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El 'templo' volvía a abrir las puertas a sus fieles y un año más la plaza de la Trinidad se convertía en el centro neurálgico del puritanismo del jazz. «Una de las mejores 'trinidades' en mucho tiempo», había advertido ya el director Miguel Martín. Y con razón, porque el que va a la plaza casi siempre sabe a lo que va y el cartel que presentaba para esta 59 edición es, como suele decirse, café para cafeteros. Un doble whisky sin hielo para los paladares más exquisitos.
Atrás quedan los inventos que sorpresivamente tan bien han funcionado otros años sobre este escenario (véase Lakecia Benjamin, Joss Stone, Bamba Wassoulou Groove...), para tirar del quinteto titular. Y para subir el telón qué mejor que con un partido de All-Star a cargo de cuatro de los jazzmen más reconocidos de ayer y de hoy.
Quizá les suenen sus nombres: Chris Potter, Brad Mehldau, John Patitucci y Johnathan Blake. Con probabilidad los hayan leído en los manuales u oído en boca de algún académico en las tertulias de café. Aunque más seguramente les hayan escuchado en los discos. Porque es ahí donde cada uno por separado son referentes del género y parte de la historia más reciente del jazz, así que tener la oportunidad de ver por primera vez a los cuatro juntos es como que los arcángeles se le aparezcan con una revelación.
Por eso anoche por la 'Trini' no quisieron dejar de pasar rostros bien conocidos de nuestra escena cultural como Iñaki Salvador, Josean Bengoetxea, Satxa Soriazu, Josemi Beltran o el propio Julian Lage, que el año pasado había estado sobre ese mismo escenario y ahora repetía desde el patio de butacas. Solo unos pocos del más de millar y medio que coloreó el lugar como en sus mejores ocasiones.
El cuarteto desplegó todo su juego de estrategia sobre la cancha para granjearse una victoria fácil sin apenas sudar gota. En la era del espectáculo, lo que ellos defienden es el 'savoir-faire' sin artificios y una sencilla declaración: esto se hacía así, se hace así y se seguirá haciendo así; y el resto, que inventen. ¿Que quiere aprender a hacer swing? Abra el libro por esta página. ¿Buscaba usted una balada bonita y sencilla o quizá venía más a por un blues monkiano? Espere aquí, tenemos justo lo que necesita. ¿O quizá es que le abordan de madrugada las dudas sobre qué es y qué no es jazz? Pues venga un momentito con nosotros.
Satisfacción y aplausos tras una sesuda y espesa sesión que en la segunda parte se encargó de aligerar la voz de Youn Sun Nah. La coreana le puso el 'yang' al 'yin' con su calidez y ternura habitual, y un repertorio plagado de clásicos como 'Feeling Good', 'Killing Me Softly With This Song' o su revisión del 'Asturias' de Albéniz. El suyo fue un concierto más 'cantabile', de guiños tribuneros y regates de cara a la galería que se agradeció en este 'All-Star Game' que sirvió de inauguración del templo.
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