La cantante portuguesa Mariza, durante un concierto reciente DV

«Amália solo hay una; está entre las mejores voces de todos los tiempos»

Mariza, una de las estrellas del Jazzaldia, adelanta esta noche en la plaza de la Trinidad su disco de homenaje a Amália Rodrigues

Sábado, 25 de julio 2020, 07:55

Tras las actuaciones de Lina y Salvador Sobral, Mariza cerrará hoy en la plaza de la Trinidad la participación de la 'armada lusa' en ... esta 55 edición del Jazzaldia. Considerada una de las artistas portuguesas más internacionales, la vocalista adelantará en primicia 'Mariza canta a Amália', un disco que publicará en septiembre para homenajear a la maestra e inspiración de cualquier fadista que se precie: Amália Rodrigues. La doble velada que la diva compartirá esta noche con el trío de Carles Benavent colgó hace unos días el cartel de «Entradas agotadas».

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Por su expreso deseo, Marisa dos Reis Nunes atiende a este periódico a través de un cuestionario remitido por correo electrónico. La empresa donostiarra Syntorama, que desde hace tiempo es su agencia de representación en España, ejerce de amable intermediaria con su responsable de comunicación, que sugiere eliminar cualquier pregunta que se salga del ámbito profesional.

La entrevista, por tanto, discurre sin sobresaltos desde las primeras preguntas relacionadas con San Sebastián y el País Vasco, una parte del mundo que conoce bien porque ha actuado en ella varias veces de la mano de Syntorama. «Es una región con un gran dinamismo cultural, siempre es un placer volver allí, y más aún ahora que todos nos hemos visto obligados a parar durante todos estos meses», dice en alusión indirecta al coronavirus, uno de los temas 'vetados' de la conversación: «Siempre he sentido un gran afecto por el País Vasco».

La de esta noche será su primera vez en el Jazzaldia, a donde acudirá acompañada de Luis Guerreiro (guitarra portuguesa), Adriano Alves (bajo), Joâo Freitas (tambores) y Joâo Frade (acordeón). Sin embargo, su nombre es habitual en festivales de jazz donde, según confiesa, su música es siempre «muy bien recibida». Si se le pregunta por cómo se siente una cantante de fado en un ámbito jazzístico, responde: «El fado, como el jazz, es música de raíz. Tiene una fuerte tradición y ese denominador común acerca a ambos géneros. Me siento muy bien en los festivales de jazz». Máxime ahora que su música es una especie de «estilo único» en el que reúne todas sus influencias, «no sólo el fado, sino también otros ritmos». «Con la edad siento que mi lado africano me llama más», afirma esta mujer de 46 años nacida en Maputo (Mozambique) y criada en el barrio de la Mouraria de Lisboa, donde aprendió los secretos del fado. Lo cantaba de jovencita en la taberna de su padre mientras simultáneamente se dejaba empapar por los gustos de una madre aficionada a la bossa-nova, el jazz, las mornas de Cabo Verde y otras delicias musicales.

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Homenaje a la gran dama

Fue precisamente a partir de 1999, después del fallecimiento de Amália Rodrigues, cuando Mariza comenzó a hacerse un hueco en el panorama del fado. Su álbum de debut, 'Fado em Mim' (2001) fue un éxito repentino al que siguieron trabajos como 'Fado curvo' (2003), su participación en la película 'Fados' (Carlos Saura, 2007) o el disco 'Mundo' (2015).

Ha colaborado con artistas como Jacques Morelenbaum, José Merce, Miguel Poveda, Gilberto Gil, Lenny Kravitz, Sting, Cesária Évora, Rui Veloso y Carlos do Carmo, entre otros, y ha actuado en salas de la talla del London Royal Albert Hall, la Ópera de Sidney o el Olympia de París.

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Este año Mariza celebra dos décadas de carrera que piensa celebrar con la inminente publicación de un disco que verá la luz en breve coincidiendo con el centenario del nacimiento de Amália Rodrigues. Aunque ha cantado a la gran dama del fado desde los inicios de su carrera, dedicar un álbum completo a su repertorio le rondaba por la cabeza desde hacía tiempo: «Amália está presente en nuestras vidas. Es una inspiración, no sólo para mí, sino para muchos artistas portugueses y muchos otros artistas internacionales; también para el pueblo de Portugal. Será mi homenaje a ella, una forma de agradecer el legado y la inspiración que nos ha dejado».

A la pregunta de si se considera su heredera y de si puede imaginar su carrera sin su influencia, contesta de manera escueta pero contundente: «Sólo hay una Amália. La suya está entre las mejores voces de todos los tiempos».

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Será, al menos, la segunda vez que se recuerde a Amália Rodrigues en esta edición del Jazzaldia, puesto que la joven portuguesa Lina y el productor y músico Raül Refree presentaron el miércoles su particular y modernizada visión del fado, que cambia las guitarras tradicionales lusas por el sonido de los sintetizadores.

Lejos de mostrarse contrariada ante este tipo de apuestas, Mariza subraya el carácter del fado como «música urbana» que, por tanto, «se mueve y se construye según los cambios de la sociedad». «Es natural que el fado que se canta en estos días refleje la nueva realidad de Portugal sin perder su tradición y los elementos que lo hacen reconocible. Me parece interesante que se den pasos adelante», concluye.

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