Circo, comedia social y crítica política en la cartelera teatral

Acompañado en escena por Laia Rius y Andreu Sans, Alcántara crea una función para todos los públicos que habla de la distancia entre una persona y sus sueños, de lo que es y lo que le gustaría ser. Con un trabajo actoral muy físico y dotando de gran importancia a la escenografía como elemento narrativo, 'Déjà vu' se convierte en una experiencia sin texto, donde se difuminan las fronteras entre la realidad y la fantasía a partir de una historia con un punto de melancolía. «En la función creamos una realidad confusa en un espacio y momento indeterminados, con un espacio escénico que juega con la desproporción extrema de las medidas», explica Alcántara.

También hoy y a la misma hora, pero en la Casa de Cultura de Lugaritz, se representa 'Las que limpian', a cargo de la compañía A Panadaría, en una coproducción con el Centro Dramático Nacional. Es una comedia que desde esta formación gallega definen como «ácida y esperanzadora, que reivindica la lucha organizada de las limpiadoras de hoteles y la necesidad de reimaginar un modelo de turismo sostenible y respetuoso con el territorio y las personas».

Areta Bolado, Noelia Castro y Ailén Kendelman son las creadoras e intérpretes de esta «sátira utópica inspirada en la lucha de las camareras de piso de los hoteles por conseguir unos derechos laborales y sociales justos. Frente a ellas, la avaricia voraz de los propietarios de las cadenas hoteleras. Hay quien nunca ha limpiado un váter y hay quien limpia quinientos al mes».

Mañana la escena se traslada al teatro Principal, a las siete de la tarde, con la representación en euskera de 'Obsoletus', a cargo de Anodino Teatroa. Dirigida por Pako Revuelta e interpretada por Aiora Sedano, Aitor Fernandino y Juanjo Otero, la obra pone el acento en el concepto de obsolescencia, pero no de los objetos sino de unos trabajadores «que están viviendo una partida perdida de antemano, quizá lo que está obsoleto en este caso no sea otra cosa que tener reivindicaciones», apuntan desde la compañía vasca.

Los protagonistas de esta comedia política son una pareja que son los últimos que mantienen después de 168 días una protesta laboral. «La llegada de un tercer personaje trae de nuevo la esperanza, aunque la condición es que deben abandonar la planta cuanto antes. Esta propuesta hará que se den cuenta de las mentiras construidas entre todos».