Sergio Cruzado, con el cartel del Donostia Festibala Urban. . USOZ

«A algunos la música les parece una frivolidad, puro ocio y cachondeo»

Sergio Cruzado | Director del Donostia Festibala Urban ·

Kutxa Kultur, Doka e Intxaurrondo acogen hasta mañana una edición reducida y urbana del Donostia Festibala.

Viernes, 18 de septiembre 2020, 06:14

La décima edición del Donostia Festibala que comenzó ayer y se prolonga hasta mañana no ha podido celebrar su cuarta edición en el hipódromo. ... El coronavirus ha obligado a sus responsables a reinventarse en una cita en la que actúan sólo nueve grupos -casi todos locales-, ante una audiencia reducidísima. Es, según afirma el director del festival, Sergio Cruzado, lo menos que podía hacerse para apoyar a la maltrecha industria musical, que se siente abandonada por las instituciones e insultada por mandatarios como el ministro de Cultura.

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- ¿Cómo afronta esta edición extraordinaria que han bautizado como Donostia Festibala Urban?

- Tengo la sensación de que el festival es fundamental y mucho más necesario que otros años por la situación del sector y por respeto a los artistas, a la gente que lleva las salas, a la industria de la cultura... Es fácil caer en el desánimo y tener la tentación de no hacer nada, pero nuestro deber es seguir programando música.

- ¿Pese a que sólo sea para 330 espectadores en tres días cuando en el hipódromo se reunían 18.000 personas en dos días?

- Al menos esperamos agotar el aforo. (Risas) Ahora en serio, muchos festivales han tirado la toalla, los grupos organizan actuaciones que se cancelan o aplazan… La situación no es fácil y es ahora cuando tenemos que estar más fuertes y demostrar que se pueden hacer conciertos de forma segura. No entiendo por qué se ha puesto el foco en el sector de la música cuando no ha habido ningún caso ni brote ligado a ella. El otro día escuché a un cantante de ópera decir que había viajado a Coruña en un avión lleno con 180 personas y que al llegar al teatro donde actuaba no permitían la entrada más que a 60 personas. Eso no hay quien lo entienda.

- ¿Por qué Intxaurrondo, donde caben 500 personas, ve reducido su aforo a 70?

- En situación de normalidad, caben 500 personas de pie y 240 sentadas. Para respetar la distancia, el aforo se reduce al 50% y queda en 120 espectadores, que aún se reducen a casi la mitad. Esto se explica porque si la barra del bar se abre y la gente puede quitarse la mascarilla para beber, la distancia debe ser mayor. Lo mismo ocurre en el Doka.

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- Será curioso ver a los chavales viendo el concierto del rapero Foyone sin levantarse de la silla…

- Bueno, si algo nos está dejando esta pandemia son imágenes curiosas, y no sólo en la música. Tenemos que reivindicar con orgullo nuestro oficio y si ahora no queda otro remedio, los conciertos tendrán que ser así. Yo creo que la gente los está disfrutando como algo excepcional y lo importante es hacer la edición que podamos ahora y en 2021, hacer un festival en condiciones más normales.

- El sector ha arremetido contra el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, por decir que «es muy difícil» celebrar conciertos de rock sin garantizar que no haya contagios…

- Lo peor que puedo decir de ese ministro es que no sé quién es. Como sector, no hemos notado que haya estado pendiente o que haya empatizado con nosotros. Es injusto, no hay sensibilidad ni empatía hacia los programadores y empresas privadas… Entiendo la desprotección que siente alguien que no puede abrir su sala de conciertos y ve las aglomeraciones de gente en otros espacios públicos. Parece que si hay un contagio en una fábrica o en un bar, no hay que cerrarlos porque son economía y turismo, mientras que la cultura y la música son para algunos una frivolidad, puro ocio y cachondeo. Encima, el ministro habló sólo de «conciertos de rock», lo cual me pareció un tanto prejuicioso. ¿Por qué se nos pone bajo sospecha y se nos reclaman ciertas cosas? Los mismos diez amigos que ven un concierto sentados con mascarilla y guardando la distancia rigurosamente, luego comparten mesa en una terraza a menor distancia y sin mascarilla porque están bebiendo. No tiene sentido.

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- ¿Qué medidas necesita el sector para salir del atolladero?

- Sobre todo, el reconocimiento de las características específicas que tiene el trabajo de los músicos y técnicos, que siempre es intermitente. En Francia, por ejemplo, el trabajador tiene sus coberturas sociales y su sueldo mensual si justifica un número de conciertos al año. En España, mucha gente no ha podido recibir las ayudas porque no estaba dada de alta en autónomos en los últimos meses; aquí la cuota de la Seguridad Social es una barbaridad y muchos sólo la pueden pagar mientras tienen trabajo. El tema de los aforos también es sangrante: deberían ayudar a que haya conciertos rentables porque organizar actuaciones para 60 personas no lo es. Así no puede despegar el sector. Es como si dijeran que es bueno abrir hoteles, pero solo con seis habitaciones: eso no sería ayudar al turismo ni al sector hostelero. Hay muchos parches, pero no existe una estrategia real del Estado para favorecer al sector de la cultura.

- ¿Las actuaciones de Kase. O, Los Chikos del Maíz, Lola Indigo, Don Patricio y demás artistas cancelados se realizarán en 2021?

- Sí. Es lo que están haciendo casi todos los festivales: replicar en 2021 la programación cancelada este año. Como alternativa, este fin de semana ofrecemos nueve conciertos de grupos locales como Gatibu, Lemy River o Ezpalak. Hay más rock de lo habitual en el Donostia Festibala y menos música urbana porque algunos artistas no querían actuar con la gente sentada. Hemos hecho todo lo que hemos podido para montar el festival y apoyar a la escena local.

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- Usted también programa el festival Donostikluba, que suele celebrarse a primeros de octubre. ¿Se mantendrá la cita este año?

- Sí, volverá a ser en Intxaurrondo y con las mismas condiciones de aforo que este fin de semana: 70 personas sentadas. Pronto se anunciarán los conciertos… Lo cómodo sería no hacerlo, pero si caemos todos en la desidia, malo.

-Quedarse en casa no es una opción…

-No. Estamos enamorados de nuestro curro y tenemos que defenderlo hoy más que nunca. En mi faceta de mánager de Belako e Izaro mantendremos las giras sí o sí. ¿Que hay que hacer bolos doblando los pases? Pues se hace. No te puedes pegar contra un muro, pero hay que hacer todo lo que se pueda para seguir adelante.

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-¿Volverán los conciertos de antes?

-¿En salas? Imagino que sí, cuando haya una vacuna. Y los macrofestivales... Igual volverán con otros aforos y formas. Es pura intuición: espero, confío y deseo que vuelva la música como siempre la hemos disfrutado.

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