada en Viena, estará en el Kursaal este domingo.

Si le preguntan a un melómano que cite a un intérprete famoso del violín es muy probable que diga su nombre: Anne-Sophie Mutter. Y es que la artista, nacida en 1963 en Rheinfelden, Alemania, es una leyenda. En la portada de su web declara que «el violín es el mayor descubrimiento de mi vida y continúa hasta hoy». Toda una declaración de intenciones de una violinista «virtuosa» que durante casi medio siglo ha sido un elemento fijo en las principales salas de conciertos del mundo, dejando su huella en la escena de la música clásica como solista, mentora y visionaria. Ganadora en cuatro ocasiones del premio Grammy, está comprometida tanto con la interpretación del repertorio tradicional como con la creación actual, así como con la educación y la solidaridad, siendo partícipe activa en diversas asociaciones de carácter benéfico.

La versatilidad y el virtuosismo han hecho de Mutter su seña de identidad y con 60 años continúa con una actividad frenética. Se declara «optimista e idealista» y destaca «la intuición, la sensibilidad o la empatía» como cualidades en las personas. Es conocida por su estilo –viste de Chanel o Givenchy–, aunque no le presta importancia: «Cuando era adolescente nadie se preocupaba de nuestro pelo o nuestro maquillaje. No hay más que ver las portadas de aquellos discos. Ahora el aspecto lo es todo para los jóvenes. Duele comprobar que el contenido artístico no siempre es tan atractivo como el envoltorio». Defiende que «la música es algo que se disfruta con los ojos cerrados» y cita a Mozart como uno de los héroes históricos de su vida. «La vida sin música es un error. La música debe agarrar y mover a las personas, tiene que contar historias y tener un impacto».

Apadrinada por Herbert von Karajan tras su debut con 13 años en el festival de Lucerna, ha conquistado el firmamento y a los mejores compositores vivos, que le han dedicado piezas de violín: Krzystof Penderecki, André Previn, Sofia Gubaidulina o John Williams, entre otros. Toca un Stradivarius, pero en la actualidad parece más preocupada por el futuro de la música que por su carrera como solista. Llegará a Donostia el sábado 26 de agosto con los Mutter's Virtuosi.

El conjunto, creado en 2011 bajo el liderazgo artístico de la violinista, está formado por becarios actuales y anteriores de la Fundación Anne-Sophie Mutter, así como por otros jóvenes músicos seleccionados. Realizan giras por Europa, América y Asia. En esta ocasión ofrecerán un programa en el que compaginarán obras de Vivaldi, Joseph Bologne y Bach con 'Nonet' del pianista y director André Previn.

El desfile de estrellas culminará también con violín, en este caso el de una de las artistas que más cautivan al público joven, Hilary Hahn (Virginia, Estados Unidos, 1979). Dio a los seis años su primer concierto como solista y a los diez fue a estudiar con Jascha Brodsky, el último discípulo del legendario Eugène Ysaÿe. Seis meses más tarde llegaría su debut orquestal con la Orquesta Sinfónica de Baltimore: «Algunas personas me llamaron entonces niña prodigio, pero nadie lo es. Detrás se encuentra siempre un trabajo duro», asegura. Después de sus debuts como solista con importantes orquestas norteamericanas, empezó con 16 años sus clases de violín en el Curtis Institute of Music. Cuando terminó sus estudios con 19 años ya era una violinista de éxito internacional, que contaba con una serie de premiadas grabaciones en CD. Con 20 años hizo su debut con la Filarmónica de Berlín.

La relación de Hahn con los medios de comunicación le hacen estar en las antípodas de Sokolov. Se le ha calificado como «de otra galaxia» e impecable en el plano técnico. A lo que dicen de ella se unen sus propias publicaciones, puesto que es una artista activa en redes sociales, donde es una de las violinistas que más seguidores tiene. Críticos como Andrés Seoane afirman sobre ella que «la constante evolución con la que aborda la creación musical y su curiosidad por el mundo, unidas a su cercanía con la audiencia y su capacidad para transmitir emociones profundas, le han convertido en una de las favoritas entre los aficionados de todo el mundo».

Los datos en redes avalan su fama. Cuenta con miles de seguidores en Instagram a los que alimenta con contenidos dedicados exclusivamente a sus fans. También abundan sus publicaciones de carácter personal, lo que la hace 'humana' a ojos de sus admiradores. Resulta curioso que creara su cuenta de Instagram hace ya diez años como la cuenta de su funda de violín. Y parece ser que no es algo de lo que se sienta avergonzada, ya que es de las primeras cosas que pone en su descripción: «Le he robado esta cuenta a mi estuche del violín». A sus publicaciones en Instagram, Hahn añade otras iniciativas que le acercan al público como el #100daysofpractice, que consiste en un reto en el que los violinistas que la siguen se comprometen a estudiar durante 100 días seguidos, o el proyecto Hahn Solo! desarrollado durante la pandemia, en el que se la veía interpretando los conciertos para violín que habitualmente se tocan junto a orquesta a violín solo, para poder observar cada detalle de su interpretación.

Su concierto en Donostia será junto a la Deutsche Kammerphilarmonie Bremen el martes 29 de agosto. En él la norteamericana interpretará el 'Concierto para violín nº5, KV219, Turco' de Mozart.

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