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El edificio de la calle Moraza en Donostia es un habitual en los rodajes, por ejemplo en 'La infiltrada'. Iñigo Royo

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Desde hace un año los rodajes han crecido y los localizadores, los encargados de buscar el lugar más adecuado para rodar una escena, deben encontrar ambientes inéditos

Domingo, 6 de julio 2025, 00:30

Los rodajes se han convertido en una imagen recurrente en Gipuzkoa. Sin ir más lejos, estos días la productora de Santiago Segura realiza los últimos preparativos para empezar a grabar la serie 'Padre no hay más que uno', basada en su exitosa saga cinematográfica y que contará con Rosario Pardo y Miriam Díaz Aroca como las abuelas. El colegio Ekintza es uno de los escenarios elegidos.

Ante tanto rodaje a la hora de iniciar una producción, una de las premisas es buscar nuevos lugares y evitar repeticiones de escenarios, algo bastante complicado en un territorio tan pequeño como Gipuzkoa y ahí es donde cobra importancia la figura del localizador.

«Un localizador vale por el nombre que se va haciendo», resume Lupe Martínez, una de las localizadoras más veteranas en Euskadi. Sus inicios se circunscribieron a la publicidad, principalmente porque el rodaje de películas era escaso. «Ahora con las ayudas han subido mucho. Todos vienen aquí, abren una productora, una IEAE. Tienen que permanecer cinco años, producir más de una película, y que el tiempo de rodaje no sea inferior a las cinco semanas», explica esta errenteriarra que ha participado en títulos como 'El silencio de la ciudad blanca', 'Érase una vez Euskadi', 'Rabia', 'La herida', 'Dantza' o las series 'La línea invisible', 'Intimidad' y 'Balenciaga'. En 2019 fue una de las homenajeadas por la Academia de Cine en los reconocimientos anuales que la entidad realiza a profesionales cuyos trabajos no entran en las categorías de los Goya .

Los localizadores son de los primeros en entrar en un proyecto. Su trabajo comienza con más de seis meses de antelación al rodaje. Reciben los guiones, luego hablan con el director y el director de arte que van dando las pautas. A continuación se inicia la labor de rastreo, de buscar posibles ubicaciones para las escenas teniendo en cuenta que «no puedes mandar una foto de un único lugar, hay que dar varias opciones». No basta con el que el lugar elegido sea bonito y parezca el idóneo para determinada secuencia. Hay muchos aspectos a tener en cuenta como la iluminación, la accesibilidad para poder subir el material, contar con espacio suficiente para colocar las grúas y que aunque se cierre el acceso... Después el responsable de arte realiza la criba.

La productora de Santiago Segura comienza a rodar la serie 'Padre no hay más que uno' con Rosario Pardo y Miriam Díaz Aroca

También son de los últimos en irse, en este caso junto al director de producción, porque uno de los principios de estos profesionales «es dejar todo como estaba antes de entrar o mejor».

Encontrar pisos donde se pueda rodar es una de las localizaciones más complicadas de encontrar. Para eso recurren a las inmobiliarias con las que mantienen contacto casi constante. «Salen, pero en ocasiones no lo que tenían en mente. Entonces se adapta, para eso están los directores de arte», explica Martínez.

Por lo general son pisos que están en alquiler o en venta. Mucho más complicado es entrar en viviendas habitadas, aunque ahora, debido al elevado número de rodajes, no es raro ver carteles en los portales en los que solicita un piso, aunque esté ocupado en ese momento. «Aquí somos muy nuestros. Hay algunos concretos a los que recurro con frecuencia, pero es después de muchos años de trabajo».

Asier Urbieta da instrucciones a las actrices en la Isla de los Faisanes.

En Donostia está el caso de un edificio vacío en la calle Moraza, –que ha aparecido en películas como 'Infiltrada' o en la serie 'That Night', que grabó Netflix hace dos meses,– que se utiliza a la espera de recibir licencias municipales para otras actividades. «En Igeldo, Oiartzun o en Bidania también hay casas de grandes dimensiones que utilizo habitualmente».

Madrid resulta mucho más sencillo, incluso hay una agencia que se dedica en exclusiva a pisos para rodajes. Además, «allí se prestan más a dejar sus casas. Incluso en las zonas teóricamente más pudientes», ironiza la localizadora errenteriarra.

Esté donde esté la vivienda el proceso una vez firmado el alquiler es el mismo. Se fotografía todo lo que esté a la vista –cuadros, aparatos electrónicos, muebles, distintos elementos electrónicos–, y en ocasiones se recomienda al propietario que retire algunas cosas concretas porque del resto se ocupa el equipo de la película. En el contrato que se firma con el dueño se incluyen esas fotos. Una vez concluida se recolocan los objetos en su lugar y se vuelven a fotografiar. Hay ocasiones, como cuando se pintan las paredes, que se ofrece a los propietarios mantener los colores que aparecerán en la pantalla para que decidan si quieren seguir con ellos o prefieren volver a los originales.

