Borrar
Tanya Van Daele e Iñigo Aizpuru, en uno de los estudios de grabación de la Escuela de Cine y Video de Andoain. Arizmendi
Incubadora de técnicos audiovisuales
ESCIVI

Incubadora de técnicos audiovisuales

Por las instalaciones de la Escuela de Cine y Video de Andoain han pasado más de 4.000 alumnos que han colaborado a crear un ecosistema audiovisual en el territorio

Itziar Altuna

San Sebastián

Viernes, 18 de abril 2025, 00:04

En una de las salas de la Escuela de Cine y Video de Andoain (Escivi) los alumnos de sonido preparan el escenario y los micrófonos y ajustan la mesa de sonido mientras realizan las pruebas previas para el concierto de jazz que se va a celebrar por la tarde. En otra estancia, estudiantes de iluminación ajustan los focos para la grabación que se va a realizar en plató. «Aprender haciendo», es lo que se promueve desde este centro, tal y como subraya Iñigo Aizpuru, subdirector de la escuela. «En esa dinámica de ir haciendo, los alumnos van aprendiendo, desarrollando sus propias capacidades, y eso les motiva mucho».

Desde que abriera sus puertas en 1986, en sus clases, estudios y platós se han formado unos 4.500 técnicos –este curso escolar asisten a clase unos 300 alumnos–. Entre ellos, varios profesionales reconocidos con los premios Goya. El centro ha sido y sigue siendo referente en el territorio, y se ha convertido en la gran cantera del sector audiovisual, entre otras cosas, porque, según inciden desde la Escivi, se imparten todos los grados del área de imagen y sonido. Los superiores en Producción, Realización, Iluminación, Sonido y Animación 3D, y el grado medio de Video DJ. «Poder combinar las distintas especialidades permite a los alumnos tener un visión global del sector. Hoy en día la tendencia es la de formar profesionales que sepan trabajar y coordinar equipos», asegura Iñigo Aizpuru. «Un productor debe contratar a un realizador, a un iluminador, a uno o a varios sonidistas, especialistas en 3D, etc. Y esa coordinación requiere de una experiencia, de un saber llevar equipos de trabajo, a la vez que entender la materia para saber qué es lo que cada uno tiene que hacer en cada momento».

«Según las necesidades de las empresas del sector vamos adaptando la formación para cubrir la gran demanda actual»

De formar a esos futuros profesionales del sector se encargan una veintena de profesores, que en la mayoría de los casos «están en activo, y eso se nota muchísimo», remarca Tanya Van Daele, jefa de estudios de la Escivi. «Al ser gente que sigue vinculada al sector, esos conocimientos que siguen adquiriendo los vuelcan en sus clases». Es el caso de Iñigo Aizpuru, que compagina su faceta como profesor de la asignatura 'Procesos de cine' con la actividad profesional. «Intento encontrar alguna película donde meter el morro, porque a su vez te permite estar actualizado y también conocer a mucha gente». El verano pasado, por ejemplo, acompañó al equipo de Vince Gilligan –creador de la serie 'Breaking Bad– en la búsqueda de localizaciones por la costa vasca para su nuevo proyecto, que se ha rodado, en parte, en Getaria.

Desde la propia escuela también se mantiene un contacto directo con las empresas audiovisuales del entorno, para conocer «en cada momento» sus demandas y necesidades. De esa sinergia en los últimos años se han diseñado distintos cursos «de acuerdo a las peticiones de las empresas» y que han permitido «empezar a cubrir la gran demanda que tienen de una forma más rápida». En esta línea, «este año, por ejemplo, estamos ofreciendo un curso gratuito de Video Assist, enfocado a la gestión de equipos técnicos que hay que controlar para que el director pueda ver la toma en cualquier momento por video inalámbrico».

El efecto de los incentivos

Esas nuevas necesidades se han hecho notar a raíz del 'boom' de rodajes –tanto nacionales como internacionales– que ha vivido el territorio como consecuencia de la aprobación el pasado mayo de nuevos incentivos fiscales para atraer rodajes, en línea con los aplicados previamente por Bizkaia, y que en algunos momentos ha provocado que faltaran técnicos, tal y como confirman desde la Escivi. «Las empresas demandan sobre todo operadores de cámara, pero también técnicos de producción, iluminadores... un poco de todo», suscribe Iñigo Aizpuru.

