One, two, three... ARF! Busca tu concierto
Durante todo el año se recuerda la última edición del Azkena Rock Festival y se va anticipando la siguiente. Pero hay tres días felices en los que realmente se está allí, y el momento ha llegado
Al Azkena se vuelve físicamente a Vitoria en junio: ese es el momento de la gran peregrinación, cuando miles de personas regresan a Mendizabala como quien vuelve a su segunda residencia, o quizá a la primera, porque en eso de las jerarquías cada uno es libre de establecer el criterio que prefiera. Pero, más allá de esa cita tan marcada, que justifica por sí sola la compra de un calendario de papel para colocarlo en un lugar bien visible, al Azkena se acude mentalmente un montón de veces a lo largo del año. A menudo la culpa es de una canción, cómo no: de pronto se cruza en nuestro camino una melodía o un riff y nos transporta en inmediato viaje astral hasta la edición correspondiente, cuando la escuchamos en directo. Pero, en otras ocasiones, ni siquiera hace falta estímulo externo, porque el cerebro se basta solo para buscar refugio en los recuerdos agradables y suele abrir a menudo su cajón de memorias del Azkena.
La edición que arranca hoy, la vigesimotercera, servirá para añadir a ese repertorio otro precioso alijo de recuerdos. Lo bueno del Azkena es que, además, su eficacia como generador de buenas experiencias está garantizada. Al examinar el cartel de este año, podemos anticipar algunos momentos con todo el potencial del mundo para volverse mágicos. Cada uno tendrá los suyos, por supuesto, así que ahí van los del que suscribe: habrá que estar atento cuando John Fogerty se adentre en el misterio pantanoso de 'Born on the Bayou', cuando los Buzzcocks aborden la eterna maravilla melódica de 'Ever Fallen in Love', cuando Psilicon Flesh recuperen aquel himno que voceábamos hace casi treinta años y que se titulaba 'Malfunction' o cuando Dinosaur Jr. toquen –si la tocan, porque vienen a interpretar íntegro otro álbum, pero seguro que la añaden de plus– ese 'Freak Scene' que es una de las cosas más bonitas que han dado la electricidad y la distorsión.
Chapas y púas
¿Que no? Pues que cada cual elija lo suyo, porque el cartel admite itinerarios muy diversos. Los rockers pueden ser plenamente felices con Lee Rocker (valga la redundancia) o con los Diamond Dogs rindiendo tributo a Little Richard junto a la leyenda Chris Spedding, ese hombre que ha tocado con todo el mundo y más. Los punks tienen por ahí a los Damned, los Dead Kennedys o el mismísimo John Lydon, por no hablar del compacto frente escandinavo de Hellacopters y Turbonegro. Las huestes del country reciben de nuevo a su alteza Lucinda Williams y gozarán de lo lindo con Margo Price o Reckless Kelly. Los fanáticos del garaje podrían tirarse los tres días sin salir del Trashville y sin borrarse la sonrisa de la cara, con sobresaltos para el corazón como Wau y los Arrrghs!!! o los Neanderthals. Los amantes del pop-rock bien entendido pueden hartarse de corear himnos con Manic Street Preachers («si toleras esto, tus hijos serán los siguientes»..., difícilmente encontraremos un estribillo más adecuado para estos tiempos) y despegar con los Flaming Lips hacia otra dimensión, un país multicolor donde reinan los robots rosas y las burbujas con personas dentro.
Y en este repaso apresurado prácticamente solo hemos arañado la superficie: hay medio centenar de artistas, desde veteranas como Melissa Etheridge o Cherie Currie hasta revelaciones como Eh, Mertxe!, pasando por estrellas nacionales como Quique González o nombres de culto joven pero ferviente como The Lemon Twigs. Y, por supuesto, el centro de Vitoria se volverá 'azkenero' con el paso por la Virgen Blanca de Laurie Wright (recomendado por ilustres como Liam Gallagher o Pete Doherty) y el embrujo de los hermanos multiinstrumentistas Kitty, Daisy & Lewis. Ah, este año también habrá Txiki ARF, para educar a los peques en las cosas realmente importantes mediante conciertos temáticos, concursos de 'air guitar', pintacaras, bingo roquero y talleres de chapas y púas.
«Más que un festival, el Azkena Rock Festival es una experiencia auténtica tanto para espíritus curiosos como para los más apasionados del rock en todas sus formas», comentan en Last Tour.
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