A solas en la casa del faro: el azar y la isla
La Agenda Portátil ·
Se fueron las autoridades y las cámaras y Cristina Iglesias me invitó: entra y pasa un rato ahí dentro / Un paseo por 'Euskadi Fusión' / El éxito de KornerAveces el azar regala experiencias inesperadas. Estábamos en la 'cima' de la isla, ya se habían ido las autoridades y las cámaras y Cristina Iglesias ... esperaba que llegara el siguiente barco de invitados, acompañada de su hijo, Diego Muñoz, y de Lourdes Fernández, la mujer que ha ayudado a 'aterrizar' en Santa Clara el sueño de la artista. La casa del faro se había quedado vacía en ese momento. 'Hondalea' ya me había impresionado en una primera y compartida inmersión, y entonces Cristina lo propuso: «¿Quieres entrar un rato y estar ahí solo? Es la mejor forma de 'vivir' la obra«.
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Y entré, claro, como quien entrara solo a una catedral civil o a un museo txikito. Y me impresionó aún más intensamente, por supuesto: el silencio roto por el ruido recreado de las olas simuladas que entran, la idea del abismo de bronce ahí abajo, los fantasmas de un edificio que evoca tantas cosas. Y salí, y pregunté mil cosas más a la artista, que gana expresividad y naturalidad cuando no hay cámaras o micrófonos. Y bajé al espigón de la isla, y tuve la suerte de volver al muelle en la nueva motora, sostenible con sus placas solares y consumo eléctrico, y justamente viajaban también en la embarcación los responsables del astillero de Bermeo donde fue construida, y el nieto del aitona Julian guiaba la nave y contaba viejas historias de la isla como complemento a la nueva vida que arranca en ese vértice de la bahía.
Hoy abre al público 'Hondalea' y el público juzgará con conocimiento de causa. Quienes ya hemos visitado la escultura estos días debemos responder a la curiosidad. ¿Qué tal? Yo confieso cierto 'síndrome de Estocolmo': porque sigo desde hace tiempo la obra de la escultora y la he visto triunfar bien lejos, porque me la explicó sobre el terreno, porque tuve la suerte de charlar con Norman Foster y Elena Ochoa justo cuando salían de la casa del faro y estaban aún emocionados. Y porque si yo fuera a una ciudad lejana en otro país y me hablaran de una escultura en una isla me emocionaría la idea de visitarla.
Comprendo a quienes critican que es cara, a quienes dicen que mejor disfrutar directamente de la naturaleza que ver su 'recreación' y a quienes lamentan que a estas alturas del siglo no haya fórmulas que permitan la accesibilidad para quienes no pueden llegar por su propio pie.
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Pero también subrayo eso que dice Cristina Iglesias de que la «obra de arte» empieza cuando embarcas en el muelle e incluye la singladura y el ascenso al faro, además de la escultura en sí. Véanla cuando se pueda (la demanda ha saturado las visitas de los próximos meses) y hablamos. Se atisba ya que será lugar de peregrinación para aficionados al arte de todo el mundo.
Recordemos que tampoco el Peine del Viento se entendió al principio y hoy es el sitio que muchos elegimos como favorito de la ciudad. Y que la escultura de Oteiza en el Paseo Nuevo al principio quedaba «rara» y ahora es feliz faro civil.
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En voz baja
'Euskadi Fusión': Madrid se mueve, Donostia calienta
¿Más emociones? Tomar otra vez un avión tantos meses después, pasear por unas calles madrileña 'al pil pil' y vivir Madrid Fusión, la gran cita gastronómica que en este regreso tras la pandemia era como una celebración de la vida. Parece un milagro que el encuentro se haya celebrado con tanta intensidad (y seguridad) en un tiempo tan difícil, como un renacimiento.
Han brillado estrellas de todo el mundo y también los guipuzcoanos, con el siempre original Andoni Luis Aduriz, el popular Martín Berasategui, la aplaudida Elena Arzak o el dulce y premiado Rafa Gorrotxategi. Los responsables de San Sebastian Gastronomika han tomado nota y si el mundo sigue mejorando como se espera la cita donostiarra será también un renacimiento en noviembre (un mes más tarde que otros años). Salud.
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Cuando las letras y el fútbol se quieren
El festival Korner, esa iniciativa que hermana letras y fútbol de la mano de la Real Sociedad y Donostia Kultura, cierra hoy en Chillida Leku (con Carlos Marañon y Galder Reguera) otra edición de lujo. De Jabois y Lucía Taboada a Iñaki Gabilondo o Arguiñano han hablado de balones y libros. El jueves disfrutamos de una charla deliciosa de Ernesto Valverde, que expone como fotógrafo, con David Trueba. Larga vida al festival.
mezquiaga@diariovasco.com
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