El portaaviones del Bidasoa: elogio del 'aeropuerto boutique'

(Inciso: era el tiempo que en relevantes dirigentes del Gobierno Vasco te explicaban que era imposible hacer un Kursaal si ya iba a estar el Euskalduna de Bilbao. «No puede haber un palacio de congresos en cada pueblo», decían. ¿Qué haríamos hoy sin un Kursaal?)

Unos años después el aeropuerto guipuzcoano ha batido el récord de viajeros, los vuelos a Madrid o Barcelona siguen siendo caros, pero no como en aquellos tiempos en que si viajabas a Manhattan costaba más ir de Hondarribia a Barajas que de Madrid a Nueva York, y sigue creciendo el número de destinos. ¿Quién hubiera soñado volar directo a Londres, Menorca o Gran Canaria? En mayo entra en funcionamiento el viaje a Edimburgo y se anuncian varias sorpresas más.

¿Qué ha pasado? Se mejoró técnicamente, hay más modelos capaces de aterrizar aquí, las instituciones se pusieron las pilas y son los de Iparralde los que vienen ahora a coger su vuelo. El encanto de Hondarribia es su tamaño pequeño, donde uno llega como si fuese una estación de autobuses. Hay noches en que con los pasajeros del último vuelo de Madrid podría hacerse el periódico del día: te encuentras con los diputados, el cocinero estrellado, el empresario de moda, uno de nuestros cantantes de éxito y el vecino del quinto.

Javier Ortega Figueiral, uno de los periodistas que más sabe de aviones, lo llama aeropuerto boutique para distinguirlo de los grandes aeródromos. Esta semana ha estado por aquí en la sonora inauguración de The Social Hub y ha vuelto a elogiar «una instalación pequeña y encantadora como el territorio al que sirve». Javier escribe en Forbes un delicioso artículo sobre este 'portaaviones del Bidasoa' donde precisamente nació, cuando tenía solo 8 años, su pasión por los aviones. Y da detalles del gran desconocido de Hondarribia: los vuelos privados. Son muchos los que vienen en avión privado: empresarios, ricos gastrónomos que llegan, comen en nuestros templos y se van, turistas con dinero. Y repasa algunos de los puntos de origen de los vuelos, como Estocolmo, Tel Aviv o Ginebra, además de los esperables Madrid o París.

El secreto del éxito de Hondarribia es seguir siendo pequeño pero activo, práctico pero con la mejor convivencia con su comarca. La aspiración medioambiental de sustituir los vuelos cortos por la alternativa del tren tardará en aplicarse aquí: al tren de alta velocidad no lo esperamos en esta vida...

¿Qué haces a las tantas de la madrugada del Jueves Gordo tocando el bombo por las calles de Tolosa? Este año me ha vuelto a ocurrir: llamémosle la magia de los Inauteriak. Gracias a mis amigos los antxoneloseguis, y a tantas y tan variadas gentes del Kabila tolosarra, disfruté de la txaranga, de la compañía, del buen humor. Mañana Tolosa se volverá a llenar, pero la noche del jueves era lo más parecido al 'nirvana', aunque con música, ruido, tragos amables y muchas ganas de disfrutar. Tan sencillo, tan complicado. La vida es ya rebuscada el resto del año. Eskerrik asko, lagunok.

No todo es fútbol en el mes de 'las copas'. Hoy un buen puñado de guipuzcoanos opta a los Goya y muestra la salud de los talentos cercanos, con una alineación de lujo con Estibaliz Urresola, clásicos como Víctor Erice, el guionista Michel Gaztambide, la directora Isabel Herguera o el actor Martxelo Rubio, y ese caso excepcional que supone ver nominadas dos hermanas, Ane Gabarain por su espléndido papel en '20.000 especies de abejas' y Jone Gabarain por el maquillaje con Ainhoa Eskisabel para esa película (en la foto, Ane y Jone, en un rodaje durante la pandemia).

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