Borrar
Las diez noticias clave de la jornada

La magia de los títeres desafía la era digital

Tolosa acoge un festival de marionetas que sorprende y atrae con historias pegadas a la realidad social o que invitan a dejar volar la imaginación

Martes, 26 de noviembre 2024, 07:00

Comenta

El teatro de marionetas va mucho más allá del clásico espectáculo infantil de guante para niños. Es un género tan fascinante como heterogéneo, que ha evolucionado al mismo tiempo que lo han hecho tanto la sociedad como los propios titiriteros. Es también, a su manera, un arte dramático con mayúsculas, que lucha por aflorar en una sociedad digitalizada, compitiendo en una lucha desigual contra redes sociales, ordenadores y móviles.

En Tolosa, el festival 'Titirijai' es, durante estos días, exponente de las más variadas posibilidades que ofrecen estos muñecos y objetos llenos de vida. Sólo repasando las primeras funciones se corrobora esta certidumbre: una marioneta enana movida por el titiritero Remo (Di Filippo, Italia); una obra sin palabras que seguía a un joven atrapado en el mundo de la tecnología (Angeles de Trapo, Málaga); una ópera de objetos y tecnologías (Onírica Mecánica, Murcia); la dureza del acoso escolar contada por dos actores y una marioneta (Pea Green Boat, Cataluña) y hasta la recreación de un feminicidio acaecido durante la Guerra Civil española mediante un teatro de objetos (La Loquace, Francia).

Acoso escolar y Guerra Civil

El italiano Di Filippo reflexionaba tras su espectáculo 'Piuma', mientras recibía a todos los niños que querían sacarse fotos con su títere de miniatura. «Es una gozada ver cómo se quedan fascinados con una marioneta de hilo tan sencilla, con la que se sienten identificados por su reducido tamaño. Todavía no están 'contaminados' por los móviles, las redes sociales, las nuevas tecnologías… y la simpleza pura de nuestra función revela que sólo con la imaginación, pueden disfrutar con los detalles de los movimientos y de las divertidas interacciones entre un muñeco que cabe en la palma de una mano y el titiritero que lo mueve».

«El teatro de marionetas puede contar historias duras desde un lugar amable, lo que invita a la reflexión»

Los titiriteros catalanes de Pea Green Boat lograron el domingo que cientos de chavales asistieran en silencio a la historia de una niña que recibe burlas en clase por llevar un parche en el ojo. «En realidad, no intentamos lanzar ningún mensaje tremendista. Pretendemos subrayar la idea de que, si algún niño ha experimentado una situación similar en clase, lo único que tiene que hacer es informar y pedir ayuda. El teatro de marionetas puede ser una manera muy efectiva de lograr que esta idea cale entre los alumnos».

Los marionetistas franceses de La Loquace contaron una historia desgarradora sobre un asesinato en la Guerra Civil, y usaron para ello solamente... ¡lápices de colores!. «Intentamos interrogar sobre la responsabilidad colectiva implícita en los actos inviduales, y también sobre la capacidad de una sociedad de repararse y transformarse», decían al término de la función. Para Juanjo Herrero, director del Titirijai, una función como ésta demuestra que «el teatro de marionetas puede explicar historias muy duras desde un lugar amable». «En un público más adulto, el género provoca un distanciamiento emocional; cuanto mayor eres, más te invita a la reflexión y menos a la emoción», asegura.

El Festival de Marionetas, hoy tan consolidado, no hubiera sido posible sin Idoya Otegui, exdirectora y cofundadora del Topic. Ella tiene claro que «la marioneta no es un arte de gente de mal vivir, como se ha solido considerar. Es mucho más que eso. La marioneta, en otros países, está muy considerada. Aquí ha estado infravalorada durante mucho tiempo, cuando tiene unos potenciales artísticos impresionantes, también pedagógicos y terapéuticos».

