Crítica de 'Egia ala geRuza': Extraordinaria diversión

El libreto, a cargo de Marta García, fue, sin duda, uno de los principales 'culpables' del éxito de la función. Intercalanado partes habladas en castellano con las cantadas en euskera, nos hizo recordar en algunos diálogos al gran José Luis Cuerda en 'Amanece que no es poco', con su humor disparatado y surrealista. La inmensa vis cómica de los cantantes-actores ayudó a abandonarse al placer de la risa, a lo que se unió el absurdo pero bien pensado vestuario. Guillermo Amaya realizó, además, un gran trabajo de escena, destacando los grandes momentos de Luken Munguira como Don Tiempos Verbales o Lorea López como No, todo ello sobre un escenario que sacó chispas a diez telas blancas que el coro fue moviendo y una cuidada iluminación.

La parte musical sumó puntos al disfrute. La protagonista Iraide Urbistondo tuvo que combinar prácticamente sin descanso el trabajo actoral con el canto, defendiéndose en ambos como una auténtica profesional. Sus compañeros no le andaron a la zaga. La música de Walter Slaughter, con la colaboración y la orquestación de Iñaki Carcavilla -muy gracioso en su papel de Juez- funcionó a la perfección bajo la batuta de Lucía Arzallus. La directora imprimió precisión rítmica y tímbrica a la Easo Sinfonietta y permitió a los chavales del coro Easo, en pleno estado de gracia, lucirse a lo grande. Zorionak!