La escena amateur reclama más presencia en las programaciones de los teatros públicos
Las compañías teatrales de base buscan un circuito de escenarios guipuzcoanos, más allá de los espacios de sus localidades de origen
La heterogeneidad de las propuestas, los problemas para disponer de un espacio en el que ensayar y, sobre todo, la dificultad para programar representaciones más allá de sus propias localidades son algunas de las circunstancias que comparten las compañías de teatro amateur de Gipuzkoa. Cinco de estos grupos están integrados en la Federación Vasca de Teatro de Base, creada hace cuatro años, para facilitar la creación y la difusión de estas compañías cuyo impulso, también compartido, es la pasión por los escenarios y que en su mayor parte funcionan a base de voluntarismo.
Teatro Estudio
«Renuncié a las ayudas institucionales hace tiempo»
Es la compañía decana del teatro amateur guipuzcoano y probablemente también de la escena vasca. Fundada en 1965 a partir de varios grupos ya activos hasta aquel momento, por Teatro Estudio han pasado más de un centenar de intérpretes aficionados que han representado cerca de sesenta obras. La última, 'Baile de huesos', estrenada hace tres años y que desde entonces no ha cesado de girar por toda España.
El director y 'alma mater' de la compañía, Manolo Gómez, destaca el papel fundamental que en en los primeros tiempos jugó el entonces concejal José María Aycart, quien tras consultar con los grupos donostiarras de aquellos años sesenta –que eran ocho, todas amateurs–, ponía a su disposición el Teatro Principal cada quince días y una partida presupuestaria de entre 5.000 y 7.000 pesetas. A cambio, las compañías se comprometían a sacar adelante una programación de ciclos temáticos: teatro del absurdo, contemporáneo, clásico...
A día de hoy, Teatro Estudio –que no forma parte de la Federación de Gipuzkoa de Teatro de Base–, se autofinacia a partir de los ingresos de taquilla y fondos propios. «Renuncié a las ayudas institucionales hace tiempo», asegura su director. Además, está pendiente de la concesión de una ayuda de Kutxa Fundazioa que se le negó el pasado año, pero que consiguió en anteriores convocatorias.
Manolo Gómez explica que la compañía ensaya dos veces a la semana en una villa de Aiete cedida por el Ayuntamiento y que comparten con otros tres grupos, y en Sarobe cuando toca intensificar el trabajo, en vísperas del estreno.
Al igual que el resto de las compañías que participan en este reportaje, Manolo Gómez pide un mayor apoyo de las instituciones, «pero no a través de convocatorias para acceder de vez en cuando a una beca», sino mediante la inclusión de los grupos amateurs en las programaciones culturales ordinarias. Admite, no obstante, que en el caso de Teatro Estudio «no nos podemos quejar porque Donostia Kultura siempre nos atiende y acoge nuestros estrenos». Además, asegura que también echa en falta «más facilidades e infraestructuras para cumplimentar los trámites burocráticos que tanto tiempo nos llevan».
Nueve Teatro
«Las mayores dificultades son encontrar un local y contar con financiación»
Roberto Citores es uno de los componentes de la compañía donostiarra Nueve Teatro, creada en 2016 y que debutó al año siguiente con 'Cruzadas', de Michel Azama, representada en Donostia, Errenteria, Andoain y Altsasua. Desde entonces, el grupo ha llevado a los escenarios 'Damnificados' de su directora Alazne Etxeberria, 'Urbanitas' –un montaje creado a partir de 'Cien viajes en ascensor' de Alfonso Zurro–, y 'Turbulencias', con la que ya han pasado por Gazteszena y con la que estarán este domingo en Lugaritz. Ahora, Nueve Teatro prepara la versión teatral de 'Alguien voló sobre el nido del cuco' a partir de la novela de Ken Kesey que Milos Forman llevó a la gran pantalla.
Citores apunta a «la pasión por el teatro y al gusto por representar obras» como las principales motivaciones de los integrantes de la compañía, a la hora de «invertir dinero –cuarenta euros al mes cada uno–, y tiempo en los ensayos», que no son fáciles «porque algunos miembros están jubilados, pero otros no».
Nueve Teatro trabaja habitualmente durante más de un año en cada pieza, de la que realizarán en los siguientes meses «cinco o seis representaciones, aunque depende de la obra: a veces se quedan en tres». La compañía apuesta por «obras fáciles y accesibles para todos los públicos y en ocasiones, por textos escritos por nosotros mismos». Entre los principales problemas que, a juicio de Citores, afrontan las compañías amateurs figuran encontrar un local propio en el que ensayar –en su caso, una vez por semana–, y guardar los enseres, así como contar con una financiación que les permita pagar al director de la compañía y sufragar viajes, alquileres, escenografías, etcétera. Al margen de lascifras de taquilla, el coste «sale de nuestros bolsillos».
