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Miren Urbieta-Vega accede al escenario con sus compañeros.

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Miren Urbieta-Vega accede al escenario con sus compañeros. S. SANTOS
Quincena Musical

Sorozábal llegó a buen puerto

Zarzuela ·

La soprano Miren Urbieta-Vega y el tenor Andeka Gorrotxategi brillaron en una 'Tabernera' redonda que hizo las delicias del público

María José Cano

San Sebastián

Lunes, 8 de agosto 2022

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Fue otra gran noche de la Quincena, con el Kursaal lleno, una estupenda comunión Bilbao-Donostia y un importante resultado musical. El primer homenaje del festival a Pablo Sorozábal, con 'La tabernera del puerto' en versión concierto, dejó mucho más que un buen sabor de boca y ayudó a recuperar el glamour de ediciones pasadas. Y es que si la música es buena y los intérpretes competentes es posible prescindir de la escena en una zarzuela y vivirla con toda pasión. Y eso fue lo que sentimos ayer. El público que llenó el Kursaal disfrutó sin aderezos de las notas que Sorozábal escribió en los pentagramas de su 'Tabernera del puerto' gracias a la extraordinaria dirección de Unai Urrecho, el altísimo nivel vocal de la pareja protagonista –la soprano Miren Urbieta-Vega y el tenor Andeka Gorrotxategi–, un brillante reparto de cantantes y un gran trabajo del Coro Landarbaso y la Orquesta Sinfónica de Bilbao. Todos pusieron su granito de arena para que el romance marinero al que puso música el compositor donostiarra llegara a buen puerto.

El encuentro fue poco a poco 'in crescendo' y los asistentes fueron alargando sus aplausos y amplificando sus ovaciones a medida que se desarrollaba la historia y se sucedían las distintas romanzas. Los solistas combinaron los diálogos, que defendieron con una más que correcta capacidad actoral, con su hermosísimo canto. Fue en este aspecto en el que brilló especialmente la Marola de Miren Urbieta-Vega. De proyección nítida y brillante, destacó en todas sus romanzas. Como ejemplo, su intervención en la famosa 'En un país de fábula', en la que se pudo constatar su facilidad para la agilidad, con una línea de canto de admirable brillo y precisión,a la par que una dicción clara, tan necesaria en el género. El tándem vocal que formó con su amado Leandro, el tenor Andeka Gorrotxategui, fue de lujo. El cantante vizcaíno, dotado de una voz con mucho cuerpo, cantó con arrojo, convenció en sus intervenciones y el público se rindió a las melodías más conocidas de su personaje, como su romanza 'No puede ser'.

Sus compañeros no se quedaron atrás. Marifé Nogales (Antigua) explotó su vis cómica y brilló tanto en los textos como en su canto. Magníficos también Damián del Castillo en su comprometido rol de Juan de Eguía, Rubén Amoretti, José Manuel Díaz y Alberto Núñez. Todos convencieron, destacando por su labor actoral Ruth González como Abel.

La Orquesta Sinfónica de Bilbao fue un equilibrado, compacto y sensible conjunto, lleno de colores y dinámicas y tremendamente dúctil ante un Unai Urrecho que manejó con acierto tempos y pausas, respetando a los solistas con oficio. El Coro Landarbaso estuvo excelente, completando con sus bien logradas intervenciones una interpretación redonda que hizo un justo homenaje a Sorozábal.

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