Otra de las consecuencias que ha traído consigo el auge de los rodajes es el cambio en el perfil de los alumnos que se acercan a la escuela de Andoain. En su mayoría son jóvenes, que tras completar los estudios de Bachiller realizan un grado superior. Pero también han empezado a «aparecer» personas que han trabajado en el sector durante años, pero que carecen de una certificación. «Es gente que tiene experiencia en el sector, y los cursos que realizan aquí pueden servirles para convalidar sus estudios», explica Tanya Van Daele. «Antes parecía que la edad podía ser un impedimento, pero ahora vemos cómo generaciones que tienen experiencia se nutren de la vitalidad de los jóvenes, y viceversa, cómo los jóvenes aprenden de aquellos que ya cuentan con una gran experiencia».

«En los últimos años tras el 'boom' de los rodajes los buenos profesionales tienen que rechazar propuestas de trabajo»

Uno de los problemas del sector audiovisual siempre ha sido su inestabilidad, ya que en la mayoría de los casos los profesionales trabajan por proyectos, y en muchas ocasiones no suele haber mucha continuidad entre unos y otros. Iñigo Aizpuru prefiera utilizar el término 'intermitente', aunque advierte que, «últimamente, los buenos profesionales trabajan durante todo el año, incluso en ocasiones se ven obligados a rechazar propuestas de trabajo». Entre sus alumnos también han percibido que tienen más opciones para realizar sus prácticas, e incluso más salidas laborales. «Antes a los estudiantes les costaba más entrar en las producciones cinematográficas, y este último año han participado en muchos rodajes que se han llevado a cabo en nuestro entorno, como en 'La infiltrada'. Para ellos es muy importante poder participar en este tipo de producciones».

De la incertidumbre inicial a un sector que se consolida en Gipuzkoa

Iñaki Aizpuru

Javier Aizpuru trabajaba a mediados de los ochenta para una agencia internacional como cámara reportero cuando decidió poner en marcha la Escuela de Cine y Video de Andoain, pues percibió «carencia de técnicos audiovisuales» en los trabajos previos al montaje de la escuela, recuerda. Inspirado en el modelo de la escuela profesional de Radio Televisión Española, la Escivi empezó su andadura en 1986, «casi al mismo tiempo que EiTB, que se fue nutriendo con los técnicos que se formaban aquí. Y paralelamente se montaron productoras por todo Euskadi».

A sus 78 años, Aizpuru todavía sigue acudiendo a su despacho de la escuela, «no me veo fuera de este ambiente», admite. Sin embargo, el día a día lo vive con «cierta tranquilidad», dice, «porque de alguna manera creo haber cumplido con un ciclo y veo que este proyecto tiene continuidad». En este punto, echa la vista atrás para rememorar esos primeros años que fueron de pura «supervivencia», en gran parte, por los soportes técnicos con los que se contaba. «Al principio trabajábamos fundamentalmente con soporte químico, lo que era la tradicional película, y dependíamos de los laboratorios de Madrid y Barcelona para poder visionar los pequeños trabajos que hacíamos aquí».

Pronto, sin embargo, irrumpiría el formato vídeo, «lo cual facilitó muchísimo la formación», explica, ya que proporcionó el primer paso a un formato pequeño. Esto permitió que la escuela incorporara otras ramas de enseñanza, como la edición. Años después, la digitalización de los soportes técnicos supondría otro paso más. «Durante estos años hemos ido superando etapas, acomodándonos a cada una de ellas, mejorando y aportando nuestro granito de arena a un sector, el audiovisual, que se ha democratizado».

Para el todavía director de la Escivi, esa evolución del sector se traduce en un «auge» que se ha confirmado en los últimos años en Gipuzkoa, con un incremento notable de producciones y rodajes. En su opinión, las instituciones y las empresas también han manifestado un gran interés por esta industria. Una situación que debería aprovecharse en la actual coyuntura «para impulsar una especie de 'hub' audiovisual», concluye.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Incubadora de técnicos audiovisuales