Txalo Talo
«Somos unos privilegiados: el Ayuntamiento de Berrobi nos financia al completo»
De los pocos grupos amateurs de teatro que únicamente representan obras en euskera está Txalo Talo. Esta compañía de Berrobi ha llevado a los escenarios seis obras desde su creación en 2019 a partir de un taller que el Ayuntamiento de la localidad encargó a la actriz ilicitana Ester Poveda. Residente en Gipuzkoa desde hace varios años, la directora del grupo teatral asegura que ya ha aprendido «bastante euskera» y que se las arregla «bien» con los textos teatrales. Distinguida con el premio Antzezmotz,Txalo Talo cuenta con siete miembros que han representado obras como 'Konplizeak', 'Balkoitik balkoira' o 'Zoro-eroak' ('Fuera de guion'), y prepara 'Kutsidazu bidea, Ixabel'.
Poveda admite que su compañía es una privilegiada ya que la subvención del Ayuntamiento de Berrobi financia al completo cada uno de los proyectos del grupo, que al principio de su andadura lo hacía mediante modestas aportaciones de sus miembros. A día de hoy, ya no las necesita.
Sí coincide Ester Poveda con el resto de sus compañeros en la necesidad de integrar a las compañías de teatro aficionadas dentro de los circuitos de las programaciones institucionales. En su caso, reconoce que el hecho de contar con el apoyo de localidades cercanas como Altzo, Elduaien o Berastegi les permite representar entre cinco y seis veces cada obra. En cuanto a los ensayos semanales –en la escuela, en el Gaztetxe o en un local de la parroquia–, tienen una duración de en torno a dos horas, aunque en fechas próximas al estreno, pueden llegar a duplicarse, como es habitual en casi todas las compañías.
Ezezagunok
«El teatro reúne dinámicas beneficiosas para personas con discapacidad intelectual»
La compañía irunesa impulsada por Ana Pérez, Miren Etxeberria y Luisma Moreno lleva desde 2008 trabajando con personas con discapacidad intelectual. En la actualidad, son veintidós miembros. A juicio de Moreno, en el trabajo teatral se dan cita «todas las dinámicas que resultan beneficiosas para estas personas: ejercicio de la memoria, control de la respiración, exploración de las emociones...», explica el responsable del grupo.
Con ocho montajes en su haber que van de la pieza de diecisiete minutos con la que debutaron a la obra de más de una hora que ahora tienen en los escenarios, Ezezagunok atiende a criterios temáticos a la hora de seleccionar los textos que representarán y en cuyos preparativos invierte alrededor de un año:el amor, la guerra o los sueños han sido abordados en adaptaciones de Shakespeare, como 'La verdadera historia de Romeo y Julieta', de Aristófanes, como 'La paz y otras lunas', o la reciente 'Exacticamente diversa', que se sumerje en el mundo que Lewis Carroll creó en 'Alicia en el país de las maravillas'.
La financiación de la compañía corre a cargo de la subvención que le concede el Ayuntamiento de Irun y de las aportaciones de 40 euros mensuales que realizan los participantes en el taller. El local en el que ensayan una vez a la semana también es una cesión municipal.
Luisma Moreno destaca la importancia de que sus obras se programen dentro de los ciclos de los departamentos de Cultura, «no en los de Bienestar Social», y en este sentido, resalta también la necesidad de apoyo institucional «más allá de Irun, en donde el estreno está garantizado, «porque representar nuestros montajes fuera nos resulta muy complicado. Por ejemplo, hacerlo en San Sebastián nos está costando muchísimo», lamenta. También indica que muchas de estas representaciones funcionan por intercambio de locales entre grupos de distintas poblaciones, lo cual no siempre es posible «porque son espacios cedidos por la ciudad».
Cinco grupos guipuzcoanos en la Federación Vasca de Teatro de Base
Una veintena de compañías de Euskadi –de las cuales cinco son guipuzcoanas–, conforman desde 2021 la Federación Vasca de Teatro de Base. Este organismo está integrado en la confederación Escenamateur, que agrupa a los representantes de estos grupos en toda España. En opinión de Roberto Citores, vocal guipuzcoano en esta entidad, «el objetivo de la federación es conseguir apoyo institucional para que nos programen representaciones, cosa que no siempre sucede». El componente de Nueve Teatro recuerda en este sentido que «cuando uno está solo tiene más dificultades para llegar a los circuitos y participar en los certámenes. Todo esto lo facilita Escenamateur, que es una organización potente que te ayuda a que te salgan más 'bolos'», señala Citores.
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