El ex alumno de Musikene Ignacio Arakistain recogió el galardón ayer en la sala de ensayos del Orfeón. En la otra imagen, el compositor Valentín Larrea. USOZ

Reivindicación del compositor Valentín Larrea

El organista Ignacio Arakistain recibió ayer el VI Premio Orfeón Donostiarra-Musikene por su trabajo de fin de estudios dedicado al músico de Gabiria

Carlos Rodríguez Vidondo

San Sebastián

Miércoles, 19 de enero 2022, 07:14

Todo empezó con una vieja caja que María Luisa, hija del maestro Valentín Larrea Iturbe, había recuperado en los años 80 de algún altillo ... de la casa familiar en la calle de la Chapitela de Pamplona, al poco de fallecer su padre. Lo que contenía aquella caja fue redescubierto años más tarde por las nietas del compositor, Maite y Elena Berazadi Larrea, quienes hallaron una colección de partituras, reseñas de prensa, críticas de conciertos, programas, diplomas y fotografías que su abuelo había ido coleccionando. Hasta hoy, esa caja ha viajado de mano en mano hasta «sacar a la palestra a un autor que durante décadas permaneció en la sombra».

Publicidad

«Las nietas contactaron con la pianista Itxaso Aristizabal y, a través de Esteban Elizondo, me llegó la propuesta a mí. Me reuní con ellas y nada más empezar a hablar les vi una ilusión que se me contagió». Quien así habla es el músico azpeitiarra y ex alumno de Musikene Ignacio Arakistain Agirre, el último eslabón de esta historia. Su trabajo fin de estudios titulado 'Valentin Larrea Iturbe (1876-1970) musikariaren lan eta bizitzaren berreskurapen bidean' acaba de ser galardonado con el VI Premio Orfeón Donostiarra-Musikene, por «poner en valor la música del compositor de Gabiria y analizar sus piezas para órgano» dicta el comunicado.

«El nombre de Valentín Larrea sonará extraño al público» explica Arakistain pues, tras muchos años almacenada en las estanterías de Eresbil, su música acaba de volver a la vida «entre recortes de prensa de antaño, hemerotecas digitales y la inestimable ayuda de su familia, con quien he podido reconstruir el difuso puzzle biográfico». Y ese puzzle dibuja el perfil de un joven pianista nacido en un pueblo muy pequeño y en una época convulsa entre las contiendas de las guerras carlistas.

«Hay que destacar la importancia del personaje: un chico de pueblo del siglo XIX al que envían a Madrid a estudiar con José Tragó en la Escuela Nacional de Música y Declamación (actual Real Conservatorio Superior de Música de Madrid) y que termina siendo pianista en el Nuevo Casino Eslava de Pamplona durante más de 50 años y uno de los fundadores del Orfeón Pamplonés».

Publicidad

Una vida muy larga en las que celebró 93 primaveras y en las que ganó más de diez premios en los Juegos Florales. Arakistain admite que «se nota a la legua que es pianista, porque también en el órgano usa recursos idiomáticos del piano. En un siglo XX, en el que la música vive muchos cambios estéticos, él se mantiene muy tonal, sin excederse en modernismos, al estilo de Aita Donostia».

Evaluación sobresaliente

Para optar al Premio Orfeón Donostiarra-Musikene, el trabajo debe obtener una calificación igual o superior a 9 y tiene que ser propuesto como candidato al mismo por el tribunal evaluador que valora aquellos temas de investigación relacionados con la música en el País Vasco y especialmente con la música coral. «El premio no es solo una alegría para mí, sino también para la familia de Valentín y por poder reivindicar su figura. Es un incentivo para seguir en ese campo, aunque yo solo he abierto una puerta».

Publicidad

Mientras tanto, Arakistain continuará sus estudios en Viena donde a primeros de marzo inicia un máster en interpretación de órgano bajo la tutela del profesor Pier Damiano Peretti. Aunque admite que «siempre me ha gustado escribir» y que está «animado a seguir con la investigación», más aún viendo el interés de la familia Larrea en «ampliar el trabajo con documentación gráfica al estilo de colección».

Después de presentar el resultado musical junto al tenor Xabier Barriola en Bera, Durango y Azpeitia el pasado año, la intención ahora es grabar la obra para órgano y voz en un nuevo disco «que permita digitalizar su repertorio para que pueda ser escuchado o interpretado» cuenta Arakistain.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad