El San Sebastián de los años 20 ya bailaba el jazz

Patricio Goialde investiga los comienzos del jazz en una Donostia abierta a las nuevas tendencias y con gran actividad cultural, y en la que actuó la gran estrella Josephine Baker

Lunes, 12 de octubre 2020, 14:52

La pregunta es pertinente, pero poco formulada. ¿Había jazz en San Sebastián antes de la instauración del festival? ¿Y cómo fue la entrada del género ... musical en la ciudad en los tiempos primitivos? Ante la ausencia de trabajos que pudieran documentar a fondo este aspecto, Patricio Goialde se puso a investigar. Y la conclusión, cargada de descubrimientos y hechos que habían quedado olvidados con el tiempo, es el libro 'Orígenes de la música de jazz en San Sebastián (1919-1936)', que documenta y saca a la luz las primeras actuaciones en la ciudad de las jazz-band de la época, y sigue las huellas de esa música en las manifestaciones culturales de la ciudad.

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«Me entró la curiosidad por investigar algo de lo que había oído hablar vagamente, que había habido grupos de música de jazz-band ya en los años 20, pero sobre eso no había nada escrito», explica Goialde. «Así que empecé a hacer un análisis de prensa antigua y periódicos, revistas, publicaciones y archivos, y fui encontrando material que a mí mismo me sorprendió».

Así certificó el profesor de Historia de la Música de Jazz en Musikene, y doctor en Filología Hispánica, que en diciembre 1919, en el teatro Victoria Eugenia, actuó un grupo que se llamaba Marcel American Jazz Band. «Es la primera actuación en San Sebastián de un grupo que se denomine como jazz-band de la que yo tengo noticia. Era un espectáculo de variedades, primero con una película y luego con cuatro espectáculos, con grupos cómicos, y entre ellos figura este grupo de jazz, que era parisino, liderado por un americano, que había venido de gira y tocó en San Sebastián. La prensa de la época se vio muy sorprendida por este grupo», expresa Goialde.

Lasciva y lujuriosa

El jazz en sus comienzos, en los años 20, era una música para bailar, no para escuchar. «El jazz suscitó una polémica importante en la época porque se asociaba a unos bailes más libres, con más movimiento y más acercamiento a la pareja. Se sustituyeron las polkas o las mazurkas por el charlestón, el shimmy o el black bottom, nuevas formas de baile que iban asociadas a la música de jazz». En la prensa de la época, como se refleja en el libro, hubo «muchas polémicas sobre el carácter lascivo y lujurioso de esta música y de los bailes a los que iba asociada», añade el autor.

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«En los casinos se hacía una programación musical muy interesante, de orquestas sinfónicasa grupos de baile»

En verano, en los casinos donostiarras se hacía «una programación musical muy interesante, de muchos tipos de grupos, desde orquestas sinfónicas a grupos de baile y jazz bands». Esta etapa «bastante esplendorosa» duró hasta que Primo de Rivera suprimió el juego, en 1924. «A partir de ahí los ingresos de los casinos son muy inferiores, incluso algunos cierran temporalmente, y la programación de música desciende».

También se da un pequeño descenso en la actividad cultural de la ciudad, «sobre todo en los casinos, pero empieza a extenderse el jazz por otro tipo de locales, como las cafeterías que programaban música en directo sobre todo en verano».

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A partir de 1929 hay una nueva etapa de esplendor de la música de jazz. «En la reapertura del Kursaal en 1929, se programa a Sam Wooding, que tenía una banda de músicos negros americanos que estaban haciendo una gira europea, y vienen con un espectáculo de bailarines, y es uno de los momentos estelares de la música de jazz de la época aquí, porque viene con solistas tan destacados como Sidney Bechet».

«En un anuario de 1930 aparecen todos los locales que ofrecían música en directo y es una cantidad impresionante»

Se documentan así en el libro las visitas de grupos como la jazz-band de Herné y la Deny's Novelty Jazz Band, y también un verdadero hito para la época, la actuación los días 5 y 6 de abril de 1930 de la gran estrella del jazz de los años 20, «la famosa bailarina y vedette Josephine Baker, que estuvo en Donostia acompañada por un grupo de jazz en el teatro Príncipe, y su presencia también suscitó mucho interés y numerosas polémicas».

