Dulce mundo de ilusión

La historia del niño que se negaba a crecer no es sólo una creación literaria que escribió James Matthew Barrie y que se representó por primera vez en 1904. Se ha convertido en todo un símbolo, incluso en un síndrome de andar por casa que indica la inmadurez de algunos adultos. Pero lo que sin duda es es una historieta para niños. Que sea para niños de cinco o cincuenta años ya es cosa de cada uno y, en el segundo caso, posiblemente también de su psicólogo.

El musical 'Peter' es cien por cien de fabricación española, algo muy extraño en este género, donde las franquicias tienen siempre origen británico o norteamericano. No desmerece de los musicales de formato medio que estamos acostumbrados a ver por aquí. Ni técnicamente ni artísticamente. Aunque tampoco esperen una producción impactante ni un despliegue de grandes canciones o de coreografías corales potentes. Aquí todo está dispuesto para emocionar a los niños con un dulce mundo de ilusión.

Tuvieron que hacer un gran esfuerzo los artistas para animar a un patio de butacas poco poblado en el primer día de unas representaciones que finalizarán el domingo. Poco a poco lo fueron logrando porque la segunda parte del montaje tiene bastante más empuje. Los niños, por edad, por síndrome o por lo que sea, se lo van a pasar bien con Peter Pan, Wendy y hasta con un puntero láser que se supone que es Campanilla.