«Nunca he hecho tantos conciertos ni una gira tan larga por América»

Un año después de publicar 'Amigos de guardia' (Warner Music, 2021), el disco doble homenaje a sus 35 años de carrera, asegura que su vuelo «está siendo una aventura espectacular que ha superado todas mis previsiones. Empezó casi como una anécdota en la que se cruzó el Covid pero que, a pesar de haberse estirado en el tiempo, ha ido creciendo y engordando hasta convertirse en un álbum con 14 invitados y una importante gira».

Con un Premio Ondas por medio, para Erentxun estos últimos años han sido «como nunca», porque «nunca he hecho tantos conciertos seguidos y nunca he hecho una gira tan larga por América. Aunque, afortunadamente, desde el año 99 todos los discos los he podido presentar allí». Pero, a pesar de que ya divisa el «colofón final» de la Gira de 'Amigos de Guardia', su libreta sigue llenándose de letras de canciones que conformarán un nuevo disco, casi cuatro años después de su último álbum de inéditos. «Ya me está quemando», asegura. «Tengo una maqueta con veinte temas y planes para grabar este invierno y lanzarlo el año que viene, quizá, por estas mismas fechas. Por alguna razón me gusta grabar en invierno, cuando estoy dentro del estudio y afuera hace frío».

Pero, hasta entonces, aún le quedan por delante 60 días de un tour americano que «tendrá una parte dos en febrero-marzo, por Sudamérica», y que compartirá con su 'Guardia de amigos' de siempre. Esa alineación que, desde hace casi una década, la forman de memoria Karlos Arancegui a la batería, Fernando Neira al bajo y Fran Iturbe a la guitarra, «que ha tocado toda la vida conmigo pero que, al irse a vivir a Los Ángeles, le sustituyó Rubén Caballero. Siempre que vamos a EE UU le llamo a él». Un cuarteto que, para el tramo mexicano, sumará, además, a Marina Iñesta en las voces y guitarra, y Mikel Azpiroz en los teclados.

Pasarán por ciudades que el músico reconoce «no haber visitado nunca, porque lo normal es ir a California o zonas donde hay público mexicano que es mi público natural». Pero, en esta ocasión, además de sus clásicas citas en San Diego, Los Ángeles, San José o San Francisco, la banda recorrerá salas y clubs por los estados de Utah, Colorado, New Mexico, Texas, Georgia, Michigan, Indiana, Illinois, Virginia, New York, New Jersey, Florida y Texas. Todo ello entre el 23 de septiembre y el 30 de octubre, antes de cruzar la frontera en noviembre para subir a los escenarios de Ciudad de México, Puebla, Monterrey, Querétaro, Tijuana y Guadalajara, ya en arenas de 10.000 espectadores.

«Hace mucho que no toco tanto. Mi ritmo actual es de dos o tres conciertos a la semana y aquí van a ser 24 en un mes. Es algo que no hacía desde los tiempos de Ducan Dhu y sé que esto no se va a repetir». Una forma de «cerrar el círculo, porque 'Amigos de guardia' es un disco que mira hacia atrás y que celebra toda una vida en la carretera. Curiosamente, Duncan Dhu fue el primer grupo español en hacer una gira por EE UU, cuando presentamos 'Autobiografía' (GASA, 1989) y se da la circunstancia de que, en aquel entonces, íbamos de teloneros de Miguel Mateos, músico argentino con el que vamos a compartir cartel ahora. Me hace mucha ilusión ese reencuentro con él 30 años después».

Al otro lado del charco, Erentxun siempre se ha encontrado con un público «muy entregado y muy agradecido», principalmente en México, donde «ya está ganado de antemano, que van a mil y que sabes que al salir te va a apoyar a muerte. Es bastante más visceral que el público español, aquí somos más fríos». El interrogante se mantiene aún en tierras estadounidenses, donde «previsiblemente habrá muchos fans de Miguel Mateos que a mí puede que me conozcan menos».

Sin embargo, el objetivo de esta gira es acabar de 'construir' ese público «fiel». Ese que «si has tenido éxito alguna vez en tu vida, como yo lo tuve con Duncan Dhu, mantiene ese respeto de por vida y que, independientemente de las modas o el momento en que te encuentres, siempre te están esperando».

A pesar del bagaje que ofrecen casi cuatro décadas de música, al artista no le importa bajar al barro y «picar piedra». Su experiencia le dice que, «en lugares como EE UU, no queda otra más que comerte marrones e ir a salas muy pequeñitas hasta poder hacerlas más grandes en ciudades nuevas. Sé que en Los Ángeles va a ir muy bien, pero no sé cómo será en Utah, en Colorado o en Virginia, es una incógnita total. Y eso es lo mejor». Admite que «para el ego es una gozada salir delante de 5.000 personas que gritan tu nombre y corean todas tus canciones, pero a mí lo que me pone es salir a conquistar al público poco a poco. Esos conciertos que empiezan con el público frío y que se van calentando a base de canciones y de hacerlo bien».