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A Goialde también le llamó la atención la incidencia que tuvo el jazz en la cultura de la ciudad en la época. «El cuadro que ilustra la portada del libro representa a una orquesta de jazz y es un pastel pintado por José Manuel Aizpurua, el arquitecto que hizo el Náutico. Y pinta en el cuadro a todos sus amigos como si fueran una orquesta de jazz. Este cuadro está en la Escuela de Arquitectura de Madrid».

El trabajo de investigación también recoge la primera vez que se hizo una conferencia pública sobre jazz en San Sebastián, o el interés que suscitaba el jazz en la programación radiofónica. Y también en el cine, con la llegada de películas como 'El rey del jazz', sobre Paul Whiteman. «Es decir, el jazz estaba presente en la ciudad de diferentes maneras. La edición de partituras es otro aspecto importante, porque se ve que están ya relacionadas con el jazz», concluye el autor.

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Además, como lugar de veraneo de la aristocracia, «San Sebastián atraía a la burguesía madrileña, y se trasladaba aquí parte de lo que era la vida de los espectáculos de Madrid. Además, por la situación geográfica, Donostia se beneficiaba de los grupos que venían a San Juan de Luz o a Biarritz, que también llegaban a San Sebastián».

En las dos primeras décadas del siglo XX se habían desarrollado muchas infraestructuras y actividades de ocio en San Sebastián, «desde las fiestas populares que incluían jazz-bands hasta el circuito automovilístico o la plaza de toros». Y la música en directo era una constante en la ciudad: «En un anuario de 1930 aparecen todos los locales de la ciudad en los que había música en directo y es impresionante la cantidad de locales que había».

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En euskera, jazbana

El libro se detiene en otras cuestiones muy ilustrativas sobre los orígenes del jazz y la utilización de un lenguaje aún balbuceante para denominar la nueva música en los escritos de la época. «Llaman la atención los distintos significados que tenía la expresión jazz-band. Cuando lo dicen en femenino, se refieren a la banda de jazz en traducción literal. Pero también hablan de «el jazz band», y en ese caso se refieren al que toca la batería. En la mayor parte de los grupos en la batería aparece el término jazz-band. De ahí viene la palabra en euskera 'jazbana', que se utilizaba durante muchos años para denominar cualquier orquestilla de baile que llevara una batería», explica Goialde.

Surgieron también músicos locales, «algunos de carrera clásica, pero que crearon una jazz-band para hacer actuaciones, como las de Carmelo Betoré o Dorronsoro, y es curioso que en el fondo de la Orquesta Heredero, que está en Eresbil, encontré piezas de todo tipo, baile latino, polkas y mazurkas, pero también temas de Duke Ellington o Benny Goodman».

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Al llegar la Guerra Civil hay un edicto del gobierno sublevado que prohibe todos los bailes y decrece mucho la actividad, y prácticamente desaparece la música de jazz junto con el baile. «Por eso llego hasta 1936, que es un poco el final de la época en que estuvo más floreciente la música de jazz-band». Entre los hallazgos, un poema de Paul Morand de 1920 dedicado a San Sebastián, y en el que el poeta escribe: «A través de las losas de vidrio / el jazz-band me cosquillea los pies».

Nueva colaboraciónentre Musikene, Eresbil y la UPV/EHU

El libro 'Orígenes de la música de jazz en San Sebastián (1919-1936)' abre una nueva línea de colaboración entre tres instituciones que tocan la investigación musical. «El perfil investigador de muchos docentes del Centro Superior de Música del País Vasco ha propiciado que Musikene, la UPV/EHU y Eresbil hayan decidido abrir una nueva línea de colaboración editorial centrada preferentemente en trabajos de estos profesores».

Y en concreto la publicación de Patricio Goialde «une a esta nueva iniciativa impulsada por las tres instituciones al Ayuntamiento de Donostia, que ha querido apoyar el proyecto. No en vano, el contenido está muy vinculado a la ciudad».

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