«Los niños de ahora también siguen empatizando rápidamente con las historias queles cuentan los títeres»

Otegui, toda una referencia a la hora de hablar del teatro de títeres, señala que «aquí estamos acostumbrados a que la marioneta esté presente en escuelas y centros formativos. Nos parece natural, pero resulta que no lo es tanto». «Me sigue sorprendiendo que fuera de aquí, incluso en jornadas especializadas en las que he participado, no conozcan la función de la marioneta como herramienta pedagógica».

Fiel a sus orígenes

El Titirijai de Tolosa lleva 42 años moviendo los hilos. La magia del títere ha conquistado ya a tres generaciones de tolosarras. Los niños que asistieron con sus padres y abuelos a las representaciones del primer festival, allá por 1982, son hoy adultos que acompañan a sus chavales a ver las diferentes representaciones, y que siguen siendo fieles a un género teatral diferente y creativo. «Los tolosarras hemos aprendido a apreciar una riqueza cultural que existía pero que desconocíamos», asegura Idoya Otegui.

El festival tolosarra es fiel a sus orígenes. El niño sigue siendo su principal destinatario. Por eso la mayoría de las representaciones es concertada para los colegios. El Titirijai nació con la filosofía de poner al niño en contacto con el mundo teatral. Profundizando en ese contacto de expresión libre entre el escolar y el títere, y sin abandonar esta idea, que es la que mueve el certamen, se han ido incorporando, en las diferentes ediciones, secciones para adultos, que han resultado de gran acierto, y otros apartados como talleres y coloquios.

Existe la errónea creencia de que a un niño le va a gustar cualquier espectáculo de marionetas que vea. Enkarni Genua, conocida titiritera donostiarra y colaboradora activa del Titirijai durante muchísmos años, suele gustar destacar que, en contra de la opinión generalizada, el niño no resulta para nada un espectador fácil. «Un adulto, por educación, puede seguir manteniendo la atención, pero un niño se desconecta pronto si no le concita interés aquéllo que está viendo. Por eso también todo depende de la calidad del espectáculo», puntualiza Genua.

Pero, ¿qué es lo que tienen los títeres para 'atrapar' a unos niños tan influidos por la cultura audiovisual? Enkarni Genua está convencida de que los títeres no tienen competencia. «De lo contrario, hace tiempo que habrían desaparecido. Un niño puede quedarse «hipnotizado» ante el televisor o el móvil, «pero cuando ve una representación de marionetas, vive y siente la emoción del espectáculo de una manera diferente», opina esta reconocida profesional.

Juanjo Herrero, director del Festival, asegura que las marionetas son «la ventana del teatro para la primera infancia y juventud». «Los niños empatizan rápidamente con los títeres, y lo hacen igualmente ahora que hace años cuando no existían los ordenadores», opina. También valora la función del género para trabajar diferentes facetas cognitivas. «Es inmensa su capacidad para generar historias, para romper el miedo a la expresión oral. Ayuda a comunicar sin la necesidad de la palabra». Herrero es optimista. «Ahora mismo vivimos un momento dulce. Se han creado muchas compañías nuevas en España y además no hay que olvidar que las marionetas son un patrimonio de la humanidad reconocido por la Unesco».

Funciones hasta el domingo

'Titirijai' acaba de arrancar, y todavía están programados trece espectáculos hasta el domingo. La programación completa puede consultarse en: www.cittolosa.com/titirijai/. Hay funciones en el Topic, en el Leidor y también espectáculos callejeros en Tolosa.

Algunas de las obras previstas son: 'La isla de las cosas perdidas', títeres hechos con esparto a cargo de La Tendía (Murcia), o 'Melodama o la venganza de una huérfana rusa', de La Puntual, pieza para adultos que profundiza en el tema del amor. Guillem Albà traerá su aplaudida 'Ma solitud' y 'Zurrunka', de Birakolore, llegará a la plaza Euskal Herria con sus grandes títeres de cuerpo de talla humana.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco La magia de los títeres desafía la era digital