Lola, Antton, Mariajo y Carlos Valverde en la presentación de la donación de la obra de su hermana Rosa. usoz

La obra en papel de Rosa Valverde pasa al Museo San Telmo

La familia de la artista donostiarra dona 197 dibujos inéditos que muestran la evolución de su trabajo

Jueves, 10 de marzo 2022

Gran parte de la obra en papel de la donostiarra Rosa Valverde ha pasado a formar parte de los fondos del Museo San Telmo gracias a la donación que ha realizado su familia y que hoy se ha presentado. Son 197 piezas inéditas procedentes del estudio de la artista, realizadas sobre papel, cartulina y cartón. En concreto son 23 obras de sus años de formación, entre 1964 y 1967; 5 obras de sus inicios artísticos, entre 1970 y 1978; y 169 dibujos de entre 1979 y 2014.

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Cuatro de sus hermanos, Antton, Lola, Mariajo y Carlos, han asistido a la presentación del legado y han mostrado su satisfacción de que «esta parte de la obra esté en San Telmo. A la hora de referirse a la artista, que falleció en Askain en 2015, Antton ha señalado que, «más que hablar de sus cualidades como artista me gusta hablar de ella como persona» y ha resaltado que en las obras que ahora, una vez catalogadas pasarán a la zona que el museo tiene habilitada como depósito en Gordailua, «son un reflejo de su personalidad».

Obra muy prolífica

Una de sus característica era su intensidad, que se plasma en una obra muy prolífica porque además de los 300 papeles que realizó, -un centenar permanecen con la familia-, también pintó numerosos óleos, hizo más de un centenar de cajas, -la mitad se exponen hasta en domingo en la sala Laboratorio del museo-, y otras obras que son difíciles de enmarcar en una categoría según el material. Por ejemplo, en sus dibujos, además de los soportes convencionales, utilizaba cuadernos de dibujo escolar, folios de escritura, papeles de regalo o bandejas de cartón que dan un carácter íntimo y espontáneo a las creaciones.

Al hablar de su hermana, Antton Valverde ha recordado que «pasaba de la euforia a la depresión y en su vida amorosa fue muy generosa. No tuvo hijos y fue una pena que le acompañó siempre. Le gustaban mucho los niños e idolatraba a sus sobrinos. Prepararles la merienda se convertía en una fiesta».

Encontrar los dibujos que estaban guardados en las carpetas de su estudio tras su muerte fue una sorpresa para la familia porque, aunque Rosa Valverde reconocía la gran importancia del dibujo, no solía llevar los que ejecutaba a las exposiciones, con excepción de la gran muestra de 2012 en la Ciudadela de Pamplona.

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En palabras del galerista bilbaíno Michel Mejuto, que ha realizado el informe de la donación, «es importante resaltar el interés documental del legado, ya que este conjunto de 197 dibujos permite trazar un recorrido cronológico ininterrumpido por la obra de Rosa Valverde, desde sus primeros pasos como alumna de la Academia Libre de los Jueves bajo la tutela de José Antonio Sistiaga y Esther Ferrer -enseñanza que sería clave en el desarrollo posterior de su visión artística-, hasta los dibujos finales realizados en los meses anteriores a su fallecimiento».

Para Mejuto «este corpus de dibujos permite además comprender desde una perspectiva panorámica su evolución estilística y documentar los temas y obsesiones que la artista convirtió en argumento y leitmotiv de su obra, enfocada en torno a la psique y el cuerpo femenino, la evocación de la infancia, sus temores y enigmas».

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En cuanto a los procedimientos artísticos, la donostiarra hacía uso de recursos técnicos variados como collage, lápices de color, tinta, acuarela, témpera, pastel y ceras que también podía combinarlas en un mismo trabajo.

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