«Nuestra manera de hacer arte trasciende a las nacionalidades»

– ¿En qué medida influye en una orquesta el hecho de contar con músicos de edades tan distintas?

– La Euskadiko Orkestra cuenta con todo el abanico de edades, con gente mayor a punto de retirarse y músicos nuevos que están en su última etapa de formación. Para mí es importante que la transición sea progresiva para que la identidad de la orquesta se vaya manteniendo y no sea un cambio brusco. Hay una nueva generación importante.

– ¿Diría que la variedad de nacionalidades imprime alguna cualidad especial?

– La forma de hacer arte de la orquesta trasciende a la cuestión de nacionalidad, de género, incluso de cultura. Si analizamos lo que hacemos nosotros es más una cuestión de humanismo, de condición humana. En este sentido da igual que seas polaco, chino, francés, vasco... todos entendemos las cuestiones básicas de la humanidad como el amor, la vida, la muerte, la esperanza o las emociones. Veo la riqueza de las culturas como la única manera de ayudarnos entre todos. Da amplitud de miras. Yo, como americano, crecí así, rodeado de todo tipo de culturas, y lo celebro. Creo que es maravilloso.

– El martes abren su temporada en Donostia con la 'Rapsodia vasca nº 2' de 'Akelarre' de Pascual Aldave. ¿Qué destacaría de ella?

– Es interesante que la orquesta participe en reconocimientos y eventos como el centenario de Aldave. Sabemos que esta ha sido una de sus grandes obras, es muy extensa, y por eso la ofreceremos en dos programas diferentes.

– También interpretarán la 'Sinfonía nº 9' de Mahler.

– La 'Novena' es una sinfonía que lleva meses de preparación, es una experiencia sobrehumana que requiere de una enorme preparación psicológica, emocional, mental e intelectual.