Chillida en diez planes

Más de sesenta actos e iniciativas han conformado en 2024 la programación del centenario del nacimiento de Eduardo Chillida en una celebración multidisciplinar a base de exposiciones, pero también de charlas, publicaciones, documentales, espectáculos musicales y celebraciones. En este reportaje, se repasan los diez hitos más significativos del 'Año Chillida' a juicio de Mikel Chillida, director de Desarrollo de Chillida Leku, miembro de la Sucesión de Eduardo Chillida y del Comité de Dirección de Eduardo Chillida 100 años.

Aunque inaugurada a finales del año anterior al centenario, la exposición 'Universo Maeght' ocupó los primeros meses del año Chillida Leku con diecisiete obras de artistas de talla internacional que compartieron galería parisina con Eduardo y que forman parte ya de la Historia del Arte del Siglo XX: Braque, Miró, Chagall y Giacometti, entre otros.Organizada en colaboración con la Fondation Marguerite y Aimé Maeght y la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, «traer a Chillida Leku a estos maestros es un hito». Y así lo apreció el público porque en una temporada del año no especialmente propicia recibió casi 40.000 visitantes.

Las celebraciones comenzaron el mismo día que se cumplía el centenario del nacimiento del artista, con un acto organizado por personal de Donostia Kultura, la agencia Move y la propia Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce en colaboración con el Ministerio de Cultura, el Gobierno Vasco, la Diputación y los ayuntamientos de Donostia y Hernani en el que se glosó la figura del escultor en sus dimensiones familiar y creativa. Conducida por el propio Mikel Chillida y Anne Igartiburu, la cita combinó la música, la danza y las voces de Landarbaso Abesbatza. «El pistoletazo de salida ya fue estupendo. Muy Chillida. Fue profundo, con lecturas de grandes pensadores y bien arropados por todas las instituciones. Refleja muy bien lo que significaba ese 10 de enero de 2024».

La galería Hauser & Wirth de Mahón acogió una exposición de más de 60 esculturas y obras en papel que ilustraban de alguna forma la vinculación de Chillida con Menorca, en donde el artista donostiarra pasó los veranos desde 1989 hasta su muerte en 2002. Una muestra que, según explicaron sus responsables, «celebra la profunda conexión del artista con la isla». Mikel Chillida indica que «siendo nuestros compañeros de viaje, hasta Hauser & Wirth se han quedado sorprendidos del impacto de la exposición tanto en la propia galería como en Menorca. 'Chillida en Menorca' estaba además muy bien comisariada por Ignacio (Chillida) con el arquitecto Luis Laplace.

El Peine del Viento fue testigo del estreno de la obra 'Hiru' que la compañía de danza Kresala creó en homenaje a Chillida y con la que inauguró el 1 de agosto la Quincena Musical. «No sé quién nos regaló ese atardecer tan espectacular y maravilloso». El espectáculo, de una hora de duración, fusionó en sus quince piezas danza y escultura. Sobre textos del 'Cántico espiritual', 'Hiru' incluyó composiciones musicales de Bach, Vivaldi, Shostakovich, Joxean Goikoetxea o Miren Zeberio. El aria 'Ombra mai fue' de Händel abrió la representación, que concluyó con las 'Variaciones Golberg' de Bach.

El Festival Internacional de Cine de San Sebastián fue el marco perfecto para el estreno del documento de Arantxa Aguirre 'Ciento volando' en el que la realizadora madrileña propone un acercamiento a la figura del artista, a través de conversaciones que la actriz Jone Laspiur mantiene con familiares, colaboradores y otros artistas. «Es una pena que se haya quedado fuera de los Goya, pero fue muy bonito. Habrá a quien le guste menos y a quien le guste más el documental», señala Mikel Chillida, que admite que «funciona mejor cuanto menos conoces al artista. Cuanto más lo conoces, más sientes que le falta profundidad, pero a la gente que no sabía gran cosa de Eduardo le ha encantado. La propia Arantxa dice que ahora tendría que hacer la segunda parte porque llegaría más lejos».

La editorial Norma publicó el cómic del dibujante toledano David Marto 'El mapa de Chillida', primera novela gráfica sobre el artista donostiarra y en la que el autor invita a descubrir la obra pública de Chillida en España a través de la mirada de una joven estudiante de Bellas Artes. «Ha sido un proyecto que nos ha acercado a ese público joven que no ha tenido la oportunidad de conocer al artista».

Por otra parte, unos meses antes la editorial La Fábrica publicó 'Idazkiak' ('Escritos') de Chillida, en colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa. «Lo teníamos en francés y en inglés, pero no en euskera. Haberlo publicado ahora es una acción de calado».

Chillida Leku fue también el escenario de la charla 'Pilar Belzunce-Una habitación propia', dentro del Encuentro de mujeres en el arte, y en la que participaron la diputada foral de Turismo, Azahara Domínguez; la vicepresidenta de la Fundación Chillida-Belzunce, Susana Chillida; la responsable de Art Ingenium, Lourdes Fernández;la directora adjunta de Sureuskadi, Hutsune Mendiburu; y la directora Arantxa Aguirre. «Hay que pivotar para que Chillida no sea siempre el centro y aquí la protagonista fue Pilar, fundamental en toda esta historia. Cuando vemos las obras, parece que son obra de Eduardo, pero lo son de los dos. Pilar necesita más atención y la va a tener en el futuro», afirma Mikel Chillida.

«El deporte nos ha dado una difusión imposible de conseguir sólo con la cultura», explica el nieto del artista, que destaca la camiseta inspirada en la obra del escultor con la que la Real Sociedad jugó su partido contra el Real Madrid el pasado 14 de septiembre. «Te puede gustar más o menos, es subjetivo, pero que la Real haga una camiseta con una obra original y que juegue con ella contra el Real Madrid en el Reale Arena... no se puede pedir más». Sólo falló el resultado: 0-2. «Y mira que jugamos bien», apostilla Mikel.

Por otro lado, los corredores de la Behobia-San Sebastián que cruzaron la línea de meta recibieron una medalla con el grabado 'Korapillo II' que el escultor realizó en 1982. «Corrí para ganarme esa medalla», señala un Mikel Chillida al que le emocionó ver al día siguiente a los participantes en la carrera haciéndose fotos con la distinción en el Peine del Viento. «Son pequeñas cosas que te sorprenden por lo que han representado».

El Instituto Cervantes de la romana Piazza Navona acoge hasta finales de mes la exposición 'Eduardo Chillida' con 41 esculturas, dibujos y grabados creadas entre 1948 y 1997. Comisariada por el crítico Javier Molins, ofrece un itinerario expositivo que va de los dibujos figurativos, los de manos y diciesiete gravitaciones. Incluye además la exposición tres esculturas y un relieve con las que Chillida ganó en 1958 el Gran Premio Internacional de Escultura de la Bienal de Venecia.

«Este año ha habido proyectos grandes y pequeños, pero que a la vez han sido grandes en su esencia. Esta exposición tiene un toque especial porque, sin ser el Instituto Cervantes un gran centro cultural, encontrarte ahí las obras que formaron parte del pabellón español de la Bienal de 1958 y en ese epicentro de la belleza que es Roma ha sido muy bonito. Italia tiene una relación tan especial con la belleza que parecía difícil que encajaran esas obras, pero ha funcionado de maravilla. Ha sido una pequeña joya».

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