La música en euskera que arrasa en los escenarios

La inclusión de nuevos estilos musicales más allá del rock que protagonizo la década de los 90 y el cambio en la base de las letras, «ahora más blancas», son dos de las razones para explicar el gran momento que vive el panorama musical vasco, con varios grupos capaces de colgar el cartel de 'sold out' y, sobre todo, dejar estampas como las vividas el verano pasado en Semana Grande tanto en Donostia como en Bilbao o este último Jazzaldi, con ZETAK poniendo a saltar y a bailar a miles de espectadores a pesar de la lluvia. Y la previsión es que la próxima semana Sagüés deje imágenes similares en los conciertos de ETS y BULEGO el 12 y 16 de agosto respectivamente.

Ese feedback que reciben de la gente, la intensa conexión que han conseguido con sus seguidores es, aunque suene a tópico manido, una de las razones para que sigan acumulando kilómetros de carretera. «Nos da fuerza para seguir adelante, de lo contrario no compensaría todo el trabajo que hay detrás». Aunque, en algunos casos, también les juegue malas pasadas como detalla el cantante de BULEGO Tomas Lizarazu. «En los primeros conciertos a veces me costaba seguir al ver a tanta gente emocionada, llorando por la canción que tocábamos. Te llega y te mueve por dentro».

Un testimonio que podría hacer suyo Iñigo Etxezarreta, cantante de En Tol Sarmiento (ETS). El grupo alavés comenzó su trayectoria en 2005 y ya probó las mieles del éxito con 'Musikaren doinua' en 2012. «Fue un salto, pensábamos que nunca lo superaríamos, pero con los dos últimos discos ('Aukera berriak' y 'Guretzat') hemos recibido un cariño que nos ha costado asimilar». Otro hito fue el documental 'Ametsetan' publicado en 2018, que les animó a profesionalizar el grupo, poner en solfa todas las etiquetas y «reinventarse», alejándose del estilo 'ska' y apostar por melodías pegadizas. «Fue arriesgado, pero creo que hoy estamos aquí por eso». Lo respalda el concierto que ofrecieron en Donostia al final de Korrika en 2022. «Veníamos de un concierto de teatros, con un rollo más íntimo, y sabíamos que teníamos que cambiar el formato. Aquello fue una explosión de energía».

Así lo recuerda Oizeder Mayo, locutora de Gaztea Irratia. «Tras dos años de pandemia, la gente tenía muchísimas ganas de disfrutar de música en directo». Los directos de Instagram fueron una especie de válvula de escape, como los conciertos en espacios cerrados que obligaban al público a estar sentado, con mascarilla y guardando distancias. «Pero allí se juntó todo», recuerda con cariño el cantante de ETS. Fue de los primeros eventos culturales masivos al aire libre, aunque como aclara Etxezarreta desde entonces el show ha evolucionado mucho.

También BULEGO ha 'crecido' sobre el escenario. «La de 2022 fue la primera gran gira y hemos querido dar un salto en cuanto a producción y show. Somos un grupo de 12 personas para los directos, con mayor fuerza en luces. Estamos disfrutando una barbaridad y por ahora la recepción de la gente es espectacular. Nos encanta la música y sacar canciones, pero el feedback de verdad llega en los directos al ver a la gente emocionarse, tanto a mayores como a jóvenes».

Porque ese es otra de las piedras angulares del éxito de estos grupos, que su público es «intergeneracional, tal y como se puede ver en cualquiera de sus conciertos» apunta Mayo. «No es algo que hayamos buscado de forma premeditada, hemos hecho lo que nos pedía el cuerpo, lo que sentíamos de verdad y lo que nos hacía vibrar», detalla Lizarazu.

La naturalidad de los grupos, acompañado de mucha energía en los directos, un show más profesionalizado, melodías pegadizas y letras que proyectan un halo de positividad aunque los temas sean emotivos, «de los que dejan una sonrisa al terminar», ha caído de pie entre el público y ha gustado. «Es muy bonito juntar a varias generaciones con el mismo espectáculo, ver que conectan. Es de lo más bonito de la música». Así, la misma canción puede escucharse de fiesta por unos y de viaje en el coche con la familia por otros. «Nos lo han dicho muchas veces. Incluso padres que han comprado el disco por sus hijos y luego han venido ellos al concierto sin sus hijos», señala entre risas Lizarazu.

A ello ayuda que la letra de las canciones –«sabemos que ETS es referente en el mundo educativo y por eso actuamos con mucha responsabilidad»– o la temática que eligen, con cosas «del día a día», pero también con otros que no suelen aflorar como el «suicidio o la muerte y el duelo», que han tratado con tanto cariño en 'Abuela maitea'. «Son temas en los que cualquiera nos podemos identificar». Eso sí, el enfoque siempre suele ser «positivo» porque en «la vida ya tenemos muchos límites y dificultades y la música puede aportar en otra dirección».

Otro aspecto que suele marcar el músculo de los grupos musicales en los tiempos de las redes sociales y las plataformas digitales suele ser el número de suscriptores que acumulan o la cantidad de escuchas mensuales que acumulan las canciones y/o los discos.

Los alaveses de ETS son quienes encabezan la lista con 250.000 oyentes mensuales en Spotify y 26.300 suscriptores en YouTube, seguidos de cerca por el conjunto encabezado por Pello Reparaz, con 225.000 y 22.800 respectivamente. BULEGO, con una trayectoria menos extensa y sin colaboraciones con otros grupos, lo que suele abrir puertas a nuevos públicos, tiene 85.000 oyentes mensuales y 8.500 suscriptores. Aún así, tanto Etxezarreta como Lizarazu prefieren mirar otros indicadores para pulsar el momento de sus grupos. «Te dice que estás conectando con la gente y eso siempre te alegra, pero es un poco tramposo y puede hacer que pierdas la cabeza, como las cifras de las redes sociales. El feedback bueno, el potente y el que te llega de verdad es el de los directos. Cuánta gente va a los conciertos, oír cómo cantan tus canciones, cómo se emocionan».

Lo secunda el cantante de ETS, que añade que «antes no había plataformas y hay infinidad de grupos que han marcado el panorama musical vasco». Etxezarreta prefiere esperar a que el paso del tiempo dicte sentencia. «Cuando dentro de un tiempo se acabe el grupo y miremos atrás veremos si las canciones han perdurado y se han convertido en himnos. Eso es lo importante, que se sigan escuchando. Muchas veces puedes tener unos buenos meses de escuchas en las plataformas, pero luego se olvidan. Para nosotros es más importante crear canciones que lleguen a la gente y se queden en su imaginario».

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