«Actuar en Nueva York me ha quitado muchos complejos»
El cómico estará toda esta semana en el Victoria Eugenia con las tres partes de su monólogo de más éxito, 'Aiguantulivinamérica'
La oportunidad es perfecta para pasarlo a lo grande con la trilogía en la que Goyo Jiménez nos hace reír con sus comparaciones entra la ... forma de vida de norteamericanos y españoles. Hoy representa la primera parte, mañana y el miércoles la segunda, y de jueves a domingo la tercera.
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–En San Sebastián tenemos la Semana Grande, pero no esperábamos tener una semana Goyo Jiménez.
– Veníamos de ver en el teatro Capitol en Madrid que hacer la trilogía funcionaba muy bien. Que la gente pueda ver los tres espectáculos seguidos es una forma de hacerlo a lo grande. Y puesto a hacerlo a lo grande, qué mejor que en el País Vasco.
– ¿Cómo será la experiencia para quien vea las tres?
– Los espectáculos son cada uno de sus padre y de su madre, pese a que estamos hablando del mismo material: comparaciones entre los americanos y los españoles. Pero no tienen nada que ver los enfoques, ni siquiera el tono.
– ¿Habrá cuarta parte?
– Si la hago tardará muchísimo. La primera he tenido que renovarla porque cuando haces humor vives en la sorpresa, como cuando haces magia. Si la gente se sabe el truco no tiene el mismo el mismo efecto. He tenido que renovarla, con lo cual ha sido como hacer un espectáculo nuevo. Y cuando escribí la segunda parte creé tanto material que ya me salió la tercera. Ha sido muy fatigoso, me siento un poco agotado y ahora lo que quiero es pasarlo bien representándola.
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– Aquí hemos visto la primera y segunda parte. ¿Qué aporta la tercera al conjunto?
– Esta última es una especie de ruegos y preguntas. Lo que me seguís preguntando y no se había solucionado, incluso la gente puede incluir el tema que quiera y yo le aplico el desafío de ponerle el filtro americano. En esta ocasión soy el 'cowboy' solitario que construyó América, esa especie de titán de su mitología que se inventaron para justificar muchas cosas, algunas injustificables como la de las armas. Hago un repaso de cómo empieza América, desde los padres peregrinos hasta el día de hoy. O por qué celebran determinadas cosas, como la fiesta de acción de gracias.
– La primera parte se estrenó hace 17 años y en ese tiempo ellos han tenido a Bush, Obama, Trump y ahora Biden. Nosotros a Zapatero, Mariano Rajoy y Sánchez. ¿Algo que declarar?
– La globalización no ha venido solo de allá para acá, también en sentido contrario. Vas a cualquier lugar y hay un Starbucks y un Zara. No sé si estamos tocando fin de ciclo o el principio de uno nuevo, pero sí que hay muchas diferencias desde hace 17 años. Diferencias de filtro, de esencia, de cultura.
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– Hace tres años, cuando vino con la segunda parte nos sorprendió reconociendo que nunca había estado en Estados Unidos. Ahora no solo ha estado, sino que ha representado esta función en Nueva York.
– En Nueva York parece que estás en una película y te va a salir una tortuga Ninja de una alcantarilla. ¡Es más!, me alojé en un apartamento que me habían dejado en Queens y en ese mismo bloque estaban rodando una escena de la serie 'Ley y orden'. Todo es una especie de sensación de haber estado ya allí. Pero lo impresionante para un señor de Albacete fue verme actuando en Broadway. Más que nada porque ves las caras del antes y del después.
– ¿A qué se refiere?
– A las reacciones de los trabajadores de la sala, que al principio te miraban con una especie de gesto de superioridad y después hubo mucho respeto. Y era una sala donde ha actuado gente como Richard Pryor o George Carlín. No suelo enorgullecerme porque soy muy crítico conmigo, pero en esta ocasión se me han quitado muchos complejos.
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– ¿Las reacciones del público eran como en España?
– Mejores. Lo de verse observado desde fuera les gustaba. En el público había sudamericanos, españoles, norteamericanos, gente con cercanía a la cultura española y estadounidense. Algunos se sorprendían con el retrato que hago de lo americano y vi a españoles que llevaban tiempo fuera y se sentían muy identificados, les acariciaba la memoria.
– ¿El cabreo que hay en la calle se nota desde el escenario?
– Absolutamente y en todas partes. Y de hecho me dedico a bromear con esto. Hay una frase que uso que define cómo estamos. Es cuando llegas a un sitio que está lleno, en la playa o en el centro de una ciudad, y alguien dice «joder, qué asco de gente». ¿Qué pasa que tú no eres gente, eres una especie de medusa? ¡Nos molestan los demás! Somos incapaces de vernos cuando decimos que sobra población, que la gente roba, o que votan a estos cabrones. Hay que ser más crítico con uno mismo y más empático con los demás. Y entiendo que puede sonar a ñoño, pero no hay otra solución.
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