El Kursaal abrió ayer sus puertas para entregar al donostiarra Iñaki Salvador el segundo de los tres premios Donostiako Jazzaldia. El director del festival, Miguel ... Martín, subrayó que «la música en Euskadi, Gipuzkoa y San Sebastián es mucho mejor» gracias a que el galardonado no se fue a Barcelona o a Madrid para impulsar su carrera hace 40 años. «Se quedó aquí y trabajo mucho. Es un músico de jazz excelente, pero puede hacer todo tipo de música y también enseñarla», añadió, en alusión a su condición de profesor de Musikene.
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En la rueda de prensa de la mañana, el pianista dijo albergar dudas sobre si habría podido dedicarse al jazz sin el apoyo del festival, que ha tenido «una importancia inmensa» en su trayectoria. Así lo subrayó ya por la tarde al recibir el galardón en el escenario y dedicárselo, emocionado, a su hermano Joserra, fallecido recientemente y que también fue «un impulso» en sus inicios. En el año del Covid-19, alabó al Jazzaldia «por haber decidido no morirse» y «mantener la dignidad y la cultura» como elementos «indispensables» para superar cualquier crisis. También opinó que compartir la distinción con los «maestros» Jorge Pardo y Chano Domínguez, que aguardaba entre bambalinas, es un «símbolo» de la necesidad de «hacer piña» frente a las dificultades.
Salvador inauguró el concierto con una pieza de piano solo que reflejó sus múltiples facetas como improvisador: entre otras, sonaron 'Rabo de nube' (Silvio), una melodía con aroma de blues y un aurresku para dar la bienvenida a Chano. El gaditano, que un día antes había recibido el premio con un concierto más latino, exhibió en solitario su vena flamenca con un «poema» musical inédito escrito durante el confinamiento.
Lo que vino después fue, en palabras del anfitrión donostiarra, un «partido de tenis», un toma y daca de puro jazz y sintonía a cuatro manos, porque al margen del intercambio telemático de partituras, la función sólo tuvo un ensayo previo presencial a mediodía. El primer saque correspondió a Salvador, que disparó con 'Como tú quieras', una vieja composición en honor a su admirado Tete Montoliu a la que siguió 'Mr. C.I.', en la que Domínguez insistió en los aires andalusíes con el vasco «intentándolo» y saliendo airoso. «Es un disfrute total subirse al flamenco que propone Chano. ¡Algún día aprenderé!», dijo con la guasa que preside siempre sus presentaciones.
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Después, Salvador aportó 'Mind', un tema que ya estaba en aquel disco grabado hace años en la sala Altxerri junto a Jorge Pardo, con quien actuará mañana en el Victoria Eugenia. El andaluz contraatacó con su segundo estreno, la bellísima balada 'Limbo', incorporada al repertorio a última hora porque a Iñaki le pareció arrebatadora cuando la escuchó la víspera en la Trini. Y el momento más 'Euskádiz' de la tarde llegó con 'Ezpatadantza', un arreglo de Iñaki Salvador que acercó norte y sur.
Cuando parecía que el último set sería la luminosa rumbita dedicada por Chano Domínguez a Chick Corea, la insistencia del público que aplaudía en pie les hizo volver con un divertido, veloz y endiablado blues construido insólitamente a partir del 'Black or White' de Michael Jackson. El partidazo bien pudo haberse prolongado varias horas más como los mejores duelos tenísticos, pero no: concluyó entonces con un empate tan merecido como los premios recibidos por ambos músicos.
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Chano Domínguez-Iñaki Salvador Dúo
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Fecha: 23/07/2020.
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Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia).
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Intérpretes: Chano Domínguez, Iñaki Salvador (pianos)
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Asistencia: 500 personas (medio aforo).
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