Gorka Aginagalde y Gurutze Beitia protagonizan una comedia vasco-cubana

Una divertida historia de amor entre un casero vasco y una cubana puede ser el resumen de 'Agusssto!', la obra que desde hoy al sábado se representa a las siete y media de la tarde en el teatro Principal. Sus protagonistas son Gorka Aginagalde y Gurutze Beitia, que en escena se convierten en Patxi Arrigagorritxerriberrigoitiabeitia y Estela María del Carmen de Lourdes.

Aginagalde, actor en series como 'Aquí abajo' y muy acostumbrado a los papeles cómicos, resume la función como «un espectáculo de humor vasco-cubano, que son dos culturas separadas por un charco enorme. Patxi es el típico casero que ha ido a Cuba y se ha enamorado. Y vuelve con la curvilínea Estela María. Son dos personas muy diferentes, pero se adaptan el uno al otro. Aprenden de su relación».

'Agusssto!' lleva catorce años representándose, lo que habla bien de su éxito. «Jugamos bastante a la improvisación y a sorprendernos entre nosotros y eso hace que sea un espectáculo vivo. El hilo conductor es el mismo, pero no hay dos funciones iguales. Esa es la magia, cada día surgen cosas nuevas. Tanto Gurutze como yo tenemos esa capacidad de improvisar. Los personajes están muy pillados y en cuento me pongo la tripa y Gurutze se coloca el culo nos convertimos en Patxi y Estela María».

Patxi es un personaje que Gorka hacía al principio en solitario con la compañía Sobradún, en la obra 'Treinta millones de gilipollas'. en ella Patxi se había ido a Cuba de turismo sexual «y pensaba que había ligado por su atractivo. Luego pensé en qué ocurría con aquella mujer de la se enamoró. Se lo comenté a Gurutze y aquí estamos». Gorka lo retrata como «el típico casero con el que es fácil empatizar porque todos conocemos a alguien así: una persona noble a la que le pierde la boca y es un poco fanfarrón, pero también es un tío sano, que no te dará una puñalada por la espalda».

De Estela dice que «es la explosión del baile caribeño, muy abierta y social. Se lo pasa muy bien con Patxi porque se quieren mucho. Creo que uno de los rasgos fundamentales de la obra es que son muy distintos, pero se quieren mucho». Son buenas personas, un tipo de personajes que el actor alavés reivindica. «Los malos normalmente meten mucho ruido, pero yo siempre pienso que hay más gente buena que mala. Y estos personajes son buena gente y lo que quieren es simplemente intentar ser más felices. Y para eso suele ser mejor no putear al de al lado».