Cuando Lupe Martínez repasa sus trabajos siempre tiene un recuerdo especial para una de sus primeras películas le llamaron para que buscara localizaciones por todo Bilbao, calles, ría… Era el año 1998. Entonces no se utilizaban imágenes digitales y las fotografías había que revelarlas. Sacó tantas que en lugar de colocarlas en cartulinas individuales optó por hacer álbumes. Fueron ocho. Después le preguntaron si hablaba inglés, cosa que no hacía. Acudió a una reunión con traductora y sin saber con quién se iban a encontrar. Cuando se desveló cuál era el proyecto, ella se sinceró y reconoció que creía que era algo grande por su inexperiencia. El productor ejecutivo y el director de fotografía no le dieron opción y así le contrataron como localizadora de las escenas bilbaínas de 'El mundo nunca es suficiente', de la saga de James Bond con Pierce Brosnan como 007.

Detenerse en los detalles

Segis Monsó Agorreta también es localizador. 'Fasaien irla' e 'Inurri Itsuak', esta todavía sin estrenar, son algunos de sus últimos trabajos. También ha participado en la serie 'Las pelotaris 1926'. Entiende que su profesión esté proliferando porque «hay muchos rodajes gracias a los incentivos fiscales». Para él, una de las principales características de un localizador es «detenerse en los detalles para evitar anacronismos». Pone como ejemplo una persecución en la calle Garibai para una serie de época: «Había que quitar los coches, evitar que se vieran algunas tiendas, quitar los bolardos… Tienes que tomar nota de todo».

Otra de sus funciones, explica, es gestionar los permisos para poder rodar en exteriores u ocupar zonas públicas. «Suele ser con los ayuntamientos o con la Diputación. En una ocasión tuvimos que solicitar hasta seis permisos diferentes con el municipio, la Diputación, Medio Ambiente, Gobierno Vasco, Costas…».

En Euskadi la gente es reacia a alquilar sus casas para los rodajes, en Madrid incluso hay una agencia que se dedica a ello

Una de sus premisas «causar a los ciudadanos las menos molestias posibles» y recuerda una complicada escena dentro de la serie 'La Frontera', rodada en Berango en la que tenía que haber 200 vehículos en la calle. «Fue todo un trabajo de diplomacia con el alcalde, el jefe de policía y los técnicos… que llegó a buen puerto». También tuvieron sus complicaciones algunas de las escenas de 'Fasaien irla' porque al tratarse de un condominio que 6 meses corresponde a Francia y otros seis a España les pedían cosas diferentes e incluso instalar unos pantalanes que se hubieran llevado gran parte del presupuesto de la película.

En cuanto a los pisos, «hay que buscarlos por todos los lugares. Algunos ya los tienes fichados. En otros casos suelo recurrir a páginas web como el Idealista. Suelen ser casas que están a la venta y entre tanto te las alquilan. Más complicado es cuando te piden un palacio en Bilbao».

Pedro Alonso y Tristán Ulloa, en La Concha durante la grabación de 'Berlín'. Lobo Altuna

La dirección de producción es otra de las funciones directamente ligada a la elección de las localizaciones, fundamentalmente porque es quien gestiona los presupuestos de la película. Carmen Sánchez de la Vega, que en su filmografía están 'As Bestas', por la que estuvo nominada a los Goya, 'Los amantes del círculo polar', 'Los últimos románticos', 'Las buenas compañías' y las series 'Las abogadas' y 'Argi Gorriak' en la que trabaja actualmente, señala que «que últimamente se recurre a la 'puerta fría', que consiste en colocar carteles en los portales o en los buzones comentando que en esa zona se busca un piso. «La gente que responde suelen ser propietarios que tienen otra vivienda al margen de su residencia habitual, aunque hay casos en los que han respondido al anuncio persona que sí estaban viviendo en esa casa y que les viene bien alquilarla unas semanas». En esos casos, por lo general se les busca una habitación en un hotel. «Luego entra el director de arte y consigue que ni los propietarios reconozcan su piso». Eso sí, «lo tenemos que dejar tal y como estaba antes. Si hay algún problema, la productora tiene un seguro que cubre los desperfectos. La directora de producción da su palabra de que todo va a quedar perfecto».

Al igual que Lupe Martínez, opina que «llevar muchos años en esta profesión» es la mejor carta de presentación.

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