Bruce Springsteen, Saizarbitoria y más nombres con 'ese'
Kerido diario: ¿Vuelve Bruce a Ondarreta? Y la salsa en los 'cubos' (¿qué hacíamos en Donostia cuando no existía el Kursaal?), y un 'Café Gijón' en la orilla, y recuerdos de Jerusalén
1. El renovado campo de Anoeta será al fin escenario de un macroconcierto. El grupo alemán Rammstein anuncia concierto en San Sebastián el 5 de junio ... . Qué bien. Llevamos tiempo deseando ver cómo es un concierto en ese Anoeta sin pistas y más 'cerrado' por las gradas. Me dijo su autora, la arquitecta Izaskun Larzabal, que sonará mejor y más cómodo para el público. Hubo un intento reciente de concierto por el 125 aniversario del Orfeón pero se frustró. Y planea la nueva visita de Bruce Springsteen, que podría ser a mediados de junio. En las webs de seguidores del 'boss', habitualmente bien informadas, dan por hecho que Donostia, Madrid y Barcelona serán escalas de la nueva ronda de su 'tour'. Pero las cosas podrían complicarse: Springsteen ha suspendido todos los conciertos que le quedaban en Estados Unidos este 2023 por una úlcera péptica y tendrá que recolocarlos el próximo año. En Get In se mantiene el mutismo, como siempre, hasta que haya noticias confirmadas, y en la Real Sociedad, 'arrendataria' del campo, parecen ser más optimistas con la posibilidad del concierto. 'Garganta profunda' me advierte: la gira por España es segura, pero Bilbao también pelea. Y salga o no lo de Bruce, habrá sorpresa con otro concierto grande y potente en Anoeta».
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Ojalá tengamos oportunidad de ver de nuevo al autor de 'The River' en esta Donostia donde ha dejado tan buenos recuerdos musicales como ciudadanos: siempre que puedo recupero la foto de Springsteen con su teclista Roy Bittan en Ondarreta, de 2009, lograda por mi compañero José Mari López. Cómo ilumina esta página en pleno puen festivo.
2. He pasado la semana en la burbuja festiva de San Sebastian Gastronomika. Viví el Zinemaldi en el Kursaal y estos días de vino y rosas, también. ¿Qué hacíamos en esta ciudad cuando no existía el Kursaal? Se lo comentaba el otro día a José Miguel Ayerza, el director que llevó ese proyecto del plano a la realidad, y su sucesor, Iker Goikoetxea. Hace 25 años se criticaba el proyecto por «moderno» e «innecesario», pero el diseño de Moneo fue elegido mejor edificio del año en Europea y desde su inauguración lo usamos sin parar. Hoy lamentamos no haber sido más ambiciosos en sus medios y posibilidades: cuando se construyó se regateó cada euro.
3. Me siento en el concurso de parrilla de Gastronomika y veo en la mesa vecina a mi admirado Ramon Saizarbitoria con sus amigos médicos gourmets. Es el último sitio donde hubiese pensado encontrar al renovador de las letras vascas, el hombre discreto que huye de las multitudes. «Ramon es primero un 'morro fino' y después escritor», me dice con humir uno de sus amigos. Y Saizarbitoria asiente. La próxima vez que coja su imprescindible 'Martutene' la releeré con otros ojos...
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4. En el congreso de gastronomía me interesan más las gentes que las recetas. Ya hemos contado el mapamundi de todos los ilustres que han sido portada. En este rincón íntimo me quedo con dos tipos que parecen sacados de una novela de García Márquez. El cocinero donostiarra Bittor Sierra, afincado desde hace décadas en Ciudad de México, oficia en Zagala Restaurante en el DF, mantiene sus lazos con San Sebastián, su acento delata los años al otro lado del charco y es un volcán de proyectos. Y él mismo me presenta al periodista Eddy Warman, otra figura en su país, feliz de venir por primera vez a Donostia. «¿Cómo tienen tantas cosas y tan buenas en un sitio tan pequeño?», me pregunta.
5. Este verano no termina nunca. El jueves 'la patria' era la orilla de La Concha y Ondarreta, un Café de Gijón donde podías pasear desde el Tenis hasta el Náutico enlazando tertulias. Qué placer charlar con Mariasun Landa sobre letras antes de verle nadar. Quizás iba imaginando la gran novela donostiarra.
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6. Hace un año viajé por Jerusalén, Tel Aviv y otras zonas de Israel. Uno se siente ahí en el ombligo del mundo: las religiones mayoritarias tienen sus santos lugares a solo unos metros unos de otros, y la gente convive en un polvorín que hasta al turista más despistado le parece a punto de estallar. Vivimos estos días impresionados por las imágenes que llegan: uno, desde su ingenuidad, solo puede decir que le horrorizan todos los crímenes. En las guerras siempre paga primero la población civil. Ahí termina mi análisis: solo sé que no sé nada.
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